Chubut es noticia, y lo es -otra vez- por los conflictos internos que generan los proyectos de megaminería en su territorio. Hagamos un repaso: el ejecutivo provincial presentó en noviembre del 2020 el proyecto de Ley 128/20 ante la Legislatura chubutense, que proponía una “zonificación para la actividad minera” en dos localidades específicas de esa provincia. Tomaba como ejemplos a las provincias de Santa Cruz y Salta y -como explica textualmente el proyecto- “se trata de una propuesta de zonificación minera metalífera para los departamentos de Gastre y Telsen” con el fin de “ampliar la matriz productiva provincial.”
El gobierno patagónico de Chubut está a cargo de Mariano Arcioni, del partido local “Chubut Somos Todos”. Gobierna desde el año 2017, cuando reemplazó al fallecido Mario Das Neves y tras ganar las elecciones para gobernador en 2019.
Luego de la presentación del ejecutivo, enero se puso movido: el 18 comenzó la ronda de debate que continuó en varias jornadas, con el objetivo de sancionar en la última semana de este mes, la futura ley que permitiría la extracción de plata, plomo y cobre a cielo abierto. En esa primera oportunidad, el gobierno provincial en la voz de Martin Cerdá -Ministro en Hidrocarburos y Minas de la Provincia de Chubut- desplegó los supuestos beneficios: la inversión prevista rondaría entre 1.300 y 1.600 millones de dólares, con la creación de 6.000 puestos de trabajo directos en la fase de construcción; y durante los siguientes 20 años, 2.600 puestos de empleo directos y 6.000 indirectos.
Otras experiencias han demostrado que esos números suelen sufrir modificaciones -achicando luego la cantidad de trabajadores necesarios- mientras que los daños socioambientales (como la explosión de montañas, el uso desmedido de agua, o la contaminación de las napas, entre otros) no tienen vuelta atrás.
Muchos sectores participaron de las distintas instancias de debate: ONGs, universidades, representantes religiosos y eclesiásticos, técnicos y académicos. El propio ministro Cerdá destacó esa pluralidad: “Uno viene escuchando hace más de 20 años que se debe dar discusión y debate, y este proceso iniciado hace un año atrás viene a concretar ese pedido con lo cual considero que hay un antes y un después en lo que está pasando; vamos a seguir convocando porque queda mucha gente por escuchar”.
Arcioni también logró el respaldo del gobierno nacional, y eso no parece poco. El jueves 21 de enero se llevó a cabo una reunión entre el presidente Alberto Fernández, el gobernador chubutense, su vice Ricardo Sastre, el diputado provincial justicialista Carlos Eliceche (que preside la Comisión de Medio Ambiente que tiene para el análisis el proyecto 128/20), y el secretario de Minería de la Nación, Alberto Hensel, entre otros. “Expusimos los detalles del Plan, y verdaderamente el Presidente nos expresó su sorpresa por el hecho de que una iniciativa de integración y desarrollo productivo como esta no haya tenido tratamiento legislativo hasta el momento”, declaró el mandatario provincial a la prensa luego del encuentro.
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Sin embargo, frente a la oleada de movilizaciones y concentraciones masivas que se realizaron durante los últimos días en contra de la normativa, el propio gobernador echó por tierra la posibilidad de realizar sesiones extraordinarias en el mes de enero, donde podría tratarse el proyecto. También sucedió que otro proyecto de ley, contrapuesto al oficial, fue presentado en la Legislatura y no se le dio curso. Se trata de una normativa elaborada por el espacio “Iniciativa Popular”, donde se proponen diferentes alternativas al modelo extractivista.
Si bien todavía el oficialismo no parece tener los votos necesarios para la aprobación de la norma, es factible que se convoquen sesiones extraordinarias para febrero. De los 27 miembros que posee la Legislatura de Chubut, se necesitan al menos 14 legisladores o legisladoras que apoyen la iniciativa: el guiño de Fernández parece clave para esta misión.
Según Viviana Moreno, de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por el No a la Mina en Esquel, “la minería es un tema que no tiene color político, sino que es un tema verde pero de dólares. Independientemente de los gobiernos que han pasado tanto provinciales como nacionales, siempre la secuencia es la misma. Se mueve por intereses momentáneos y de quien puede sacar más provecho, porque lo único que provee la megaminería es un enorme beneficio económico para unos pocos; los empresarios locales y de las multinacionales, y para quienes pueden sacar algún provecho político”, explicó Moreno en una entrevista a la Radio La Tribu el pasado martes.
La empresa en cuestión es la transnacional canadiense Pan American Silver, ya denunciada en su país natal por el equipo del Atlas de Justicia Ambiental (EJAtlas); pero también por organizaciones de la provincia argentina de Santa Cruz y en al menos ocho sitios mineros de América Latina donde opera esta empresa, por el incumplimiento de sus compromisos sociales y ambientales.
Chubut ya sabe de esta lucha: la actividad minera a cielo abierto y el uso de cianuro está prohibida en la provincia desde el año 2003, cuando ganó el plebiscito por el “no” en un 82% de rechazo ciudadano. Desde aquel hito en la ciudad de Esquel, las organizaciones ambientales y los sectores ciudadanos movilizados continúan en permanente alerta, sobre todo a partir de la profundización de la crisis económica que vive la provincia desde el 2016.
El rechazo social a los proyectos mega mineros en la provincia es enorme, y el costo político por votar este tipo de iniciativas configuran una mancha indeleble para cualquier funcionario. Muchos han hecho campaña posicionándose en contra de proyectos mineros cuando fueron las distintas instancias eleccionarias, sabiendo el valor que le otorga la ciudadanía a tal debate. Pero también todo puede cambiar: por ejemplo el presidente del Partido Justicialista de Chubut, Carlos Linares, quien había anunciado sanciones para aquellos y aquellas diputadas que votaran a favor del proyecto, ya mantuvo reuniones con el bloque oficialista y su postura crítica dejó de ser tal.
El escenario es tenso y no está exento de sorpresas. Por lo pronto, Chubut tendrá un verano caliente.
Por Lucia Sabini Fraga
fuente: https://puenteaereodigital.com/