Un nuevo informe de la consultora LCG analiza el actual panorama cambiario del Gobierno con una brecha que se mantiene baja a costa de una pérdida de reservas: ¿Qué tan atrasado está el dólar?
En las últimas semanas, la incertidumbre generada por el atraso del dólar contra la inflación, debido a que el 2 % del crawling (micro devaluaciones diarias) corre muy por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC), incluso se agravó por el salto del IPC de agosto a un 4,2 %.
Esto mismo señala el último informe de Panorama Monetario y Financiero que elabora la consultora LCG mes a mes, la cual calcula que, de mantenerse esta dinámica, a fines del 2024 «se consumiría toda la ganancia de competitividad precio lograda con la devaluación [de diciembre del 2023]»
Esto ubicaría al dólar oficial en niveles similares a los de noviembre del año pasado, con las regulaciones dispuestas en su momento por Sergio Massa, y también en su nivel más bajo desde octubre del 2015.
Aunque esto tiene como contracara positiva para el Gobierno de Javier Milei la reducción de la brecha cambiaria, que en las últimas semanas osciló entre un 25 % y un 30 % para los dólares blue, CCL y MEP, hay efectos colaterales: el análisis de LCG sobre el mercado de cambios.
Dólar, brecha, reservas y, ¿nueva devaluación? qué ve el mercado
Actualmente, la brecha cambiaria entre el dólar oficial y los paralelos, tanto blue como MEP y CCL, se encuentra en niveles por debajo del 30 %, lo que para el Gobierno supone «semanas exitosas en términos financieros» luego de que esta diferencia alcanzara un 60 % en julio.
Sin embargo, la consultora LCG remarca que esta reducción de la brecha «obedece a cuestiones puntuales» que, aunque «ayudan en la moderación en el corto plazo, no dan garantías de sostener la brecha en ese nivel por mucho tiempo«.
En particular, el informe menciona cuatro factores clave que contribuyen a la contracción de la brecha. Según LCG, estos son.
- La vigencia del dólar blend, que sigue destinando el 20% de las exportaciones al mercado del CCL;
- las intervenciones anunciadas para rescatar los pesos inyectados por la monetización del saldo comercial en abril y mayo;
- el desvío de los importadores al Mercado Único y Libre de Cambios tras acortamiento de los plazos de pagos de cuatro a dos cuotas;
- los vencimientos de impuestos y otros regímenes (moratoria, bienes personales, REIBP) que impulsan la venta de dólares para realizar el pago en pesos.
Pese a que una menor brecha es positiva para el Gobierno, la consultora cree que estos factores son «circunstanciales» debido a que implican como contracara una resignación y/o pérdida de reservas del Banco Central que podrían hacer de este escenario algo temporal y agravar el problema de acumulación de dólares de la entidad.
«El BCRA no acumula reservas desde mayo y las cuentas de dólares siguen estando bajo tensión, hecho que tenderá a profundizarse si el dólar se sigue apreciando y si el Impuesto País para las compras de productos del exterior se elimina a fin de año», agrega además el análisis.
En este escenario, LCG realizó una cuenta «simple» que arroja una advertencia al Gobierno sobre el atraso del dólar oficial: «Con inflación estabilizada en 3,5% mensual hasta diciembre y una tasa de crawl del 2% mensual, el TCRM (Tipo de Cambio Real Multilateral) cerraría el año retrocediendo a los niveles de noviembre 2023«.
Así, de continuar con esta dinámica, para fines del 2024 se consumiría «toda la ganancia de competitividad precio lograda con la devaluación [de diciembre del 2023]» y el dólar oficial se ubicaría en los valores más bajos desde octubre 2015.
Es por esto que el Gobierno apuesta a profundizar la reducción de la inflación con mayor rapidez, objetivo para el cual el 4,2% de agosto no aportó, pero que debería dar mejores resultados en septiembre tras la baja de diez puntos del Impuesto PAIS.
De lograr bajar el ritmo del IPC a cerca del 2 %, igual que el crawling, Milei y Luis Caputo se podrían dar la libertad de mantener este esquema un tiempo más para luego levantar definitivamente el cepo cambiario que hoy distorsiona al mercado.
Esto mismo marcó el Presidente a inicios de la semana en una disertación ante inversores en la Bolsa de Valores de Nueva York, el corazón de Wall Street, donde tocó la campana para abrir las operaciones del martes como parte de su gira a los Estados Unidos por la Asamblea General de la ONU.
«Cuando la inflación inducida por el programa dado por control de capitales desaparezca, podremos salir del cepo sin ningún tipo de problema», prometió. Y agregó una definición clave: «El cepo lo vamos a liberar cuando la tasa de inflación que tiene el programa macroeconómico sea cero».
El atraso del dólar contra la inflación, un ancla que el Gobierno promete mantener, profundiza entonces la incertidumbre del mercado respecto a una posible nueva corrección del tipo de cambio, ya sea abrupta -como la devaluación de diciembre- o más moderada -por ejemplo, una suba del crawling peg entre un 2,5 y un 3,5 %.
En este sentido, LCG señala que, «por el momento, el mercado de futuros del ROFEX [dólar futuro] no descuenta una corrección abrupta del tipo de cambio».
A inicios de esta semana, cuando LCG publicó su último informe, la expectativa de devaluación implícita para fines de octubre era del 3,3 % mensual. Por su parte, para diciembre 2024 y enero y febrero del 2025 se observa una elevación «marginal», con una convergencia en torno al 3,7 % mensual.
Este aumento del indicador en el último mes refleja la incertidumbre que sumó al mercado el índice de inflación del 4,2 % de agosto, superior al esperado y con un aumento del 0,2 % respecto al mes anterior.
Esto se debe a que el dato «aleja en el tiempo la convergencia de los precios a la tasa de crawl del dólar oficial, acentuando la necesidad de corregir la política cambiaria actual», remarca LCG para cerrar.
EL CRONISTA