En Olavarría inauguró viviendas e intercedió en un conflicto con municipales. En Hurlingham lanzó plan de obras y giró fondos para pagar aguinaldos.
El gobernador viene tejiendo un frente de resistencia a las medidas de Javier Milei bajo el formato de multesectoriales en las que alista gremios, organizaciones sociales e intendentes afines. Algunos, incluso, ya sugieren una candidatura presidencial del gobernador, como Juan De Jesús (La Costa).
Pero, en paralelo y al calor de la crisis financiera que azota las comunas, Kicillof refuerza los vasos comunicantes con intendencias al mando de camporistas, varios de los cuales transitan su primera experiencia al frente de sus comunas y acusan problemas de herencia sobre los que el Ejecutivo bonaerense salió al auxilio.
El caso más reciente es Olavarría, donde Kicillof fue a inaugurar viviendas y firmar convenios por $1.500 millones pero se topó con el reclamo del gremio de municipales que se mantiene en conflicto salarial con el camporista Maximiliano Wesner, quien, a la vez, acusó a su predecesor Ezequiel Galli (PRO) de dejar un déficit de $200 millones mensuales.
Durante la visita, el gobernador intercedió mediante el ministro de Infraestructura Gabriel Katopodis y la jefa de asesores Cristina Álvarez Rodríguez, quienes dialogaron en el lugar con el gremio y acordaron una tregua que el sindicato de municipales aceptó con la conciliación obligatoria dictada este jueves.
En el conurbano, Hurlingham fue uno de los primeros distritos que pidió ayuda a la Provincia. A finales de diciembre, el camporista Damián Selci acusó que su predecesor Juan Zabaleta le dejó una deuda de $1.800 millones que ponía en riesgo aguinaldos y sueldos.
Frente a eso, Kicillof giró los fondos para que Selci pueda afrontar esos pagos. Poco después, ambos lanzaron un plan de obras que incluye el recambio completo del parque lumínico, la repavimentación de la avenida principal y un convenio de embellecimiento urbano.
La semana pasada, en tanto, Kicillof hizo su tercera conferencia de verano en la localidad costera de Pehuen Co, en Coronel Rosales, distrito que el peronismo le arrebató al PRO a través del camporista Rodrigo Aristimuño, quien ya mantenía una fuerte articulación con el gobierno de Kicillof desde el comando del puerto local.
Tanto en Rosales como en Bahía Blanca -donde gobierna otro cercano a La Cámpora, Federico Susbielles- Kicillof envió auxilio financiero y en materiales tras la devastadora tormenta de finales de 2023.
En ambos distritos también administró tensiones por las complicaciones en el servicio de agua que brinda la estatal ABSA, eximiendo del pago de tarifas a afectados. Ese tema fue un foco de reclamo del bahiense Susbielles, que había amagado con reclamar la municipalización del servicio, aunque evitando fijar las críticas en el gobernador.
Más allá de los gestos de tregua como el impulso conjunto del proyecto para reestablecer el Fondo de Incentivo Docente (Fonid), es sabido que el cierre de listas y la decisión de Kicillof de no aceptar la candidatura presidencial en 2023 sigue siendo el disparador de tensiones con Máximo.
Pero en algunos de los municipios camporistas abordados por LPO coinciden en correr las fricciones internas y admiten «apertura y respuesta» del Ejecutivo bonaerense ante los pedidos de asistencia que surgen en las comunas.