La Respuesta Infinita, crónica de un conflicto sin fin. Por Gerardo Leclercq


Las hostilidades han vuelto a decir presente en Oriente Medio, una de las regiones más calientes y geoestratégicas del mundo se ve nuevamente sacudida por el conflicto entre Irán y el Estado de Israel, conflicto que tiene sus orígenes con la propia creación el Estado Israelí y los movimientos políticos internos generados en los Estados de la Región.

Dar un respuesta directa del porque del conflicto entre Irán e Israel es un tanto
más complejo de lo que a primera vista supone, ya que se entrelazan factores
culturales, geopolíticos y religiosos.
Como punto de partida se debe tener presente que los Iraníes son Persas, grupo que
étnicamente nada tiene que ver con los Árabes, y que luego la conquista musulmana
de Persia (633-654) progresivamente fueron convirtiéndose al Islam, pero he aquí el
primero de los muchos detalles que hacen al conflicto en cuestión, dentro de la religión
Islámica hay dos vertientes principales, los Sunitas, seguidores de los primeros califas
sucesores de Mahoma, y los chiitas, seguidores del yerno de Mahoma, sus diferencias
son doctrinales y políticas. Mientras que los sunitas representan el 90% del
mundo musulmán, con 1.200 millones de fieles. Los chiitas, sin embargo, son unos
100 millones, y en su mayoría son persas de Irán. Esta diferencia en la interpretación
del dogma religioso dentro del Islam, es la base de las diferencias existentes en el
mundo Musulmán. Diferencias que se manifiestan de formas muy variadas, como por
ejemplo puede ser el caso del Reino de Bahréin donde la población es mayormente
chiita y el Estado es administrado por una monarquía sunita. O el caso de Siria, donde
el presidente Bashar Al-Asad es miembro de la minoría Alauita, los cuales son una
rama dentro del Islam Chiita
Planteada la diferencia existente ente los musulmanes y sumada la particularidad que
tiene para el caso la Republica Islámica de Irán, se debe sumar un nuevo factor a este
complejo entramado étnico religioso, la cuestión de los Palestinos.
En mayo de 1948 se crea el Estado de Israel, desplegando un programa de expiación
territorial progresiva mediante la ocupación de tierras y zonas en perjuicio de la nación
Palestina. Estas acciones desplegadas por Israel y apañadas por occidente,
fomentaron el sentimiento nacionalista de buena parte de los Estados Árabes de la
región, para quienes la causa palestina se torno en mayor o menor medida, en una
cuestión de estado. Países como Egipto, Siria, Jordania e Irak se declararon como
enemigos del estado Judío, al tiempo que también eran enemigos de la Irán Persa
Chiita.
El enemigo de mi enemigo es mi amigo

Este axioma es un viejo proverbio de origen árabe que desarrolla el concepto por el
cual dos partes que tienen un enemigo en común deberían poder trabajar juntos para
obtener una victoria frente a ese “mal mayor”. A lo largo de la historia de las

Relaciones Internacionales se ha manifestado en distintas épocas y bajo distintas
metodologías, quizás la más recordada son los acuerdos de Yalta, reunión que
mantuvieron antes de terminar la Segunda Guerra Mundial, Iósif Stalin, Winston
Churchill y Franklin D. Roosevelt, como jefes de Gobierno de la Unión Soviética,
del Reino Unido y de Estados Unidos respectivamente, sabidas eran las múltiples
diferencias entre los mencionados lideres, pero la amenaza que representaba el
enemigo común encarnado en la Alemania nazi, los obligo a sentarse en una mesa de
diálogo a fin de encontrar una solución en conjunto.
En el caso del conflicto Árabe – Israelí, el posicionamiento político de Irán bajo el
mando de Mohammad Reza Pahlaví, monarca de Persia desde 1941 hasta 1979, fue
guiado por el viejo axioma árabe, y mantuvo con Israel una relación cordial en lo
político y cooperativa en lo económico.
Reza Pahlaví, “el último Sah de Persia” impulso una serie de reformas culturales,
conocida como Revolución Blanca (1963-1978), con el fin de “dar el paso hacia la
modernización del país”, pero sus intenciones chocaron con las condiciones
económicas, sociales y culturales de la sociedad, la insatisfacción económica y social
generada por un reparto desigual de la riqueza petrolera, entre otras razones.

Aunque la Revolución Blanca contribuyó al progreso económico y tecnológico de Irán,
una “modernización demasiado rápida”, y un sistema corrupto, represivo y vasallo de
los intereses de las naciones occidentales, eventualmente contribuyo al derrocamiento
del Sah y el triunfo de la Revolución iraní en 1979. Es a partir de este momento
histórico en el que Irán se transforma en una Republica Islámica. Actualmente existen
3 Republicas Islámicas, el ya mencionado caso de Irán, Mauritania en el continente
Africano, y Pakistán, este tipo de estados adoptan una forma republicana de gobierno,
pero en la práctica su cuerpo institucional y normativo se encuentra en total
compatibilidad con las normas de la Sharia o la ley islámica.
El líder de la revolución del 79, fue el ayatolá Ruhollah Jomeini, quien dirigió al estado
hasta su muerte en 1989, y desde esa fecha hasta la actualidad la máxima autoridad
Irani es, el ayatolà Seyyed Alí Jameneí. Los ayatolás son considerados expertos
en ciencias islámicas, la jurisprudencia, la filosofía, el conocimiento iluminativo y
la moral, son guías político-espirituales que representan la autoridad máxima en la
toma de decisiones culturales, políticas, económicas y judiciales del país.  Encarnan la
figura de “Líder Supremo de Irán” y es el responsable de la delineación y de la
supervisión de las políticas generales del Estado, a su vez, es el comandante en jefe
de las fuerzas armadas y controla las operaciones de inteligencia y la seguridad del
Estado. Tiene la potestad de declarar la guerra, así como de designar y despedir al
jefe del poder judicial, e intervenir en los medios de comunicación, entre otras tantas
funciones. Por debajo de la figura de “líder supremo” se ubica el Presidente de Irán y
quien ocupa el cargo desde agosto del 2021, es Ebrahim Raisol-Sadati, la figura del
presidente es quien garantiza cumplimiento de la constitución y el funcionamiento del
estado.

Woman walks in front of Ayatollah … – License image – 13821155 ❘ lookphotos
En materia de política exterior la revolución del 79, marco un cambio de rumbo radical,
al punto de desplegar una política abiertamente hostil y contraria a los intereses de
Israel, financiando, entrenado y brindando apoyo logístico, a todo tipo de grupo
armado islamista radicalizado dispuesto a “combatir al judaísmo”

Eje de la Resistencia Antiimperialista

Con ese nombre se conoce a la alianza o tratado de seguridad anti israelí, que Irán
mantiene con Siria, Irak, Venezuela y distintas fracciones guerrilleras diseminadas en
los estados de la región de Oriente Medio, como el grupo Chiita “Hezbola en el
Líbano”, diversas fracciones guerrilleras Sunitas dentro de la Nación Palestina y el
grupo Chiita Huti en Yemen.
Como se observa la cantidad de actores que pueden involucrarse en un hipotético
enfrentamiento directo entre Irán e Israel, llevaría a desencadenar una guerra regional,
que además obligaría a Estados Unidos, Rusia y China a tener que involucrarse.
Responsabilidad que las potencias no están dispuestas a asumir, dada la magnitud
que puede alcanzar las hostilidades. Nadie quiere una guerra, ya que esto implicaría
abrir un nuevo frente de combate, al ya tenso tablero geopolítico global.

La respuesta de la respuesta
El ataque con drones perpetrado por Irán, fue una respuesta anunciada a un previo
ataque Israeli a la embajada de Iran en Siria el dia 1 de abril del 2024, ataque en el
que murieron importantes líderes militares Persas. Ahora bien, este juego perverso de
ataque y contra ataque, se origina en 1979 con el cambio que se genera a raíz de la
revolución Iraní y su retorica anti sionista. A partir de ese momento, Israel se ocupo de
sabotear sistemáticamente los planes de Irán, tanto política como económica y
militarmente. Durante los últimos 40 años y mediante ataques quirúrgicos y asesinaos
selectivos el gobierno de Israel logro poner un freno, o al menos aplazar, el plan
nuclear Iraní. Acciones que alimentan el sentimiento nacionalista de la nación Persa y
fomentan la retorica belicista.
En términos militares este ataque directo contra el estado de Israel, además de ser
anunciado a la comunidad internacional, tuvo una eficacia ciertamente baja. De la
totalidad de los drones y misiles lanzados por Irán y sus aliados regionales, más del
90% fue interceptado por el sistema de defensa anti aéreo de la nación Judía, al
tiempo que no causo bajas civiles ni daños a infraestructuras estratégicas. Por esto es
que el foco del análisis debe ponerse en el sentido simbólico de los hechos.
Los aproximadamente 300 misiles lanzados por la nación Persa no representan un
ataque a gran escala, son más bien una respuesta a un doble dilema en que se
encontraba el régimen de los Ayatolas. Por un lado una respuesta masiva implicaría
exponerse a una guerra regional y cancelar todo tipo de posibilidad de ponerle un alto
al fuego en la franja de Gaza, cosa que perjudica los intereses de los aliados
Palestinos de Irán. Por otro lado, no haber hecho nada ante la agresión Israelí, daría
una imagen de debilidad frente al enemigo, tanto en el plano domestico como frente a

la comunidad internacional; por tal caso este “ataque limitado” fue un punto medio en
esta disyuntiva.
Por otro lado, mediante este “ataque limitado” y anunciado, Irán consiguió enviar un
mensaje claro y contundente de que no va a dejar pasar la actitud prepotente de
Israel, demostrando que posee una capacidad militar considerable y “obligando” a
Israel a mostrar las cartas que posee en materia de defensa; además estas acciones
ponen “el tema sobre la mesa” dada su repercusión internacional, y deja a Israel en
una delicada posición, ya que este debe responder a un ataque que no dejo victimas.
Todas estas aristas hacen pensar que Irán nunca busco una escalada real del
conflicto, sino que sus acciones se deben entender como un ataque disuasorio, una
muestra de fuerza de una potencia regional.
Por su parte Israel también obtuvo un rédito político del enfrentamiento, dejo claro que
posee un sistema de defensa eficiente, llevando tranquilidad a su población respecto
de ataques externos, al tiempo que se vio reforzada la alianza internacional en materia
de seguridad que posee con los Estados Unidos, aunque no está del todo claro cuan
dispuesto esta el Tío Sam a meterse en el barro, sobre todo teniendo en cuenta que
es año electoral.

Biden dejó claro a Netanyahu que EU no participará en ninguna operación  ofensiva contra Irán: CNN | Aristegui Noticias
Tal vez el mayor de los éxitos lo consiguió Benjamín Netanyahu, actual primer ministro
del país, y principal interesado en que la escalada continúe, supo capitalizar
políticamente las beligerancias ocurridas, hacia dentro de Israel por un lado, y en
política exterior por el otro, ya que las hostilidades ocurridas movieron el foco de la
opinión pública internacional del accionar Israelí en la franja de gaza.
En lo concreto a nadie le sirve una guerra regional, sobre todo si tenemos en cuenta
las consecuencias comerciales que esto traería consigo, puesto que Irán mantiene un
férreo control sobre el estrecho de Ormuz, un paso marítimo que conecta el Golfo
Pérsico con el Golfo de Omán, dicho paso resulta un punto geoestratégico vital para el
comercio internacional; según estimaciones de la Organización Mundial del Comercio
por ese punto geográfico durante el primer semestre del 2023 pasaron 20 millones de
barriles de petróleo crudo por día, lo que equivale a aproximadamente ¼ del petróleo
crudo comercializado por vía marítima a nivel global, mas aun si tenemos en cuenta
los antecedentes que la región tiene en materia del conflicto Árabe Israelí, con la
creación de la OPEP y la crisis del petróleo de 1973.

Temor por el Estrecho de Ormuz, el cauce por el que circula el 20% del  crudo mundial y que Irán puede usar para estrangular la economía
En este punto es importante comprender que la centralidad la tiene el estado de Israel,
ya que ahora son ellos los que deben, o no, responder a las hostilidades. Y en esta
respuesta Israelí está la clave de los próximos sucesos, ya que Irán dejo en claro que
responderá en forma inmediata ante un nuevo ataque. Lo complejo en esta situación
de beligerancia es que Israel, a pesar de negarlo, posee armas nucleares, y que Irán,
al menos, asegura estar cerca de obtenerlas.

De momento toca esperar que ver cuál es la respuesta del estado de Israel, sabiendo
que de dicha respuesta dependerá el desarrollo de los acontecimientos

Por Gerardo Leclercq – Licenciado en Relaciones Internacionales UNICEN
gerardoleclercq@gmail.com