La Costa Atlántica: refugio de patrimonio en un entorno económico signado por la incertidumbre


Elegida por quienes buscan ganancias y también disfrutan de la playa no solo durante los meses de verano gracias al home office.


La costa atlántica atrae a inversores interesados en resguardar su capital, obtener una renta y, al mismo tiempo, disfrutar de un estilo de vida relajado gracias al trabajo a distancia; esta corriente se mantuvo activa durante el verano aunque, tras las elecciones, disminuyó la cantidad de concreciones debido al desasosiego económico.

Es sabido que para la mayoría de los argentinos, los “ladrillos” significan todavía seguridad. Hoy por hoy, las ciudades playeras les ofrece posibilidades para todos los gustos y bolsillos que unos cuantos ya están aprovechando. 

Asimismo, muchas de esas localidades están mejorando su infraestructura y servicios. Esto genera dos efectos. Por un lado, impulsar el aumento de las tasaciones a futuro. Por el otro, atraer a un mayor número de visitantes no solo en la época de vacaciones sino a lo largo de todo el año.

“El ‘ladrillo’ es siempre el ‘ladrillo’. En la Argentina es un negocio que otorga cierta seguridad. En esta zona, su demanda repuntó en los últimos meses de 2023. Continuó vigente en enero y febrero, y aún tenemos programadas un número interesante de visitas a propiedades. No abría los domingos, pero voy a hacerlo ahora para atenderla”, señala Silvana Tykal, titular de Tylkai inmobiliaria.

Un dato interesante: dos grupos se destacan entre estos interesados. Uno es el inversor que ronda entre 40 y 55 años en busca de una segunda casa para destinar al turismo. El otro, en constante incremento, son las consultas de gente del Gran Buenos Aires para radicarse. Abandonan el Conurbano debido a su inseguridad. Este flujo se apuntala en el home office. Asimismo, se detectan parejas de jubilados a quienes les interesa pasar largas estadías en las ciudades marítimas.

Costa
 

“Tuvimos muchas consultas por los lotes pero fueron menores a las registradas en la pospandemia. Ese período fue un boom. Ahora, las visitas cayeron entre 30% y 40%, y 50% las ventas”, marca Martín Galli, socio fundador de El Salvaje.  Según los expertos, de 10 visitas genuinas a un inmueble, 2 o 3 realizan una reserva puntual.

 

Doble incertidumbre

“No estamos solo en un cambio de gobierno, sino también en uno económico. Esta mezcla genera incertidumbre. Es sabido que todo recambio político frena las ventas, pero la modificación del rumbo de la Economía implica mayores consideraciones”, puntualiza Galli.

Sin duda, este tipo de transacciones son atractivas para los medianos ahorristas. “Muchas personas que no pueden comprar algo para alquilar en Buenos Aires, acá sí pueden. Entonces, gana una renta en épocas de verano y además pueden vacacionar”, resalta Tykal.

Bajo esa óptica, los agentes de bienes raíces calculan que, hasta fines de noviembre, se concretaron 11.000 operaciones de propiedades nuevas y usadas en Pinamar, Gesell, Mar del Plata y las distintas playas del partido de La Costa.   

“En los últimos dos años, se vendió mucho en Cariló; sobre todo, departamentos con servicios. Los compradores lo disfrutan todo el año. Esto marca una diferencia respecto a otros tiempos cuando solo se compraba para arrendamiento temporario. Ahora, vienen, por ejemplo, de un jueves a un domingo en cualquier momento; en especial, los jóvenes; y en enero lo rentan para pagar los gastos de mantenimiento. Esta demanda se tradujo en aumentos de los precios en torno del 30%”,  aclara Rodrigo de Martini, presidente de CELTIS.

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Rodrigo de Martini.

Abogados, analistas de sistemas, especialistas en marketing digital, entre otros, se radicaron en los partidos costeros; en particular, durante la pandemia. Este hecho se constata en el censo del 2022. Pinamar pasó de 25.728 habitantes en 2010 a 40.259, y Costa Chica 21.279 a 33.284. La población del partido de La Costa creció 47,6% en esos diez años. En su mayoría, los nuevos pobladores procedían de CABA, La Plata, y zona Norte y Sur del GBA.

Cabe destacar que los valores inmobiliarios de esta región no se depreciaron como en CABA. Dos años atrás, un departamento de 2 ambientes sobre Chiozza (San Bernardo) rondaba entre 40.000 y 50.000 dólares, y ahora se puede adquirir por 35.000 o 40.000 dólares.

 

Reacomodamiento 

“Acá no impactaron tanto los precios como en Capital Federal, donde estaban altos. En nuestro caso, fueron reacomodamientos más pequeños; aunque en porcentajes puedan parecer elevados (25 y 30%)”, explica Horacio Lus, titular de Lus propiedades arquitectura e inmobiliaria.

Por esa causa, los propietarios hoy casi no aceptan contrapropuestas. Así, un monoambiente sobre Chiozza con balcón al frente rondaba los 30.000 dólares. El año pasado, se podía comprar por 26.000 dólares, ahora no baja de los 28.000 dólares. 

“Los dueños no escuchan contraofertas, lo que era común hasta el año pasado. Incluso aceptaban un precio especial por pago al contado”, reconoce Tykal.

Otro elemento atrayente es el incremento constante del sector de la construcción y los loteos. “Desde hace tiempo constructores con cierta gimnasia en el área juntaron capital por medio de obras privadas. Después se asociaron con dueños de terrenos para realizar emprendimientos. La mayoría comienza con desarrollos de baja densidad (4, 6 u 8 unidades). Ante el éxito de esos proyectos extienden el volumen, la densidad del lote y la proximidad al mar”, revela Lus.

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Silvana Tykal.

Por esto, el negocio en boga es ahora canjear terrenos por unidades terminadas. Este hecho representó la disminución de la oferta de terrenos.

La comunidad boliviana impulsa la construcción en muchos puntos de la costa atlántica. Un número importante de estos constructores se radicó hace tiempo en las primeras playas del partido de La Costa. Después se fueron moviendo hacia otras ciudades marinas de acuerdo a los nichos de mercado que descubrían.

Ahora, la edificación se frenó. El pasar la cotización del dólar oficial de 300 a 800 se tradujo en un incremento del 200% de todos los materiales. Lógicamente, esto elevó el precio del metro cuadrado. Por esta causa los propietarios de inmuebles en ventas no desean rever sus tasaciones.

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“Se ralentizó el ritmo de estas operaciones con el fin de conservar capital e incluso reacomodar los valores. En estos momentos de incertidumbre, los compradores que tienen dinero en mano son los qué hacen los mejores negocios”, afirmó el titular de Lus arquitectura e inmobiliaria.

Muchas visitas

A diferencia de otras temporadas, en la costa se intensificaron las visitas a propiedades en venta. Fueron – dicen-  20% superiores a las de otros períodos. Aunque no se concretaron muchas operaciones.

“Más allá de las votaciones, el mercado se mantuvo activo en 2023. Incluso estuvo más que en otras elecciones. A pesar de la incertidumbre, continuó traccionando”, acotó Manuel Ladanaj, socio gerente de Robles casas y campos. 

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Manuel Ladanaj.

Tras la compra, esas unidades se vuelcan mayoritariamente al mercado de arrendamientos vacacionales. Esto se debe a su rentabilidad. Entonces, la idea es: comprar, usar y alquilar de diciembre a febrero, receso de invierno y fines de semana largos, y de cualquier jueves a un domingo. Esta combinación sería la manera de obtener una buena renta.

Hoy en día, los turistas buscan lugares con un mayor contacto con la naturaleza, playas menos concurridas, y donde practicar deportes náuticos. Estas características llevaron a diseñar nuevos destinos y a resurgir a otros.

“En los últimos tiempos, Chapadmalal tiene mucho auge impulsada por personas interesadas en entornos tranquilos y naturales, cerca del mar. Sin olvidarnos del impulso del surf y sus playas más despobladas. Se están realizando allí desde complejos turísticos hasta casas unifamiliares”, manifiesta Ladanaj.

La mejora de la infraestructura y servicios en algunas localidades costeras permite a los inversores pensar en una contexto positivo de largo aliento. “Antes de decidir abrir nuestro emprendimiento, realizamos un estudio macro sobre la zona. Se detectaba ya entonces, un crecimiento de las infraestructuras viales, escolares, habitacionales y de servicios de modo lento pero constante. En cierta medida, esto respondía a un constante aumento demográfico”, detalla Martín Galli, socio de El Salvaje.

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Martín Galli

Por eso, los barrios cerrados tuvieron tanto éxito en la costa. Ahora se detectan movimientos entre ellos. Es común que los primeros habitantes de estos emprendimientos busquen nuevos horizontes una vez consolidado el country se redireccionan hacia lugares más pacíficos y cercanos a los centros urbanos.

 

Mercado turístico

Ese comportamiento dificulta hoy la venta de esas viviendas. Más bien, influye a la baja en los precios. No obstante, con un presupuesto de 250.000 dólares se puede construir en esos barrios una propiedad de 5 ambientes, 2 baños y medio, piscina, entre otros servicios. Una vez finalizada, la propiedad se destina al turismo.

“Muchas veces, la gente con un pequeño ahorro que no sabe qué hacer y lo tiene debajo del colchón, lo invierte en inmuebles costeros para rentar en las vacaciones. Por ahí no le reditúa tanto, pero no perderá capital”, afirma Lus. Es común que por un departamento de 30.000 dólares se obtenga de enero a febrero una rentabilidad entre el 5% y 10%, durante una temporada muy buena.

Para algunos agentes, octubre y noviembre pasados fueron meses de mucho movimiento en cuanto a compra de inmuebles en Cariló. Es sabido que ya quedan muy pocos lotes hoteleros o multifamiliares en esa zona. Ante eso, la demanda se dirige a nuevas zonas como el Divisadero donde se están realizando varios desarrollos de diversos tipos.

“Compran, por lo general, su segunda vivienda para pasar 4 días a la semana o por estadías largas, de 3 meses al año. Son jóvenes de 30 años que se toman descansos entre tareas, o personas mayores jubiladas con un buen pasar”, explica De Martini quien es también martillero de RDM negocios inmobiliarios.

Según cálculos a mano alzada, estas inversiones pueden ofrecer una rentabilidad neta anual de 2% o 5% en dólares.

En el municipio de Villa Gesell, Mar de las Pampas y alrededores son las preferidas por los inversionistas. “En nuestro caso la primera etapa de entrega inmediata fue muy exitosa. Sacamos un producto nuevo (preventa) que implica cierto grado de incertidumbre (30% en efectivo y el resto a 36 cuotas con entrega a 2 años). Esta fue una temporada de mucho hablar. La gente lo piensa más por las circunstancias actuales”, indica Galli, de El Salvaje.

Horacio Lus
Horacio Lus

Los descensos de la inflación y del dólar generan – dicen- un buen contexto para retomar estas operaciones. Mucha clase media acomodada busca su segunda casa. Entre 80% y 90% procede de CABA y grandes centros urbanos como Córdoba o Rosario. Un porcentaje menor viene de localidades cercanas como Costa Esmeralda, Pinamar, Mar del Plata o de zonas rurales. Pueden conseguir terreno entre 14.000 y 20.000 dólares el metro cuadrado.

 

Diferencia de inversores

“Se debe considerar que la dinámica de los lotes es distinta a la de los departamentos. Sus compradores pueden mantenerlo en el tiempo,  a ver qué pasa”, asegura Galli.

Asimismo, a los inversores se los detecta en el arranque de esos emprendimientos. Mientras los interesados en radicarse en ellos llegan con el proceso de consolidación.

Existe además una tercera fase, la del alquiler turístico. En los barrios cerrados más nuevos, esa oferta es muy acotada y la demanda es constante. Por una casa de living, tres dormitorios de unos 150 m2 se puede obtener una renta mensual por turismo de 10.000 dólares.

“Como es usual, en Mar del Plata, los inmuebles más elegidos siguen siendo los de la primera línea del mar, la zona de las playas Grande y Varese, o en el boulevard del golf. Eso sucede tanto con unidades nuevas o usadas ya que en esos sectores se encuentran los mejores edificios”, precisa Ladanaj.

A partir de 2002, se sumó el distrito del Arte y el Diseño sobre la calle Juan B Justo. Superará los 120.000 m² distribuidos en seis propiedades de lujo y espacios comunes. 

De acuerdo a los analistas, la baja de los precios de 2018 fue también menos notoria en la Feliz. “Inclusive, muchas propiedades mantuvieron sus valores ante la alta demanda”, subraya el socio gente de Robles casas y campos.

Por ese motivo, ronda los 3.000 dólares el metro cuadrado de un departamento en primera línea. Igualmente, crecieron los proyectos en la periferia. Así, el metro cuadrado oscila entre los 1.500 y 2.100 dólares en esos puntos.

Costa
 

En tanto, en el partido de La Costa, se observa la asociación entre jóvenes para adquirir tierras y edificar, ya sea para destinarlo al turismo o para su posterior venta. 

“En San Bernardo, por ejemplo, no existen muchos terrenos disponibles. Ante este las constructoras o los estudios de arquitectura salen a buscar otros lugares dentro del municipio como Las Toninas y San Clemente”,  subraya Tykal. 

Una curiosidad es que aumentan las permutas de inmuebles. Son transacciones mano a mano donde se canjea una vivienda en Adrogué por una en Mar de Ajó donde el único costo son los gastos inmobiliarios.

“Siempre se debe considerar que en La Costa existen clientes de todos los segmentos económicos. En este hecho radica el éxito del municipio y eleva su  perfil”, finaliza Lus.