Sobre la batalla cultural, marxismo en las aulas y adoctrinamientos

Porque enseñar no es adoctrinar y, como diría Rodolfo Walsh nos vamos a expresar “sin la esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido…”, pero convencidos y convencidas que les molesta que pensemos, opinemos, y que peleemos por una educación que reivindique y entienda que la crítica, el cuestionamiento y el debate han permitido los más grandes avances de la humanidad.

Por Virginia Pescarmona


En la conferencia de prensa del jueves 4, en el marco de un paro nacional de CTERA y aniversario del fusilamiento del maestro Fuentealba, el vocero presidencial, Manuel Adorni, indicó que el Gobierno enviará al Congreso un proyecto para modificar la Ley de Educación Nacional (N°26.206) para penalizar el “adoctrinamiento” en las escuelas. Además, mencionó que el Ministerio de Capital Humano abriría un canal para que las familias denuncien este tipo de situaciones. Dedito acusar mediante, imponen la doctrina de la persecución.

“Por decisión del Gobierno se va a enviar el proyecto al Congreso para modificar los artículos 11 y 126 de la ley de educación nacional, con el objetivo de penar el adoctrinamiento en las escuelas”, dijo el portavoz. Como justificación de la iniciativa, Adorni mencionó que a los funcionarios los “entristece” ver “contenidos en aulas y actos teñidos con militancia”. Citó como ejemplo lo ocurrido en Verónica, Provincia de Buenos Aires, durante el acto por el aniversario de la guerra de Malvinas.

En un bombardeo de anuncios, discursos, campañas y medidas, incluso económicas como la implementación de voucher para la educación privada, el gobierno no cesa en su incansable batalla contra la educación pública. Esta Adorni vez anunció que enviará un proyecto: “por decisión del Gobierno nacional se va a enviar un proyecto de ley para modificar los artículos 11 y 126 de la Ley de Educación nacional con el objetivo de penar el adoctrinamiento en las escuelas”.

Una provocación montada sobre un montón de sentidos comunes y fundamentos falsos. Pero el caso es que se mostraron convencidos de perseguir, denunciar, señalar y castigar al que piense distinto a ellos.

Igual, nada nuevo. Ahora acusan a la educación pública de infiltración marxista (dictadura del ´30, ´43, ´55, ´62, ´66, ´76 dixit), pero durante la campaña electoral, Milei llegó a decir que en la Universidad de Buenos Aires (UBA) “adoctrinan a la gente para que robe”.

Nada nuevo, literal. El amigo de Milei, Jair Bolsonaro, había promovido su plan “Escuelas Sin Partido”, con el objetivo de imponer “neutralidad”. La neutralidad de Bolsonaro incluía desterrar a Freire, la diversidad sexual, la ideología de género, concepciones “izquierdistas”, entre otras definiciones.

Casualmente o no, se hace pública esta propuesta luego de la difusión de un acto en Punta Indio donde un grupo de excombatientes se retiró de un acto escolar por, supuestamente, sentirse agraviados por las palabras de una docente. Hablaron de ideologización, militancia y partidismo y cuestionaron que la docente se haya referido a la dictadura. ¿Acaso sería objetivo, neutro y sin ideología hablar de la Guerra de Malvinas sin hacer referencia al contexto del país?. Como expresó la pedagoga Guillermina Tiramonti: “el Gobierno parece creer que su deber es barrer una ideología en favor de la propia. Como el meme de los hombres araña, el gobierno señala y construye un fantasma con un único objetivo: tener el monopolio de la verdad y, con eso, «el derecho de imponerla».

Pero además no fue cualquier día, sino en el marco de un importante paro nacional convocado por la CTERA, exigiendo la restitución del Fonid, aumento de salarios, denuncia del ajuste en partidas para comedores, y todo en medio de una inflación de más del 270% interanual. Y no solo eso, si no reprimiendo con gases lacrimógenos a los y las trabajadoras de la educación que estaban en el Congreso Nacional.

Hasta Amnistía Internacional cuestionó esta iniciativa y expresó que era preocupante la “doble vara sobre la libertad”.

“Los contenidos que se trabajan en las escuelas están establecidos en los núcleos de aprendizaje prioritario y lineamientos curriculares. Las infancias tienen derecho a una educación que les permita conocer, comprender y ejercer sus derechos humanos”, expresó Amnistía Internacional Argentina, a través de X.

Al gobierno parece molestarle el derecho a la libertad de expresión, de cátedra, de organización y reunión. El problema que tiene es que son derechos que exceden la Ley de Educación, porque son constitucionales.

Sobre la modificación que proponen, se trata del 11 de la ley N°26.206 que establece los fines y objetivos de la política educativa nacional. Allí se habla de la importancia de los valores éticos y democráticos de la participación, la libertad, la diversidad cultural, la igualdad y el “respeto de las diferencias entre las personas sin admitir discriminación de género ni de ningún otro tipo”. El artículo 126 habla de derechos y deberes y hace referencia a una idea de educación integral e igualitaria y el respeto de la libertad de conciencia de los alumnos. Es decir, que legalmente establece criterios contra el adoctrinamiento.

¿Entonces?… Haz lo que yo digo…

Hipocresía mediante, este anuncio lo hace un gobierno, cuyo jefe de estado, dio un discurso en el inicio del ciclo lectivo en el colegio Cardenal Copello en el que habló de “asesinos de pañuelos verdes”, se refirió al aborto como “asesinato agravado por el vínculo”, y profirió insultos y cancelaciones al marxismo mientras se reía y burlaba a un estudiante que se desmayó durante el acto.

Es un gobierno que opina que está bien transmitir por streaming un acto a la medianoche desde Ushuaia en que ensalza los valores del capitalismo imperialista, entrega de soberanía, junto al Comando Sur, que promovió dictaduras en todo el Cono Sur, formando en métodos e ideología genocidas, torturadores y violadores. Eso no les alarma.

Mismo formato que la dictadura. Mientras prohibía y perseguía la actividad política y el debate y la libertad de expresión, desde el estado se daba una fuerte propaganda contra la “subversión” contra quienes no compartían los principios morales, éticos y estéticos de los militares.

Imposible no pensar en antecedentes históricos. Por ejemplo, los nazis que supieron llevar a cabo los “rituales purificadores”. Fue así que “la noche del 10 de mayo de 1933, miles de estudiantes miembros de la juventud hitleriana, profesores y hombres de las SS y las SA quemaron alrededor de 25 mil libros en una hoguera pública en Berlín, extendiéndose luego la acción a 20 ciudades más”. Hace 42 años, Los libros que la dictadura quemó

O la dictadura de Onganía y su Noche de los Bastones Largos. Y ni hablar de la última dictadura genocida llegó a prohibir libros de cuentos por “impartir ideología”:

“Un elefante ocupa mucho espacio” y otros textos fueron prohibidos por un decreto del 13 de octubre de 1977. Allí decían que se trata de un cuento “con una finalidad de adoctrinamiento que resulta preparatoria a la tarea de captación ideológica del accionar subversivo.” ¿Les suena? El negacionismo no viene solo.

Este gobierno actúa con la misma brutalidad e ignorancia que los milicos que prohibieron libros sobre Cubismo, por creer que hablan de la Revolución Cubana.

Pero incluso en la mayor de las persecuciones, censuras, clandestinidad y horror, resistieron los libros en sótanos, cambiando sus tapas, etc, y llegan a nuestros días. Incluso los cuentos circulaban igual, de la mano de maestras y maestros que se los presentaban a sus estudiantes.

¿El negacionismo no es adoctrinamiento?

En un conocido cruce televisivo con Darío Lopérfido, ex ministro de Cultura de CABA, el escritor y profesor universitario Martín Kohan ilustró que la cifra de 30 mil es abierta en tanto interpelación al Estado y exigencia de respuesta. “No tenemos muertos, tenemos desaparecidos, no hubo cuerpos, los seguimos buscando. La cifra es abierta porque el Estado reprimió de manera clandestina e ilegal, sustrajo los cuerpos y no dio información, no solo porque ‘no sabemos’”, señaló. El mismo Kohan estos días se hizo viral por un video en el que contundentemente debate contra la idea de adoctrinamiento en la Universidad

“Para que funcione, hacen falta dos elementos: uno, la palabra autoritaria del docente. De ninguna manera justifica una caracterización general del estado de cosas de la educación argentina presuponer que todos los docentes son autoritarios. Lo segundo es que la cabeza del estudiante esté lo suficientemente hueca como para recepcionar pasivamente lo que dice el docente. Ninguna de esas dos cosas ocurre”.

Muy pertinente. En pedagogía, suponer que hay alguien a “adoctrinar” y un otro que adoctrina no es neutral. Es una concepción de la educación en la que los sujetos no son tales, en que se aprende lo que nos dan sin proceso, sin historia. Es volver como hace siglos no se reivindica, a poner el centro de la escena en quien enseña y no quien aprende. ¿Robots adoctrinados? ¿Tábulas rasas? En términos teóricos atrasan más de cien años. La propuesta de una educación neutra, aséptica fue infinitamente superada por todas las corrientes de pensamiento. Vaya revolución la libertariana.

Como los dinosaurios…

Durante la campaña electoral también se escuchó a Victoria Villarruel expresar que “anularía la Educación Sexual Integral. Es un mecanismo por el cual se le deforma la cabeza a la gente”, dijo en un reportaje televisivo el postulante más votado en las PASO. “La queremos eliminar porque es adoctrinamiento nada más”,

Fue Myriam Bregman quien en el debate presidencial respondió: “Vamos a defender la educación sexual integral obligatoria, porque entre otras cosas sirvió para identificar numerosos casos de abuso en niños, niñas y adolescentes y también para respetar la diversidad sexual”. Educación sexual.

Para que se entienda de qué hablamos cuando sí hablamos de adoctrinamiento. Mientras la ESI ha sido una construcción no solo social, conquistada por lucha, debate, con aporte de especialistas, pedagogos, el poderoso movimiento de mujeres y es Ley, Marra hizo campaña pretendiendo ser jefe ded Gobierno porteño apuntando contra la ESI planteando que fomenta la pornografía, con el argumento de que “es como yo aprendí». Aberrante.

Justamente, para que no haya parcialidad ni visiones sesgadas por ideología (como la ESI que se imparte en escuelas confesionales) debe existir capacitación científica y que se derogue el artículo 5 de esa Ley, ya que establece que “la Educación Sexual Integral brindada por cada institución, puede adecuarse a las convicciones de cada institución”. Esto es imprescindible para que no haya desigualdad y que haya una verdadera Educación Sexual Integral, científica y laica, adecuada a cada edad y nivel de desarrollo y no perspectivas sin fundamentos científicos, de sentidos comunes, discriminatorias y no integrales.

El mismo Marra también hizo campaña apuntando al programa Paka Paka como usina ideológica, bajo el argumento tan científico y estudiado de «No sé, mi mamá, que es profesora de historia, me dijo».

Como ya dijimos acá “Desde Sarmiento que fomentó la educación pública a cargo del estado y de masas es un debate. ¿Acaso la formulación educar al soberano es inocua, inodora e incolora? “Esa canalla no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen”, supo decir el padre del aula. ¿Racista? ¿Violento? Pero se le rinde homenaje en todas las escuelas sin cuestionar. Un spoiler: eso si era adoctrinamiento”.

Acusar para ajustar

Detrás de toda esta campaña “antiroja”, antiderechos, negacionista, pro imperialista, está el plan de los egresados del supuesto antro marxista de la UBA: la facultad de Ciencias Económicas, Luis “Toto” Caputo o José Luis Espert: ajustar, para pagarle al FMI.

Para que no se cuestione, se pretende amordazar la crítica, la libertad de expresión, el debate de ideas. Pero eso no es educación y menos libertad. Porque eso de la libertad es que un docente exprese sus opiniones y también sus estudiantes. Que docentes y estudiantes sean sujetos de sus vidas y posturas.

Nosotros y nosotras aspiramos a una educación que cuestione, que no naturalice la violencia, la desigualdad, la vida de miseria que nos quieren imponer. Y esto es lo que no quieren, por eso la censura, la mordaza, el señalamiento a quien ose opinar distinto, cuestionar. Sin estas prácticas no hay futuro distinto, no hay futuro mejor.

Pretendemos una educación donde los trabajadores de la educación, la comunidad, especialistas, estudiantes puedan definir democráticamente, con fundamentos científicos, políticos, sociales, solidarios, qué es necesario enseñar y qué es importante aprender. Una educación científica, donde todo tenga fundamento, y nada sea porque sí, porque “lo dijo mi mamá”, porque “siempre fue así”, porque le molesta a tal o cual. Una educación que reivindique y entienda que la crítica, el cuestionamiento y el debate han permitido los más grandes avances de la humanidad.

Fuentes: Resumen Latinoamericano, Las 12, La Izquierda Diario.