El exfuncionario admite que el triunfo libertario abrió el debate sobre la intervención estatal. Autocrítica interminable y falta de consenso.
Autocrítica del peronismo y el rol del Estado
–Más allá del rechazo a las políticas de Milei, ¿existe una visión compartida por los diferentes sectores del espacio panperonista sobre el rumbo económico deseable para el país?
-Si uno mira los documentos oficiales del Congreso del PJ y la carta de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, no emerge una visión compartida; pero sí las discusiones hacia adelante están tejidas de la moderación de una autocrítica que nunca se termina de hacer.
-¿Cuáles son esas discusiones?
-Una es en torno al Estado y a su poder regulatorio. Tenemos dentro del peronismo ciertas dudas. Levantar esa bandera es difícil cuando el impacto electoral está cobrándose sus costos. 14 millones de ciudadanos rechazaron la intervención del Estado en la economía a partir de las propuestas de La Libertad Avanza. En el programa de estabilización de Milei o las actitudes del ministro de Economía, Luis Caputo, los formadores de precios que se manifiestan y ponen en crisis los planes oficiales. El control también tiene que funcionar y el gobierno del Frente de Todos no encontró esa cohesión que necesitaba para ejercerlo a pleno.
Regulaciones, monopolios, importaciones y BRICS
–Si se asume que la política económica actual requiere alternativas, ¿cuál sería el modo de combatir la inflación y aliviar a la población?
-Por el costado macroeconómico tenés que asegurar estabilidad externa. Si el Gobierno somete a la población a una devaluación, tiene que asegurarse que no haya un traspaso a precios, que en este caso no hubo. Necesariamente tenés que regular importaciones y establecer una prioridad. Por el lado de la microeconomía, es inconcebible que no se piense una política de regulación de monopolios. Este gobierno pretende que los precios internos estén a precios internacionales. No quiere decir que no tengas que tener un sendero fiscal de estabilidad, pero algunas regulaciones sobre consumos esenciales tiene que haber.
El actual es un contexto de crisis global de la hegemonía muy grande. Aparece un bloque como es el BRIC con el nivel de capacidad económica que tiene tensando e impartiendo corrientes de proteccionismo muy fuerte. Si vos medís la tendencia en el mundo no es transferir los activos públicos al privado. Nadie está planteando las cosas que plantea LLA, pero tampoco una posición en los documentos oficiales del peronismo respecto a si acompañar o no la corriente internacional.
-¿Un ajuste fiscal es inevitable? ¿Cuál es la relevancia del equilibrio fiscal, a través de qué mecanismos se lo debería conseguir y en qué plazos?
-Debe haber un sendero previsible de estabilidad presupuestaria. Con una recaudación tributaria atada al ciclo de actividad, cualquier ajuste cuantitativo en el gasto público, implica una retracción de la demanda agregada y consecuentemente un impacto negativo en la actividad y la recaudación que obliga a un nuevo ajuste. Lo correcto es establecer pautas de crecimiento de la recaudación por encima del aumento del gasto e ir cerrando la brecha de ese modo.
Para ello es necesario trabajar sobre la política tributaria, reduciendo exenciones a las grandes firmas (tal como se planteó en el proyecto de ley de presupuesto 2024), afinar el combate a la evasión y aumentar el peso de los impuestos patrimoniales en la estructura tributaria. Desde el costado de las erogaciones es imprescindible fortalecer el gasto de capital por sobre el gasto corriente para apalancar la demanda, eficientizando las prestaciones públicas.
Había debates sin consenso
–¿En la experiencia del Frente de Todos fallaron las políticas económicas o la articulación política de sus referentes?
-Hubo un fallo en la política económica cuando no se aprovechó el atesoramiento del superávit comercial muy abultado de 2020 y 2021 y los u$s4000 millones de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI). Todo eso pudo haber inyectado unos u$s30.000 millones en el nivel de reservas que 2022 se te angostó para hacer frente a la guerra entre Rusia y Ucrania. Hubo una discusión sobre darle los dólares a un sector de la cúpula empresaria, para que cancelaran deuda; otros temían un overshooting cambiario. Otros sosteníamos que lo que le da estabilidad a una economía como la argentina es el sector externo sólido. Los dólares finalmente no se atesoraron.