Tarifas de gas: se viene el fin de los subsidios, con fuertes aumentos en febrero, marzo y abril


El Gobierno confirmó que buscará reducir fuertemente los subsidios en las tarifas de gas en los próximos tres meses, y que habrá cambios en la forma de segmentación a partir de abril próximo.

 


Así lo anunció hoy el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, quien propuso el establecimiento de un nuevo esquema de tarifas con un aumento del 33 % a aplicarse en los meses de febrero, marzo y abril; y un nuevo sistema de subsidios, a partir de abril de este año. Tras indicar que solo se mantendrán los subsidios a los “sectores vulnerables”, el funcionario precisó que se establecerá una canasta básica energética para todos los usuarios, que el Estado subsidiará un porcentaje de acuerdo a los ingresos de los convivientes en cada hogar.

En el marco de una audiencia pública destinada a debatir los futuros aumentos en el servicio de gas, Rodríguez Chirillo dijo que, actualmente, en promedio, los usuarios de gas pagan solo el 17,5 % del costo de producción. En números concretos, se abona a través de las boletas el equivalente a 0,7 de dólar el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector), cuando el costo promedio es de 4 dólares.

En este sentido, agregó que habrá un “traslado gradual” del costo del gas a las tarifas finales “para la readecuación progresiva de subsidios”. Y aclaró que se quitará un 33 % del subsidio en los inicios de cada mes de febrero, marzo y abril hasta llegar a pagar el costo total. Es decir, los usuarios pasarán de pagar 0,7 de dólar el millón de BTU a 4 dólares en tres meses. Sin embargo, no brindó precisiones sobre cómo será el impacto final de los aumentos en las tarifas.

Bajo la premisa de que “los subsidios distorsionan la demanda y subvencionan a usuarios que no lo necesitan”, el secretario de Energía anticipó que, a partir de abril, el sistema de subsidios a la energía se modificará, con un impacto significativo para las clases medias, a partir del cálculo de una “canasta básica energética” –que no informó cómo estará compuesta–, en la que el Enargas aplicará el esquema de subsidios de acuerdo a los ingresos de la “pareja conviviente”, y no solo de la persona registrada como usuario en la empresa distribuidora.

Por su parte, el Foro Bonaerense de Servicios Públicos manifestó este lunes que, si prosperan los pedidos de actualización de costos y el traslado a las tarifas propuestos por las empresas distribuidoras de gas, los sectores de ingresos medios tendrán un incremento en las boletas del 300 %; los de bajos ingresos, del 180 %; y la clase alta, del 150%.

Mientras, se espera que se anuncien también aumentos en el transporte y la distribución en los próximos días, para recomponer los márgenes de rentabilidad de las empresas (TGN, TGS, Metrogas, Camuzzi y Naturgy, entre otras). La idea de la Secretaría de Energía es que haya subas mensuales según la inflación pasada.

El secretario de Energía adelantó también que habrá cambios en la manera de subsidiar las tarifas de gas y electricidad a partir del 1° de abril. En primer lugar, se van a determinar “los ingresos totales del grupo conviviente”, y se subsidiará hasta un determinado porcentaje de esos ingresos. Además, se creará una “canasta básica energética tanto para gas o electricidad”, que cubrirá las necesidades indispensables de las personas.

La canasta se determinará en una cantidad de metros cúbicos (m3) -en el caso del gas- o de kilovatio hora (kWh) -para la electricidad- por mes, que será distinta según la zona del país. “Es un subsidio a las personas en situaciones de vulnerabilidad. El subsidio que otorgará el Estado será diferencial y se aplicará cuando el precio de la canasta básica supere un porcentaje determinado de los ingresos totales del grupo conviviente”, explicó el funcionario.

En otras palabras, nacerá una canasta básica energética, definida según zonas de consumo y por grupo conviviente. El subsidio se calculará según la relación del porcentaje que tiene ese consumo básico en el total de los ingresos.

“La interrupción o falta de correcciones tarifarias y congelamiento, llevaron a que la tarifa no refleje el costo del suministro; a que las licenciatarias dejaran de hacer las inversiones obligatorias, que atentan contra la vida útil de los activos, y alimentó el crecimiento de la demanda sin acompañarlo siquiera con un uso responsable”, evaluó Rodríguez Chirillo frente a un esquema que estará al servicio de los precios que fijen las empresas.