Tu ley, mi ley, ¿cuál ley?

Nuevos sujetos, violencias, neoliberalismo, libertades esclavizantes, consumos y elección presidencial.


Nada mejor que un nombre que nomina con claridad: su originalidad está puesta allí a la vista sin engaño. El que usted sabe, el  candidato que tiene en vilo a un sector importante de la Argentina, ése puede decir una cosa y la contraria, exaltarse hasta el paroxismo, desencajarse, cambiar una y mil veces porque se mueve de acuerdo a su-ley, porque se trata de eso, de su ley. El padrino que lo prohíja ya ha hecho de estas marginalidades legales, escuela de vida. Se llama “esa te la debo”. O sea, la pagás vos.

Definiciones acerca de lo psicopatológico y el origen de la disfunción mental, muy  básicas, hablan de la ausencia de la instauración desde edades tempranas, de una ley que señala conductas y caminos más o menos consensuados, diversos según épocas y culturas pero que, en todo caso apuntan a un piso de convivencia humana vivible en comunidad. Ése, dicho rápido sería el origen de las estructuras psíquicas patológicas, es decir enfermas, disfuncionales, con diversos grados y tipos  de alteraciones. Desde el psicoanálisis.
Desde lo sociológico y jurídico se señala lo mismo, se llame acuerdo o pacto. Por ejemplo constitución y leyes. Un marco. Unos límites, intentan describir y sentar, dentro de qué parámetros queremos como sociedad, vivir. Por ejemplo, que no nos matemos los unos a los otros, no nos comamos entre nosotros. Que los órganos y las vidas y los cuerpos no son mercancías. Que hay coordenadas de lo humano que nos diferencian del resto de las especies. Prohibición del incesto, con las niñeces no, respeto por la dignidad humana y derechos que de ella se derivan. No discriminar, ningunear, negar, violentar.
Enfermedades mentales: la detección precoz, clave en el tratamiento - La  Opinión de A Coruña
Sobre la sociedad de la pos pandemia se dijo que saldríamos mejores o peores (Papa Francisco) La evaluación en salud mental arroja en todos los países que publican estudios, cifras de crecimiento de las consultas por depresión, estrés, angustia, pánico y un largo etcétera que incluye diversas adicciones “de última generación “. Ludopatias, compulsiones irrefrenables diversas. Sigue   costando mucho recuperar el tiempo perdido medido en vínculos que no están. Se midieron mejor las pérdidas económicas.
No diremos con nuestro querido Discepolín “que el mundo fue y será una porquería “. Más bien que hay ciclos en los que parece que todo se puede perder. Pienso en particular en la era atómica. También en la destrucción del planeta producto del sistema de explotación económico extractivista desregulado sin control. Altamente contaminante. Con desbocados corceles corporativos: grandes corporaciones transnacionales ante las cuales ni los grandes estados parecen poder ponerles freno en su carrera apocalíptica.
Precarización laboral,  cuentapropismo, son nombres refugios de la economía informal que hablan de la falta de oferta laboral de calidad, con derechos, obra social, organización sindical que dé la fuerza mínima necesaria para plantarse ante las injusticias que provoca la ganancia exponencial que mengua salarios. Los estudios dan datos de la carga horaria de sobre exigencia cuando lo que se necesita es reducción de la jornada. Situaciones que desembocan en Estrés laboral que afecta gravemente y en cronicidad, la salud integral.
Consumidores consumidos
El paraíso artificial del consumo alcanza para un ratito, en las clases medias empobrecidas y trabajadores y desocupados, jubiladas y jubilados, pensionados: lo que dura la platita.
Es un mundo de placer dónde la oferta es de “el mundo en tus manos” y la realidad es una abultada deuda en créditos personales, familiares, tarjetas.
Salud mental
Crecen las consultas psicológicas y psiquiátricas, las carpetas con licencias médicas. Pánico. Psicofármacos. Hace poco, en el Congreso de los diputados, Rodrigo Callejón dijo que España funciona a benzodiazepinas (psicofármacos) , y que todo estallaría si por unos días se corta ese abastecimiento vital. En nuestras pampas demasiado conocido y similar es  el tema, desde hace años. Son otras formas de adicciones para seguir tirando, del carro, “noche y día como un buey” dice un tango.
Elecciones
Tal como suele describirlo Jorge Alemán, vivimos en la globalización actual, una “tánato política “. Es decir una cultura de la muerte, por sobreexplotación, porque el sistema neoliberal, etapa superior del capitalismo global más financiero que de producción, se apropia de la vida. Pensemos por ejemplo que hasta el ocio está estructurado, direccionado, planificado desde los algoritmos de la inteligencia artificial, empaquetando todo: músicas, diversión, vacaciones.
Por supuesto que los seres humanos nos inventamos nuestras libertades desde la creatividad, la amistad, los afectos, la risa grupal, el amor. Una comunidad en la que se comparten tradiciones culturales de multiorigen que dan lugar al sobreviviente, persistente y resistente sueño de un mundo mejor. Que lo hacemos día a día.
Cuesta pensar la realidad que vivimos si no tenemos en cuenta Pandemia, la hipermediatizacion de la realidad en aislamiento social e individualismo;  la vida absorbida por las redes y sus pantallas que enredan mentes sanas con mentiras y falso sentido creado desde la cultura de la mercantililización; la comunicación manipulada hegemónicamente desde el  interés político económico de los poderosos dueños de todo; el impulso al consumo adictivo de cosas y drogas; la banalización del da lo mismo cualquier cosa, todo lo cual puede intentar explicar que haya tantas argentinas y argentinas confundidos o seducidos por el discurso del odio, la violencia verbal que siempre se termina por volver física, el negacionismo ahistórico. Estas máquinas de poder han generado personas sin identidad, historia y memoria. Marketing puro.
Primero se crea el público luego se ofrece el producto. En este caso el candidato, que sí o sí va a funcionar porque está estudiado  que a ese  público consumidor creado artificialmente le va a gustar. Lo tremendo de nuestro drama como ciudadanía sería que semejante personaje más artificial que inteligente, pudiera llegar a ser presidente. Un presidente sin ley.
 Marcelo Cabeza
Psicólogo Rosario
3416358151