La presentación de la sexta versión del chatbot de Open AI hizo que las acciones de Duolinguo cayeran mientras subían las de GameStop. Más que una cuestión de mercado, el poder empieza a distribuirse de maneras insospechadas.
En nuestro país, ya sabemos que la política está más movida que nunca. Estamos ante cambios que podrían alterar significativamente nuestro día a día. Estos tiempos inciertos me hacen eco de los dilemas que planteo en mi libro, donde la tecnología se presenta tanto como una promesa como un desafío gigante para la humanidad.
La llegada reciente de ChatGPT-4o puso al mundo tecnológico patas arriba una vez más, no sólo por sus capacidades impresionantes sino también por sus efectos colaterales, como la caída de las acciones públicas de Duolingo durante su presentación. Este evento ha revivido preguntas que ya son recurrentes en los pasillos de la tecnología y que resuenan fuerte en el mercado.

Ni hablar sobre GameStop, el renacer de sus acciones gracias a una avalancha de inversores individuales usando plataformas online, muestra cómo la tecnología está reescribiendo las reglas del juego económico. Esto no es solo una cuestión de mercado, es una muestra de cómo el poder está empezando a distribuirse de maneras que quizás pensábamos que eran simples casualidades. ¿Qué dice esto sobre el futuro de nuestra economía?
Estos fenómenos, aunque parezcan desconectados, están profundamente entrelazados. Son las fuerzas que están dando forma al nuevo mundo en el que estamos entrando. Postecnológicos… intenta dar algunas respuestas y abrir aún más preguntas sobre cómo podemos usar la tecnología para enfrentar un poco estos tiempos complejos y seguir agregando valor.
Y así, mientras seguimos adelante, es fundamental que nos hagamos más preguntas, algunas incluso catastróficas. ¿Qué decisiones podemos tomar hoy para asegurar un futuro donde todos podamos prosperar? ¿Cómo equilibramos innovación y ética en esta nueva era? ¿Estamos preparados para las consecuencias de nuestra propia creación tecnológica?