Economía libertaria y riesgos de narcoestado


Por Roberto Caballero

 


Para ser la eventual futura canciller en un gobierno de Javier Milei, hay que advertir que Diana Mondino ejerce la diplomacia con llamativa aspereza. Vocera ad hoc de la campaña del león libertario devenido en gatito mimoso del PRO, en pocos días resucitó la polémica propuesta de la venta de órganos y comparó el matrimonio igualitario nada menos que con la molestia de la pediculosis. Extraña manera la suya de inaugurar el supuesto giro al centro moderado de La Libertad Avanza.

Sin embargo, en medio de la revuelta, pocos recalaron en un anuncio que habla de las ideas y relaciones de Milei como ninguna otra cosa. Los presidentes suelen supeditar la elección del país de destino de su primer viaje a dar una señal clara sobre dos asuntos relevantes: su política exterior y el modelo que piensan aplicar durante su gobierno. Fue Mondino la que anticipó que la primera visita del libertario será al Paraguay.

Fue precisamente en el Paraguay, en el programa “Cara o Cruz”, que se emite por Unicanal, que Javier Milei confesó en 2019 su admiración por la figura del mafioso Al Capone y elogió la evasión fiscal: “Lo que hace el contrabando es evitar al fisco. Para mí los contrabandistas son héroes. Uno de mis grandes héroes, yo lo suelo mencionar en mis charlas, es Al Capone”.

Mirada bajo esa premisa, su subordinación a Mauricio Macri se comprende mucho mejor. Integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la mayoría automática menemista tuvieron que renunciar, entre otras acusaciones, por haber garantizado la impunidad del propio Macri dos veces condenado por “contrabando agravado” de autopartes al Uruguay.

Más acá en el tiempo, ya durante su gobierno, Macri quedó envuelto en el escándalo de los Panamá Papers que dejó al descubierto una telaraña internacional de sociedades offshore usada por magnates de todas las latitudes para encubrir diversos delitos, desde el lavado de activos a la evasión tributaria.

Eso no fue todo, a la par que hizo votar una ley de blanqueo fiscal en el Parlamento emitió un decreto que permitió lo que la ley no permitía en su articulado: que familiares suyos y de sus funcionarios se beneficiaran y quedaran exentos de dar explicaciones por el origen de sus patrimonios fugados o no declarados ante la AFIP.

Volviendo al Paraguay, en plena pandemia, Macri hizo un viaje relámpago a Asunción para reunirse con el ex presidente Horacio Cartes y con el entonces mandatario Mario Abdo Benítez, ambos del Partido Colorado. Ante la indignación que produjo por la violación de la cuarentena brindó versiones contrapuestas para justificarse. Dijo primero que la reunión había girado en las preocupaciones comunes para hallar una salida a la emergencia sanitaria global y más tarde, en temáticas vinculadas a la Fundación FIFA.

En enero de este año, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sancionó a Horacio Manuel Cartes, el amigo de Macri; y a Hugo Adalberto Velázquez, el actual vicepresidente del Paraguay, “por su participación en hechos de corrupción desmedida”. Es decir, mucha.

El documento oficial del Departamento del Tesoro dice así: “Cartes incurrió en actos de corrupción antes, durante y después de su mandato como presidente de Paraguay. La carrera política de Cartes se basó y continúa dependiendo de medios corruptos para el éxito (…) Pagó a los miembros del partido hasta $10,000 (dólares) cada uno para apoyar su candidatura antes de las elecciones de 2013. Mientras era presidente de Paraguay, Cartes continuó con sus esquemas corruptos, incluido el pago en efectivo a funcionarios a cambio de su lealtad y apoyo”.

Y sigue: “En el 2017, Cartes prometió un millón de dólares de su propio patrimonio para comprar los votos de los legisladores para apoyar su impulso infructuoso de reforma constitucional que le permitiera postularse para un segundo mandato en el 2018 (…) Esta oficina también está designando a Tabacos USA Inc., Bebidas USA Inc., Dominicana Acquisition S.A. y Frigorifico Chajha S.A.E. como cuatro entidades que son propiedad o están manejadas por Cartes”.

En otro apartado, el Tesoro estadounidense se ocupó de Hugo Velázquez, el vice del actual presidente Santiago Peña quien “también se ha involucrado en prácticas para interferir en procesos legales y protegerse a sí mismo y a sus socios criminales de investigaciones criminales, incluso sobornando y amenazando a quienes podrían exponer su actividad delictiva (…) Tanto Cartes como Velázquez tienen vínculos con miembros de Hizbolá, una entidad designada por el Departamento de Estado de los EE.UU. como Organización Terrorista Extranjera (…) Vendían contratos estatales y discutían los esfuerzos de aplicación de la ley a cambio de sobornos. Representantes de Cartes y de Velázquez han cobrado sobornos en estas reuniones”.

Efraín Alegre, ex candidato de la Concertación opositora al Partido Colorado, en marzo de este año declaró a Página 12: “Nuestras instituciones están puestas en peligro por el crimen organizado, el lavado de dinero y el contrabando que en Paraguay tiene un jefe que es Horacio Cartes. Con el dinero sucio que viene de la narcopolítica, es con lo que se secuestran instituciones, se pagan fiscales y jueces y sobornos a parlamentarios. Hoy Cartes está procesado en Brasil y EE.UU y no puede salir del Paraguay, que no es su lugar de residencia, sino su guarida».

El 7 de octubre último, el mismo Cartes fue denunciado como presunto instigador del crimen del Fiscal Antimafia paraguayo Marcelo Pecci, asesinado en Colombia mientras pasaba su luna de miel. Pecci investigaba casos de corrupción, lavado de dinero y la penetración en el país del Primer Comando de la Capital (PCC), grupo mafioso con origen en Brasil que se viene expandiendo en toda la región. Hasta ahora, se sabía de la participación en la ejecución del fiscal de una banda liderada por Sebastián Marset, un narco provisto de pasaporte por el gobierno liberal uruguayo de Alberto Lacalle Pou mientras estaba preso en Dubai, caso que provocó la renuncia de su canciller Francisco Bustillo.

La ONU divulgó un informe hace tres semanas donde identificó a los países peor puntuados en la lucha contra el crimen organizado a escala global. Encabeza Birmania, seguido de Colombia, México y, en cuarto lugar, aparece Paraguay, que según describió en un editorial el diario ABC Color, el más importante del país, va camino a convertirse en “un verdadero narcoestado”.

Vaya paradoja, la Heritage Foundation, un think tank republicano de los Estados Unidos, que todos los años hace público un ranking sobre libertad económica en la región, pone a Paraguay como ejemplo en materia de desregulaciones estatales. Para los fundamentalistas del mercado, esa geografía convulsa e insegura para vivir, merece elogiosas recomendaciones para invertir y hacer negocios rápidos. Corriente de opinión que en Argentina tiene cada vez más seguidores.

Ya en agosto de 2020, el diario La Nación titulaba una nota “Claves para invertir en el nuevo país de moda para argentinos”. Allí la autora enumera cuál es su atractivo principal: “En 2011 Paraguay empieza a despertar interés por el cepo al dólar de Cristina Kirchner y porque se posiciona bien, ya que tiene poca presión tributaria: 10% de impuesto a la rentabilidad y 10% a la renta personal que sería lo que aquí se conoce como ganancias. Además es un país súper seguro jurídicamente: el mismo Código Civil rige para contratos de locación y compraventa y hay libre entrada y salida de divisas”.

“Y una firma que pisó fuerte en el mercado de oficinas de Asunción es Eydi SA, una desarrolladora que hizo edificios en Nordelta –sigue el artículo-, pero desde hace años se volcó exclusivamente a Paraguay. Uno de sus socios es Gonzalo Faccas Tonelli, un mendocino que se mudó hace 20 años a ese país”. No dice La Nación, empero, que el empresario citado estuvo involucrado hace unos años en un caso de estafa piramidal que conmovió a toda Asunción.

En otra nota, en este caso de setiembre último, el mismo diario tituló “Paraguay, un gran atractivo para los inversores del real estate”, donde destaca que “con una economía estable, un crecimiento del PIB constante, una inflación controlada y un marco político con reglas claras Paraguay se vuelve cada vez más un sitio atractivo para los inversores inmobiliarios que buscan rentabilidad y estabilidad”.

“’A eso se suma el acceso a financiación y un esquema impositivo bajo. De hecho, Paraguay es hoy la plaza más competitiva de la región’, afirma Fabián Parolari”, quien es presentado en la nota como “líder en mercados internacionales desde hace 20 años”. Cosa curiosa, porque Parolari es un bróker, efectivamente, pero uno que es mencionado en la llamada “Causa Cuadernos” vinculado al lavado de divisas. Dato no consignado en el mismo diario que publicó la presunta investigación basada en los cuadernos manipulados del chofer Norberto Centeno, que dio origen a aquel expediente.

Un país que acepta inversiones millonarias de origen dudoso, que ofrece baja tributación, escasos controles públicos y ganancias rápidas es irresistible para el capital financiero, siempre dispuesto a atender a un funcionariado sediento de dádivas generosas. Allí donde el Estado se repliega florecen negocios que la Heritage Foundation celebra en sus informes anuales como el producto deseable de un mercado abierto y desregulado. La contracara, sin embargo, es un impresionante aumento del crimen organizado, que corroe el sistema institucional hasta ponerlo de rodillas.

Si llega a ser presidente, Javier Milei quiere hacer su primer viaje para estrenar investidura al país donde confesó que admiraba al mafioso Al Capone y a los contrabandistas, sus únicos héroes en este lío.

Es un aviso que llega del futuro. Convendría tenerlo muy en cuenta antes de votar el 19 de noviembre.