La programación incluye varias presentaciones de libros, entre las que se destacan Desigualdades de nuestro tiempo. Los fundamentos de las brechas sociales en América Latina, publicado por la editorial Batalla de ideas, con Emiliano López y Facundo Barrera Insua como coordinadores (viernes a las 15 horas); Ensayos sobre cultura 1976-1983, editado por Milena Caserola y compilado por Gustavo Moscona, que participará de la presentación junto a María Pía Carrano, Maria Alberto Carrasco y Diego Orfila (viernes a las 16); Historia mínima de los feminismos en América Latina, de la socióloga e historiadora Dora Barrancos, publicado por Editorial Prometeo (viernes a las 18 horas). Barrancos charlará con el público sobre la coyuntura nacional y estará acompañada por Adriana Valobra y Nora Domínguez.

La FLUH revisitará las imágenes que Dani Yako, uno de los fotógrafos más reconocidos del país, tomó en 1983 y que reunió en el libro 1983. Imágenes del regreso (Eterna Cadencia, 2008). El sábado a las 16 horas conversarán con el fotógrafo José Ignacio López y Miguel Rep. Pablo Alabarces analizará el rol del deporte en la construcción de las sociedades latinoamericanas, el sábado a las 17.30. El libro Estado de sospecha. Luis María Castellanos y el periodismo bajo la dictadura (1976-1983), de Osvaldo Aguirre, se presentará el sábado a las 18 horas con Marcos Cingolani. El cierre, el sábado a las 18.30, llegará con uno de los debates más esperados: “Democracia o autoritarismo”, una reflexión sobre las amenazas que en la actual coyuntura ponen en riesgo los pilares del pacto democrático y las condiciones de posibilidad de una democracia fortalecida, ampliada y más inclusiva. Participarán Mario Greco, Diego Iglesias, Florencia Alcaraz, Ezequiel Adamovsky, Micaela Cuesta, Ignacio Ramírez y Malena Silveyra.

En esta segunda edición de la FLUH se podrán conseguir libros de las editoriales Fondo de Cultura Económica, Siglo XXI, Prometeo, Eterna Cadencia, Unsam, Eduvim, Unq, Clacso, Ciccus, Marea, Akal, Biblos, Caja Negra, Cactus, Cuenco de Plata, Corregidor, La Crujía, Sudestada, Chirimbote, SB Ediciones, Nuestra América, Imago Mundi, Ips, El colectivo. Del Signo, Las Cuarenta, Gorla, La Cebra, Tren en Movimiento, Batalla de Ideas, Cien Flores, Tinta Limón y Milena Caserola, entre otras.

“El ascenso general de las alternativas de derechas y ultraderechas en el mundo no es nuevo, quizás podríamos decir que nuestro país llega tarde pero ‘violentamente’ -precisa Carioli-. Tenemos que pensar nuestra responsabilidad en el desarrollo de estas alternativas, nuestros errores y nuestras propias miserias. Un regalo como la deuda con el FMI no es nuestro, pero un yate inexplicable o la falta de políticas veloces y agresivas contra la pobreza y la desocupación son cosas que tenemos que analizar en profundidad. Ellos regalaron el negacionismo vacunatorio o la asfixia financiera, pero nosotros le sumamos la fiesta de Olivos o no nombrar un fiscal general a tiempo. Ahí debe estar nuestra intervención como editores y difusores: reflexionar, criticar y autocriticarse, encontrar respuestas y caminos de crecimiento y modificaciones de políticas y teorías”.

 

¿Por qué a 40 años de democracia crece el negacionismo, cuando el pacto democrático tuvo como pilar fundamental el “Nunca más”? “Suponer que los procesos son eternos es no haber leído seriamente la historia, no haber registrado que el cambio es la constante”, responde Carioli. “Los acuerdos básicos del final de la dictadura van mutando, se mezclan con otras exigencias, otras necesidades y otras contradicciones; sin derechos humanos el pacto democrático no existe, solo con eso no alcanza”, explica el editor de Prometeo y recuerda que Álvaro García Linera escribió mucho sobre el tema. “A los logros del desarrollo progresista de finales de siglo le faltaban cosas y en general no haberlo notado y profundizado los procesos agotó la energía de las nuevas políticas y dio espacio para discursos y proyectos conservadores y alternativos de derecha que pusieron en discusión ideas que nos parecían paradigmas universales. Ahora estamos aprendiendo dolorosamente que los procesos de cambio deben ser permanentes, constantes; que no alcanzaba con lo que ya se había hecho. Como dicen en el campo ‘de nada sirve llorar sobre la leche derramada’, ahora es tiempo de volver a encontrarnos, volver a pensar y a poner nuestras ideas, nuestros cuerpos y nuestras energías en un proyecto porque la nueva derecha cultural nos ha planteado contradicciones que tenemos que superar para vencerlos”.