ARGENTINA COMO CENTRO DEL MUNDO. Por Julián Denaro* 

Hay que considerar a la Argentina por su valor y su importancia estratégica debido a los recursos más importantes del mundo que viene.


Si del mismo modo arbitrario que se dispone convencionalmente el planisferio, lo invirtiéramos, Argentina sería el primer país que se vería leyendo el mapa en el orden lógico, es decir, desde arriba hacia abajo y de izquierda a derecha.

Si del mismo modo arbitrario que se dispone convencionalmente el planisferio, lo invirtiéramos, Argentina sería el primer país que se vería leyendo el mapa en el orden lógico, es decir, desde arriba hacia abajo y de izquierda a derecha.

Pues así ocurrió en los planes de Lula, presidente electo de Brasil, que lo primero que hizo fue llamar al presidente argentino para que almuerce con él al día siguiente de su victoria electoral.

El triunfo del progresismo en Brasil abre la puerta al inicio de un nuevo período integracionista en América Latina, que repercutirá favorablemente en nuestro país.

En principio, la consolidación y el fortalecimiento que se hará sobre los bloques regionales, que son la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas), conformado por los doce países sudamericanos y la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), creada en 2010 e integrada por los 32 países de la región.

Esto significa aceitar, estimular e impulsar un funcionamiento de coordinación e interacción política, económica, productiva, comercial y financiera que favorezca al conjunto y a cada país en particular.

Asimismo, la idea de crear un Banco Central Regional suena fuerte.

Nuestro norte es el sur | Espacio Fundación Telefónica

La creación de una moneda regional permitiría facilitar el comercio de bienes y servicios, al tiempo que lograría independizarse del dólar para toda transacción e intercambio intraregional.

Una cuestión a considerar es la coexistencia de la moneda latinoamericana con las monedas de cada país, con la visión de evitar la disparidad y los inconvenientes que ocasionó el Euro en Europa como moneda única.

Pues hasta para el turismo, si hasta ahora para viajar a Perú, Colombia o México, la costumbre es comprar dólares, ahora eso sería reemplazado por nuestra moneda regional.

En suma, la menor participación del dólar en el sector externo de nuestro país, resultaría un aliciente que reduciría la participación del dólar como instrumento desestabilizador operado por los grupos concentrados antilatinoamericanistas y  proimperialistas.

Ellos sólo pretenden ganar con la generación de inflación, porque son los ganadores de la inflación, y con las devaluaciones, porque son los que manejan enormes montos de divisas.

Adicionalmente, hace mucho que se viene recordando que Argentina, desde el gobierno de Cristina, iba a ser incorporada al BRICS, lo que eso fue desactivado por los gobiernos de Macri y Bolsonaro.

Ahora se convertirá en una realidad, retomando lo que era inminente durante el gobierno de Cristina.

Y no se trata de una cuestión menor, ya que el bloque conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica constituye aproximadamente la mitad de la oblación mundial y la cuarta parte del producto global. Los beneficios que recibirán las posibilidades de Argentina para el crecimiento, el desarrollo y la integración productiva con el mundo desarrollado habrán de desplegarse a mayor velocidad.

El nuevo escenario geopolítico en un mundo multipolar en el cual el imperialismo anglosajón (Reino Unido y EEUU) perdió la hegemonía, permite a los argentinos soñar con construir una patria más justa, más solidaria, más equitativa e integrada con mayor inteligencia en el mundo.

La abundancia de nuestros recursos naturales, humanos, culturales, académicos y científicos que poseemos debería conducirnos a que todos podamos vivir mejor.

Por un lado, el gasoducto que desde Vaca Muerta llegará hasta el límite con Brasil, se convertirá en uno de los emblemas del nuevo ciclo que comienza.

Asimismo, conformamos junto con Bolivia y Chile el Triángulo del Litio, que posee el 85% de las reservas mundiales de este mineral que será clave para la transformación del parque automotriz mundial de explosión a electricidad, contribuyendo a necesidades ecológicas. Esto también se erige como una clave de lo que viene.

Pero será vital reemplazar un modelo extractivista que a través de consorcios multinacionales nos quita nuestra riqueza mineralógica, se lleva toda la plata y no nos deja otra cosa que contaminación.

Del mismo modo, la riqueza de alimentos que posee nuestra Pampa Húmeda en los reinos vegetal y animal debe dejar de ser manejado por unas pocas corporaciones que juegan con el alimento de los argentinos y extorsionan a los gobiernos, todo en función de sus avaros intereses.

La frase que se pronunció desde las patronales agropecuarias en La Rural lo demuestra suficientemente: “Nosotros preferimos que los argentinos sean pobres así comen menos carne, porque de esa forma nosotros podemos exportar más”.

Ante esto, una empresa nacional de alimentos podría acercar y actualizar el modelo del gobierno de Perón, que desde 1946 hasta 1955, utilizaba el total del ingreso de dinero proveniente de nuestras exportaciones primarias para la industria, el desarrollo y las mejoras distributivas.

En simultáneo, será oportuno atender a la riqueza de nuestra Pampa Azul, constituida por el Mar Argentino, que se jacta de ser la mayor región de pesca del undo, pero que es saqueada todas las noches por barcos factoría extranjeros.

Se pierden cientos de miles de millones de dólares cada año por desatender, descuidar y hasta casi olvidar esta bondad estratégica que en vez de usarla nosotros, la están usando otros.

Eso sí, algunos titulares de la prensa de medios hegemónicos pueden confundir.

Por ejemplo, el portal de infobae alertaba sobre que Sero Electric, una empresa de autos eléctricos originaria de Argentina, se mudaba a Brasil espantada por la inestabilidad, imprevisibilidad y demás.

Sin negar algunas características de los últimos tiempos que sin dudas provocan malestar, la realidad de la empresa mencionada es completamente diferente.

Su presidente, Pablo Naya, destacó que Argentina será la casa matriz, y que desde acá operarán ensamblando e integrando piezas en sucursales en otros países, como Brasil, país en donde reconocen la existencia de un amplísimo mercado, lo mismo que planifican hacer en EEUU. Inclusive, el dato más revelador de que nuestra industria tiene un inmenso potencial, es que de las aproximadamente 700 piezas que tienen los autos de la empresa, apenas 10 piezas son importadas, es decir, menos del 2%.

Entonces, cuando el FMI exige a la Argentina un ajuste en el gasto para reducir el déficit fiscal, la respuesta desde nuestro país debería consistir en explicar lo que se vuelve evidente. Hay dos formas de reducir el déficit fiscal.

Una es recortar la inversión social (ajuste) que provoca mayor pobreza, achica la actividad económica y aumenta el desempleo, tras lo cual disminuye la recaudación del Estado y se vuelve a engordar el déficit fiscal.

La otra es aumentar la recaudación del Estado, que se puede obtener de múltiples fuentes.

Algunas fueron expuestas en el presente escrito y otras constituyeron otros artículos que reclamaron por los impuestos a cobrar a los capitales financieros fugados sin declarar ni tributar y que se encuentran escondidos en guaridas fiscales, los impuestos a la renta inesperada ocasionada por el alza de precios de los alimentos en el mundo, los impuestos a los altos magistrados con ingresos mayores al millón de pesos cada mes, reducir la evasión, la elusión y el contrabando, y otros más.

Como se ve, en vez de creer que la Argentina es lo que sobra del mundo, es posible considerar su valor y su importancia estratégica debido a poseer los recursos más importantes del mundo que viene.

Será importante formar e informar para reducir la tasa de engaño causada por los poderes concentrados a través de los medios que manejan.

Si nos concentrásemos en leer primero a la Argentina, como en el planisferio invertido, y valorásemos y cuidásemos lo nuestro, las soluciones se obtendrían con
mayor facilidad.

 

(*) JULIÁN DENARO, Economista (UBA), Columnista Económico en Televisión y Radio, Profesor en Universidades Nacionales (UBA y UNLAM) y en Universidad de Morón (UM), Doctorando en Ciencias Económicas en UNLAM y terminando la Licenciatura en Psicología en la UBA. Autor de seis libros, siendo los dos últimos “Del país dividido a la revolución cultural” (2017) y “Argentina entre las disputas de poder 2012-2019” (2019), y próximo a publicar dos nuevas obras.