La actividad industrial volvió a caer en octubre: operó con solo el 61% de su capacidad instalada.
El último informe del INDEC reveló un retroceso por segundo mes consecutivo. El sector más golpeado fue el textil, que se encuentra apenas por encima del 30% de su capacidad.
El uso de la capacidad instalada en la industria argentina cayó por segundo mes consecutivo en octubre al alcanzar solo el 61%, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Este indicador, que mide la porción de maquinaria y equipos que la industria utiliza efectivamente en su producción, marca un retroceso importante frente al 61,1% mes anterior y profundiza el deterioro económico en el sector manufacturero.

Los datos del organismo estadístico reflejaron que la caída fue generalizada, pero impactó con particular dureza en algunas ramas productivas. El sector textil se ubicó en el nivel más bajo al operar apenas con un 32,5% de su capacidad.
Otras áreas clave que también sufrieron una fuerte contracción de su actividad interanual son las de fabricación de papel y cartón, que pasó de 72,9% a 62,3% y en los productos de caucho y plástico, del 48,9% al 42,3%. La industria automotriz se situó en 56,1%, muy por debajo del mismo mes en 2024, con 61,2%.

La capacidad instalada del sector alimentos y bebidas fue una de las pocas con crecimiento
A pesar del panorama general, algunos rubros consiguieron mantener niveles de producción elevados. La refinación del petróleo se destacó con un uso de 82,2% de su capacidad. Productos alimenticios y bebidas venía de un 68,9% en octubre 2024 y creció al 71,1% en 2025.
El sector textil se ubicó en el nivel más bajo al operar apenas con un 32,5% de su capacidad.
La marcada retracción de la actividad se explica principalmente por la menor demanda interna generada por la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, sumada a los altos costos operativos y la incertidumbre que afecta las decisiones de inversión de los empresarios.
El informe confirma que el pulso de la economía atraviesa un momento de alta complejidad, donde gran parte del tejido industrial optó por frenar el ritmo de sus máquinas y equipos en respuesta a un mercado interno que se achicó.
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