Nueva encuesta revela como impacta el drama económico en el conurbano

Un reciente ranking de imagen política en la provincia de Buenos Aires volvió a mover las piezas del tablero y dejó en evidencia un fenómeno que se consolida mes a mes: los cambios de humor social no respetan fronteras partidarias y afectan por igual al oficialismo nacional, al bonaerense y a los intendentes de todos los colores.

Aunque los datos municipales varían según territorio, la tendencia generalizada muestra una ciudadanía más exigente, más volátil y menos alineada automáticamente con las identidades políticas tradicionales.

Milei Imagen CB Consultora

La foto del momento combina algo de sorpresa, algo de continuidad y un trasfondo común: el ajuste nacional, el desgaste de las gestiones locales y la hiperpolitización que dejó el año electoral siguen moldeando la percepción sobre cada dirigente.

La posición de Milei en el territorio más poblado del país

La presencia de Javier Milei en la provincia es un dato clave porque explica parte de los cambios detectados. El Presidente mantiene niveles de adhesión relativamente firmes en algunos corredores productivos y en sectores del interior bonaerense, pero su figura se vuelve más disputada en el Conurbano, donde la sensibilidad económica y el peso del deterioro social se reflejan más rápido en las mediciones.

El ranking también muestra algo que se repite desde diciembre: la imagen presidencial depende menos de la política tradicional y más del impacto directo del plan económico. Los intendentes lo saben y ajustan sus estrategias en función de esa dinámica.

Kicillof, entre la resistencia y el desgaste

Axel Kicillof vuelve a encabezar el mapa del conurbano: es el dirigente con mejor imagen positiva en la mayor cantidad de municipios, imponiéndose en 16 distritos. Muy por detrás aparecen Javier Milei, que lidera en 7, y Cristina Fernández de Kirchner, que solo se ubica primera en 1.

Kicillof Imagen CB Consultoar

Cristina Kirchner: estabilidad con matices

 

La imagen de Cristina Kirchner aparece con una particularidad: no sufre saltos bruscos, pero sí evidencia movimientos leves según la composición socioeconómica de cada distrito.

En algunos municipios del primer cordón mantiene niveles altos de adhesión; en otros, el cansancio por la puja política prolongada genera un retroceso moderado.

Para el escenario bonaerense, su figura sigue siendo una referencia central, pero el ranking sugiere un proceso de “normalización” de su imagen: ya no domina completamente la agenda territorial, aunque conserva influencia.Cristina Imagen  CB Consultora

 

Los intendentes, protagonistas silenciosos del ranking

Uno de los puntos más fuertes del relevamiento es el comportamiento de los jefes comunales. El ranking muestra que la valoración de los intendentes se volvió más pragmática y menos ideológica. En muchos casos, la imagen local crece o cae por cuestiones puntuales de gestión —iluminación, seguridad, obra pública, empleo— más que por alineamientos políticos nacionales o provinciales.

Los intendentes que lograron sostener servicios básicos, mostrar obra visible o mantener diálogo abierto con sus comunidades aparecen mejor ubicados.

En cambio, aquellos que enfrentan crisis de seguridad, tensión económica o conflictos internos registran descensos notorios, incluso si pertenecen al mismo espacio político que sus votantes tradicionales.

Ranking Intendentes

Una tendencia para seguir de cerca

El ranking bonaerense no solo sirve para ordenar la temperatura política del presente: también anticipa movimientos estratégicos de cara a las próximas elecciones legislativas.

Las dirigencias ya lo analizan como un insumo central para definir candidatos, ajustar discursos y reforzar presencia territorial.

Si algo deja en claro este relevamiento es que el votante bonaerense está más atento, más crítico y menos predecible. Un escenario que obliga a todos los actores políticos a recalibrar sus estrategias.

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