EZEQUIEL BEER
Las semanas entre la aplastante victoria del Peronismo Bonaerense y el pasado 26 de Octubre rondaron en sugestivas situaciones que obligaron al Presidente Javier Milei a recurrir a su socio regional mayor el cual puso casi todas las condiciones para prestar » ayuda » y de como conducir este proceso dificultoso para el oficialismo.

Quizás las palabras de Trump alertando al país de que si mediara un triunfo opositor todas las maldiciones iban a ocurrir sobre la Argentina por lo tanto de alguna manera obro de disciplinador político ante un electorado apático y que en cierta manera luego del Gobierno de Alberto y Cristina Fernández no eran muy deseosos de volver a un pasado difícil.
Pero sin dudas los casi 12 millones de electores que no sufragaron quienes son en realidad la fuerza política dominante es un efecto muy largo y profundo que abarca a varias gestiones presidenciales previas.
Estamos sin dudas en presencia de una severa crisis de representatividad a la cual se ignora por casi todos los sectores políticos lo que puede poner en juego la legitimidad del sistema democrático.
La falta de renovación y la seguidilla de los mismos personajes a elegir bajo un arrastre recesivo económicamente hace del hecho del voto algo casi de falto de sentido.
El Partido Justicialista fue objeto de una elección interna fallida que lo único que provoco que Cristina Fernández de Kirchner – quien ocupa cargos electivos desde 1987 – fuera invocada como autoridad máxima y con ella agrupaciones y personajes que son de carácter polémico para una gran parte de la sociedad y de los afiliados.
Por otra parte desde el año 2007 se ha producido una seguidilla de presidentes oriundos de CABA o del Conurbano Bonaerense lo que ha obturado el Federalismo y también la Unidad Política tanto del PJ como del país.
En ese sentido un inesperado Gobernador como es el caso de Ricardo Quintela ha tomado el duro desafío de incidir al interior del PJ y de cara a la sociedad prácticamente sin recursos pero con la convicción que una gran parte de las provincias le han dado. Existe una situación dual entre la oposición y el oficialismo.

Ambos manifiestan dificultades a la hora de lograr cohesión interna y nuevos liderazgos en una sociedad donde lo político les demuestra poco y nada en favor de la defensa de sus propios intereses.
Y en ese escenario que se reproduce al resto de la sociedad los EEUU dan lugar a presiones disfrazadas de ayudas económicas bajo un nuevo dominio cuasi imperial y en efecto se ha montado un escenario a favor de la dolarización de la economía argentina algo que ni siquiera en Ecuador dio resultados promisorios.
Los Gobiernos de Juan Domingo Perón y Néstor Kirchner – quien saldo la deuda externa ante el FMI – si bien aggiornados pueden ser el faro de una recomposición ideológica en pos de la construcción de una propuesta alentadora para una sociedad que esta mirando de costado los consabidos intereses nacionales.
Estamos a tiempo.
