La contundente victoria opositora en las elecciones legislativas bonaerenses desata una crisis de confianza en los mercados financieros, con caídas históricas en activos locales y presión sobre el tipo de cambio
El veredicto de las urnas se transformó en un tsunami financiero que amenaza la estabilidad del programa económico oficial. La brecha entre el discurso de continuidad y la realidad política abre interrogantes sobre la gobernabilidad económica en los próximos meses.
La apertura financiera del 8 de septiembre de 2025 confirmó los peores pronósticos. Las pantallas de trading exhibieron números rojos desde los primeros minutos de operaciones, reflejando el impacto de la derrota oficialista en la provincia de Buenos Aires. El índice Merval se desplomó 13%, liderado por papeles bancarios que acumularon pérdidas de hasta 20% en Wall Street.
El riesgo país, elaborado por JP Morgan, escaló hasta los 1200 puntos básicos, nivel que no se registraba desde los momentos más críticos de la crisis de deuda. Los bonos soberanos encabezaron las caídas, con el GD46 liderando las pérdidas con una depreciación del 17%. Las acciones del Grupo Financiero Galicia cayeron 15%, mientras que Edenor, BBVA Argentina y Pampa Energía registraron descensos del 13%.
La tormenta perfecta: política y economía colisionan
Los resultados electorales evidenciaron el divorcio entre las expectativas oficiales y la realidad política. La diferencia de 19 puntos porcentuales a favor del peronismo en la provincia de Buenos Aires alteró los cálculos de gobernabilidad que sostenía el equipo económico.
La reacción del mercado no se hizo esperar. El dólar mayorista trepó hasta $1.450 en las primeras operaciones, mientras el minorista del Banco Nación se ubicó en $1.450 para la venta. El blue avanzó cincuenta pesos hasta $1.450, en una jornada donde todos los segmentos cambiarios mostraron tensiones alcistas.
Tabla: Cotización del dólar en diferentes mercados (8 de septiembre de 2025)
Tipo de dólar | Compra | Venta | Variación |
---|---|---|---|
Oficial (Nación) | $1.390 | $1.450 | +$70 |
Blue | $1.410 | $1.450 | +$50 |
MEP | – | $1.440 | +3.6% |
CCL | – | $1.436 | +3.8% |
Fuente: elaboración propia en base a datos de mercado
Mecanismos de defensa: la respuesta del BCRA
Ante la embestida cambiaria, el Banco Central inició intervenciones en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) utilizando dólares que el Tesoro mantiene depositados en la entidad monetaria. Estas operaciones, que totalizaron aproximadamente US$1700 millones según reportes preliminares, buscaron contener la volatilidad en el segmento mayorista.
Pablo Quirno, secretario de Finanza, había anticipado que estas intervenciones serían temporales: «No se toca un peso (dólar) de las reservas, ni de los fondos del FMI». Sin embargo, la magnitud de la presión vendedora superó la capacidad de contención de las autoridades monetarias.
El factor MEP: refugio de inversores
El dólar MEP emergió como alternativa preferida por los inversores institucionales, cotizando a $1.440. Este mecanismo, que permite acceder a divisas mediante la compraventa de títulos valores, experimentó un notable incremento en su volumen operado como canal de cobertura cambiaria.
Las restricciones impuestas por el BCRA para acceder al MULC—prohibición de ingreso por 90 días previos y posteriores a la operación—canalizaron hacia el mercado de capitales a aquellos actores que necesitaban cubrir posiciones en dólares.
La mirada de los analistas: lecturas detrás del caos
La consultora AdCap señaló que el revés electoral «sorprendió al mercado» y ya se reflejaba en cotizaciones superiores a $1.400 en todos los segmentos cambiarios. Mega QM advirtió sobre el «equilibrio frágil y costoso» que enfrenta la autoridad monetaria, entre contener el tipo de cambio y mantener tasas elevadas.
La tensión alcanzó al sistema bancario y a la deuda en pesos. Analistas de mercados emergentes consultados por este medio destacaron que «la suba de encajes y el elevado nivel de préstamos frente a depósitos generan tensiones sobre las tasas», mientras el Tesoro depende de rendimientos altos para renovar vencimientos.
*Tabla: Caídas principales en Wall Street (pre-market 8 de septiembre de 2025)*
Empresa | Variación | Sector |
---|---|---|
Grupo Financiero Galicia | -15% | Financiero |
Edenor | -13% | Energía |
BBVA Argentina | -13% | Financiero |
Pampa Energía | -13% | Energía |
Supervielle | -12.8% | Financiero |
Banco Macro | -12.24% | Financiero |
YPF | -10.41% | Energía |
Fuente: datos de mercado
Escenarios: ¿hacia dónde va la economía?
Los especialistas plantearon dos caminos posibles. En el escenario base, una reversión de flujos hacia pesos permitiría estabilizar el tipo de cambio y otorgar un respiro a los activos locales. En el escenario adverso, si el rumbo económico no se valida políticamente, el riesgo país podría mantenerse elevado y el dólar encontrar «un punto de equilibrio más alto».
Econviews sostuvo que la tensión entre dólar e inflación sería decisiva para definir el rumbo de los activos locales. La pregunta que flota en el ambiente es si el gobierno podrá implementar su programa económico con un respaldo político debilitado, incertidumbre y desafíos multiplicados
La derrota electoral en la provincia de Buenos Aires se transformó en un parteaguas para la economía argentina. El lunes negro del 8 de septiembre de 2025 quedará registrado como la jornada en que las urnas mandaron un mensaje contundente que los mercados amplificaron.
El gobierno de Milei enfrenta ahora el desafío de reconstruir la confianza en un contexto de mayor fragilidad política y económica. Las intervenciones en el mercado cambiario, las tasas elevadas y el uso de reservas del Tesoro aparecen como medidas paliativas, pero la solución de fondo requerirá de consensos políticos que hasta ahora han eludido al oficialismo.
Mientras tanto, argentinos e inversionistas observan con preocupación cómo se desarrolla este nuevo capítulo de volatilidad, donde la política y la economía se entrelazan definiendo el valor de la moneda, el destino de las inversiones y el rumbo del programa de ajuste. La estabilidad, esa quimera persistente de la economía argentina, vuelve a esfumarse en el horizonte.