La reciente reunión de la cúpula episcopal en un contexto electoral marcó una clara preocupación institucional por el impacto social del ajuste del Gobierno de Javier Milei: pobreza, jubilados en abandono, aumento del narcotráfico y desigualdad estructural.
Entre el martes 12 y miércoles 13 de agosto de 2025, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) celebró su 200.ª Reunión de la Comisión Permanente, presidida por el arzobispo Marcelo Colombo. Oficiosamente, los obispos abordarían temas pastorales; en los hechos, la cumbre se realizó en un contexto político sensible, en plena campaña electoral por las legislativas y con creciente malestar social por el ajuste económico vigente.
El ajuste “a costa de los más vulnerables”
En una entrevista con El País, Colombo advirtió: “Se busca ordenar la economía a costa de los más vulnerables”, y señaló cómo la pobreza se ha extendido incluso a sectores antes no afectados. Resaltó la creciente dependencia de los comedores y la reducción del gasto social, que debería entenderse como inversión, no un costo.

Jubilados y personas con discapacidad en la mira
La CEA alertó sobre un “abandono silencioso” de adultos mayores, que se ven obligados a elegir entre comprar medicamentos o comer, y sobre recortes presupuestarios que dejan sin atención a personas con discapacidad. Desde 2024, la Iglesia ya había denunciado una fuerte caída en jubilaciones y pensiones contributivas, así como una cultura del individualismo y la insensibilidad social impulsada por el ajuste .
Avance del narcotráfico ante el retiro del Estado
Otro foco crítico fue el avance del narcotráfico en áreas populares. Los obispos advirtieron que la retracción estatal genera un vacío que las redes criminales ocupan, ejerciendo una suerte de “Estado paralelo” que seduce a jóvenes con promesas falsas. Esta situación acompaña el dramático aumento en la demanda de ayuda social, incluso de colegios de clase media que antes no recurrían a lo comedores .
Homilía y movilización popular: el termómetro social

El jueves anterior al cónclave, la homilía del arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, durante la peregrinación de San Cayetano, fue contundente. Afirmó que “la política no debe someterse a la economía” y apeló a compromisos sociales para “bajar los niveles de agresión”. Esta manifestación llegó acompañada de una nutrida movilización de movimientos sociales que conectaron Liniers con Plaza de Mayo, visibilizando el descontento popular.
Comunicación rota con el Gobierno
La Iglesia denuncia también una relación reducida a lo formal con el Ejecutivo, limitada a la Secretaría de Culto. Colombo observó falta de voluntad real de diálogo, acusando al gobierno de marginación e “ensimismamiento” doctrinario, distante de la responsabilidad social.
La reciente reunión del Episcopado, en plena temporada electoral y ajuste económico, términos furiosos e inequidades crecientes, se convierte en un acto de advertencia pública: estructurar la economía sin considerar a los más vulnerables genera violencia social, fractura comunitaria y un vacío que el narcotráfico ocupa. La Iglesia no sólo levanta una bandera ética, sino plantea una urgencia: sin justicia social, la fraternidad y el tejido comunitario se desvanecen.
