Kicillof arrancó la campaña “Sumar Fuerza” en la Tercera: Magario y Cascallares al frente.


Tras un cierre de listas al borde de la ruptura, Axel Kicillof lanzó en Almirante Brown la campaña bonaerense de Fuerza Patria con Verónica Magario y Mariano Cascallares como caras de la Tercera sección. Ausentes las figuras camporistas, el mensaje fue confrontar a Milei, exhibir gestión y “sumar fuerzas” pese a las grietas internas del peronismo provincial.


Un arranque cargado de subtexto político

El gobernador bonaerense Axel Kicillof eligió Almirante Brown para dar el puntapié de campaña tras un cierre de listas caótico que tensó al máximo la convivencia entre el axelismo, el kirchnerismo y el massismo dentro de Fuerza Patria. En el escenario lo acompañaron la vicegobernadora Verónica Magario y el intendente local Mariano Cascallares, las dos figuras del Movimiento Derecho al Futuro (MDF) que encabezan la boleta seccional “propia” en la estratégica Tercera. La foto buscó marcar territorio luego de días de pulseadas internas.

La Tercera sección, el lugar clave

La negociación más áspera del cierre se libró precisamente por la cabeza de la lista de diputados provinciales de la Tercera, que concentra una porción decisiva del padrón bonaerense. El kirchnerismo empujaba que la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, liderara; finalmente Kicillof impuso a Magario en el primer lugar. El segundo y tercer puesto quedaron para referentes camporistas —Facundo Tignanelli y la propia Mendoza—, mientras Cascallares se ubicó cuarto, consolidando la gravitación del MDF en la boleta sin quebrar la unidad formal.

Ausencias que hablan: sin Mayra ni Tignanelli en Brown

Aunque la lista integra a todos los sectores, el acto de lanzamiento dejó en evidencia las costuras: ni Mayra Mendoza ni Facundo Tignanelli —segundo y tercero en la nómina— estuvieron presentes. Desde ámbitos camporistas deslizaron que no fueron invitados, mientras en el entorno de Kicillof relativizaron el faltazo en una agenda que combinará actividades de gestión y campaña. El dato alimenta la hipótesis de “campañas en paralelo” dentro del mismo frente.

Gestión como plataforma: entrega de escrituras y territorialidad

El lanzamiento se montó sobre un acto de gestión: la entrega de más de 1.400 escrituras gratuitas en el marco del programa Mi Escritura, Mi Casa, que Kicillof reivindicó como ejemplo de presencia estatal frente a la visión “de mercado” del gobierno nacional. La territorialidad —intendente anfitrión, beneficios concretos, política habitacional— forma parte del libreto con el que el oficialismo bonaerense intenta contrastar con la administración Milei.

El slogan: “Sumar Fuerza(s)” para frenar el ajuste

La consigna que ordenó los discursos fue “Sumar Fuerza” (también difundida como “Sumar fuerzas”), eje de spots y posteos que ya circulan en redes del MDF y de Fuerza Patria. Magario la repitió en clave de convocatoria amplia a “reconstruir” y “cambiar esta historia”; Cascallares la enlazó con la defensa de recursos provinciales ante recortes nacionales; y Kicillof la resignificó como llamado a parar “la motosierra” de Milei en las urnas del 7 de septiembre.

Kicillof endurece el contraste con Milei

El gobernador volvió a cargar contra el Presidente: advirtió que “en la provincia de Buenos Aires no entra la motosierra” y se comprometió a oficiar de “escudo” ante políticas nacionales que —según sostuvo— dejan fuera del sistema a millones de bonaerenses. En su intervención también vinculó la noción de libertad libertaria con “ajuste, recesión y derechos recortados”, líneas que serán recurrentes en la campaña provincial.

Mensajes sectoriales: producción, pymes y Estado presente

Cascallares aprovechó para subrayar el peso industrial de Almirante Brown —incluido el polo de Burzaco— y denunció un recorte de transferencias nacionales, reforzando la narrativa de provincias desfinanciadas. Magario, por su parte, defendió políticas provinciales en salud, educación y presencia del Estado incluso en años de ajuste. Ambos discursos apuntalaron la estrategia de contrastar gestión territorial (peronista) vs. ajuste nacional (Milei).

Unidad conseguida… ¿o administrada?

La conformación de Fuerza Patria evitó la fractura, pero los porcentajes y lugares dejaron heridas. Según reconstrucciones de la negociación, el reparto de puestos “entrables” favoreció al cristinismo en número, mientras Kicillof aseguró cabezas clave en la Primera y la Tercera; el massismo retuvo espacios aunque recortados. La unidad fue más instrumental que programática y todavía se discute si asumirán efectivamente los candidatos “testimoniales”.

Calendario corto y reglas de juego

Las elecciones legislativas bonaerenses se realizarán el 7 de septiembre de 2025, con renovación de 23 senadores y 46 diputados provinciales (más suplentes) según el cronograma oficial de la Junta Electoral. La campaña formal arranca treinta días antes —el 8 de agosto— y los actos de gobierno quedarán vedados desde el 23 de agosto, recortando el margen para convertir gestión en proselitismo abierto. En ese marco, cada foto territorial cuenta.

¿Qué mirar hacia adelante?

  1. Convergencia o convivencia tensa: ¿Habrá actos compartidos con La Cámpora, Massa y el kirchnerismo duro, o se impondrá la lógica de agendas separadas bajo la misma boleta?

  2. Testimoniales vs. bancas reales: El lugar de Magario (y otros intendentes/funcionarios) abre la discusión sobre quiénes asumirán efectivamente en la Legislatura y qué señal manda eso al electorado.

  3. Eje Milei: La campaña bonaerense se nacionaliza por contraste; medir cuánto rinde el enfrentamiento directo con la Casa Rosada será clave en la Tercera, territorio de alta sensibilidad socioeconómica.

  4. Territorialidad y gestión: Entregas de escrituras, obras y programas sociales serán el insumo para “sumar fuerza” en municipios densamente poblados.  

El lanzamiento en Brown exhibe la estrategia de Kicillof: capitalizar gestión concreta, polarizar con Milei y disciplinar —sin romper— un mosaico peronista donde conviven el MDF, el kirchnerismo y el massismo. La consigna “Sumar Fuerza” sintetiza la apuesta: convertir una unidad trabajosa en músculo electoral antes del 7 de septiembre. Resta ver si la calle bonaerense lee esa foto como fortaleza o como tregua.