El cierre de listas bonaerense rumbo a las elecciones del 7 de septiembre dejó un saldo político con más heridos que ganadores. Aunque desde la Casa Rosada celebran una arquitectura electoral “equilibrada” y “optimista”, lo cierto es que el armado provincial consolidó el poder de Karina Milei, desplazando a intendentes del PRO y marginando a sectores internos de La Libertad Avanza (LLA).
Un cierre a medida de Balcarce 50
Karina Milei dirigió con mano férrea el armado en las ocho secciones electorales, acordando con referentes del PRO como Cristian Ritondo y Diego Santilli, pero dejando fuera del juego a intendentes históricos como Diego Reyes (Puan), Javier Martínez (Pergamino) y Santiago Passaglia (San Nicolás), que se sintieron ninguneados por el hermetismo de “El Jefe” libertario. El resultado fue un PRO debilitado, desdibujado, sin capacidad de incidir ni de conservar representación territorial.
La purga también alcanzó a dirigentes libertarios de primera hora que quedaron fuera del esquema, lo que alimentó el malestar en sectores autodenominados “de las Fuerzas del Cielo”, relegados frente a candidatos sin anclaje ideológico pero funcionales a la estrategia oficialista.
El reparto de candidaturas privilegió perfiles alineados con el Gobierno: Diego Valenzuela (Tres de Febrero) en la Primera, Guillermo Montenegro (Mar del Plata) en la Quinta, y figuras policiales como Maximiliano Bondarenko en la Tercera.
El cierre dejó confirmadas candidaturas que reflejan el dominio libertario en seis de las ocho secciones:
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Diego Valenzuela (Tres de Febrero), intendente del PRO que saltó al mileísmo, encabeza la lista de la Primera Sección, acompañado por María Luz Bambaci y Luciano Olivera, referentes del “karinismo”.
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En la Tercera Sección, la alianza apostó por el excomisario Maximiliano Bondarenko, concejal de Florencio Varela, quien liderará la lista libertaria con un discurso centrado en la seguridad.
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La Quinta Sección estará encabezada por Guillermo Montenegro (intendente de General Pueyrredón) con el respaldo del PRO local pero bajo el sello de LLA. Lo secundan Cecilia Martínez y Matías de Urraza.
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En la Sexta Sección, será candidato principal el libertario Óscar Liberman, seguido por Héctor Gay (PRO-Bullrich) y otros dirigentes locales afines a la alianza

Un experimento de poder centralizado
El cierre exhibe un modelo verticalista y centralizado, donde Karina Milei impone decisiones sin contemplar historia partidaria ni anclaje territorial. Aunque el oficialismo apuesta a superar el 40 % y dar el golpe en Buenos Aires, la fractura interna del PRO y el vaciamiento de las bases libertarias pueden tener consecuencias a mediano plazo.
Mientras el kirchnerismo reorganiza su tropa y la oposición alternativa busca aire, el oficialismo avanza con un esquema electoral exitoso en las encuestas pero tensionado en su construcción. Lo que se juega en Buenos Aires no es solo una elección, sino la sustentabilidad de un experimento de poder que margina aliados y concentra decisiones en un núcleo cada vez más reducido.

