PANORAMA SEMANAL

El regreso de Milei a un país que ya no es el mismo: la Corte, Cristina y un gobierno fuera de escena.

Por Redacción Data Política y Económica


La condena firme a Cristina Fernández de Kirchner reconfiguró el escenario político argentino. Mientras Javier Milei intentaba proyectar liderazgo global en su gira internacional, la agenda local fue tomada por la Corte Suprema y por la irrupción de una Cristina convertida en figura central. El peronismo volvió a las calles, las redes dejaron de ser aliadas del oficialismo y hasta la baja de la inflación pasó a segundo plano.

Javier Milei regresa al país este sábado acompañado de su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. Pero el país al que vuelve no es el mismo que dejó el pasado 5 de junio. En apenas diez días, la política argentina vivió un reordenamiento súbito y profundo: la Corte Suprema confirmó la condena a Cristina Fernández de Kirchner, y ese fallo se transformó no solo en una decisión judicial, sino en un hecho político de magnitud nacional e internacional. La líder opositora fue corrida del juego institucional, pero paradójicamente, volvió al centro de la escena pública.

Durante su gira por Europa e Israel, Milei intentó capitalizar fotos con líderes mundiales, pronunció discursos y agitó su cruzada libertaria. Sin embargo, su agenda internacional quedó completamente opacada. En Argentina, la única protagonista fue Cristina. Ni la esperada baja de la inflación logró convertirse en titular excluyente. La buena noticia económica fue relegada a los márgenes de la discusión pública.

Lo que debía ser una semana de consolidación para el gobierno, terminó siendo una semana de repliegue. Ni Casa Rosada ni el Presidente tuvieron el control del relato. La imagen de CFK, convertida ahora en presa política para amplios sectores, capturó el centro de la conversación política, mediática y digital. En los hechos, el gobierno quedó fuera de escena.

La Corte habla… y advierte

El fallo de la Corte Suprema, que ratificó la condena por administración fraudulenta en la causa Vialidad, no solo alteró el tablero judicial: reconfiguró el mapa político con una señal de disciplinamiento que excede al peronismo. La lectura en varios sectores del oficialismo es clara: si los jueces avanzaron contra la dirigente más poderosa del país en los últimos veinte años, nadie está exento.

Esa advertencia fue replicada al día siguiente por un editorial del Grupo Clarín que no dejó lugar a dudas:

“Si los jueces han marcado un hito con la ex presidenta más poderosa del regreso democrático, ¿por qué razón no podría caberle a futuro el sayo a Milei en caso de alguna irregularidad?”, sentenció el medio, mencionando el caso de las criptomonedas $LIBRA, vinculado a entornos cercanos al oficialismo y ya en la mira judicial.

Clarín, principal operador mediático, detrás del fallo,  no solo validó la acción de la Corte, sino que le envió un mensaje directo al Presidente, con el cual tiene algunos conflictos por los negocios del grupo. Lo ubicó en el mismo radar que Cristina, aunque en un contexto distinto. A diferencia del kirchnerismo, Milei carece de vínculos sólidos en Comodoro Py y su aislamiento del poder judicial tradicional lo convierte en un blanco débil. En palabras de un alto funcionario libertario: “No tenemos operadores, ni cobertura. Si se activa un proceso contra Milei, hoy no tenemos con qué frenarlo”.

El silencio de la Rosada y el vacío del mileismo

La respuesta institucional del gobierno ante el fallo fue, en los hechos, salvo algún comentario lavado del presidente o del jefe de gabinete,  el silencio. Mientras Cristina tomaba nuevamente la centralidad —tanto como víctima y como símbolo—, el oficialismo optó por callar. Y lo que es más revelador: las redes sociales, territorio natural del mileismo, mostraron un retroceso. Las cuentas libertarias no lograron imponer tendencia, y en cambio, el peronismo volvió a marcar el pulso digital, con militancia, viralización y una narrativa cohesionada en defensa de CFK.

En la calle, la situación fue similar. Las calles de la ciudad, en especial aquellas que rodean el domicilio particular de la ex presidente volvieron al llenarse en solidaridad con Cristina.  EL PJ, los sindicatos, los intendentes bonaerenses y las organizaciones se movilizaron y sobre todo hubo una concurrencia  espontánea. Esta presencia masiva fue suficiente para demostrar que el peronismo aún conserva capacidad de movilización

Y lo que es peor para el gobierno: mostró que el músculo territorial puede volver a activarse cuando la coyuntura lo requiere.

El peronismo, desorientado pero vivo.

En paralelo, se abrió una disputa en el interior del peronismo. La proscripción de Cristina deja un vacío, pero también habilita una reconfiguración. La incógnita no es solo quién será el o la candidata del movimiento, sino cómo se reorganizará el campo opositor sin su principal figura. Según trascendió, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, planteó este viernes en una reunión con gobernadores en Casa Rosada:

“Antes competías contra ella, ahora no sabés cómo se termina de ordenar ese espectro electoral”.

Raúl Jalil (Catamarca), Ignacio Torres (Chubut), Sergio Ziliotto (La Pampa), Claudio Vidal (Santa Cruz) y la vicegobernadora de Córdoba, Myrian Prunotto, fueron parte de esa reunión.

El gobierno nacional, aunque busca capitalizar la desaparición de Cristina como candidata, pero también reconoce que esto podría provocar un realineamiento imprevisto del PJ o una fragmentación social y política que dinamite cualquier cálculo electoral.

En Buenos Aires ya se especula con la posibilidad de que otro Kirchner —probablemente Máximo— encabece una boleta en septiembre u octubre. Lejos de neutralizar al peronismo, el fallo podría provocar un efecto de cohesión. Cristina, aún proscripta, puede transformarse en un símbolo más potente que como candidata.

Hipótesis abiertas

En el análisis político que circula por estas horas en Balcarce 50 y en las usinas del poder, se barajan posibles consecuencias del fallo de la Corte:

  • La judicialización de la política alcanza un nuevo umbral: el poder judicial como actor, bajo la tutela de los sectores empresarios mas concentrados, se convierta en  disciplinador de la dirigencia.
  • El peronismo, lejos de desintegrarse, se reorganiza con CFK como faro simbólico.
  • El gobierno de Milei, sin reflejos ni iniciativa, quede en una posición de vulnerabilidad política y judicial.
  • Y que aún desde los márgenes, Cristina Fernández de Kirchner puede volver a dominar el centro del tablero político.
  • La pregunta y el temor es como esta nueva realidad afectara el programa económico del gobierno, que ya muestra signos de agotamiento e inviabilidad en el corto plazo.

Mientras el Presidente regresa a una Argentina en ebullición, las certezas que intentó construir en el exterior se diluyen frente al vértigo interno. La semana que pasó demostró que en la política argentina, el poder se disputa día a día.