El expresidente estadounidense llevó los aranceles contra productos chinos al 125% y desafió al gigante asiático con un mensaje de confrontación directa. China respondió con firmeza y promete resistir hasta el final. El conflicto golpea a los mercados internacionales y profundiza la incertidumbre global.
EE.UU. y China, en un nuevo pico de tensión comercial: escalada arancelaria y respuesta desafiante
La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha ingresado en una fase de tensión sin precedentes. El expresidente Donald Trump, nuevamente en el centro de la escena política y económica, anunció una suba de aranceles a productos chinos del 104% al 125%, en una medida que intensifica el conflicto bilateral y reaviva temores sobre su impacto global.
El anuncio fue comunicado a través de las redes oficiales de la Casa Blanca y acompañado por un mensaje directo: “Basado en la falta de respeto que China demostró a los mercados mundiales, tomé la decisión de subir las tarifas impuestas para China al 125% de inmediato”. Trump justificó la medida como parte de su cruzada por “equilibrar el comercio mundial” y terminó su mensaje con una advertencia: “Los días de estafar a los Estados Unidos y a otros países ya no son sostenibles ni aceptables”.
La respuesta china no tardó en llegar. Lin Jian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, aseguró que “China nunca aceptará máxima presión e intimidación de Estados Unidos” y prometió adoptar “medidas resueltas y enérgicas” para proteger los intereses del país. El tono desafiante fue más allá: “Si Estados Unidos está empeñado en librar una guerra arancelaria o una guerra comercial, China está lista para luchar hasta el final”.
Guerra comercial con impacto global
La nueva ofensiva arancelaria, que representa la quinta ronda de aumentos desde el relanzamiento del conflicto bajo la administración Trump, llega tras semanas de acusaciones cruzadas. China denunció a Washington en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por “violar las normas comerciales internacionales” y generar un desequilibrio perjudicial para el sistema multilateral.
Durante una reunión del Consejo de Bienes de la OMC, la delegación china denunció que los aranceles “recíprocos” promovidos por EE.UU. son en realidad una estrategia unilateral que daña el comercio global. “Tendrán un efecto contraproducente y perjudicarán al propio EE.UU.”, advirtió un diplomático chino, mientras varias delegaciones europeas expresaron preocupación por el posible aumento de costos, interrupción de cadenas de suministro y perjuicios para economías tanto desarrolladas como emergentes.
Tregua parcial y estrategia geopolítica
En paralelo a la escalada con Beijing, Trump intentó abrir un canal de distensión con otros países. Anunció una “tregua parcial” de 90 días para 75 países que no respondieron con represalias a sus políticas comerciales. Estos países gozarán de una reducción arancelaria al 10%, lo que refuerza la idea de una estrategia selectiva orientada a aislar a China y fortalecer alianzas alternativas.
“El presidente siempre consideró esta marcha atrás como parte del plan”, explicó el secretario del Tesoro, Scott Bessent. Según el funcionario, esta medida deja a China en una “posición incómoda” frente a un escenario de creciente presión internacional y mayor competitividad de otras economías.
Golpe a los mercados: caídas en bolsas y petróleo
Las repercusiones económicas no tardaron en sentirse. Los mercados financieros internacionales registraron fuertes bajas. En Asia, Tokio cayó un 3,7% y Corea del Sur un 1,7%, mientras Shanghái y Hong Kong lograron cerrar en positivo. Europa replicó el nerviosismo con pérdidas cercanas al 3,5% en Frankfurt, Londres, París e Italia.
En Estados Unidos, los futuros del US 500 y el Tech 100 también operaban a la baja, y el índice de volatilidad S&P 500 VIX subía más de 4%. El precio del petróleo, por su parte, se desplomó un 7% y cotizaba a 56 dólares. Pese a ello, el CEO de YPF, Horacio Marín, afirmó que la producción de Vaca Muerta continúa siendo competitiva a nivel internacional.
El conflicto comercial entre las dos principales potencias económicas del planeta vuelve a colocarse en el centro de la agenda global. Con medidas drásticas, retóricas incendiarias y mercados sensibles, el mundo vuelve a transitar un terreno incierto donde la economía y la geopolítica se entrelazan peligrosamente.
