Intervención del Banco Central con fondos del FMI para mantener pisado el dólar oficial: el dilema de una estrategia riesgosa


El equipo económico del gobierno ha admitido en el Congreso que utilizará fondos del próximo acuerdo con el FMI para intervenir en el mercado cambiario y contener la volatilidad del dólar. Esta decisión, que contradice las recomendaciones del propio organismo multilateral, refleja la urgencia del Ejecutivo por frenar la escalada de la divisa y evitar un impacto inflacionario mayor en la economía.


Durante la exposición ante la Bicameral que analiza el DNU que autoriza un nuevo endeudamiento con el FMI, el director del Banco Central, Marcelo Griffi, confirmó que la cancelación de las letras intransferibles permitirá que el BCRA disponga libremente de los dólares ingresados y los utilice para intervenir en el mercado cambiario. Esta estrategia, sin embargo, plantea interrogantes sobre su efectividad y sostenibilidad.

El dilema de la intervención cambiaria

Históricamente, el FMI ha sido crítico de este tipo de maniobras, sosteniendo que el uso de reservas para frenar la cotización del dólar solo genera una pérdida de divisas sin abordar los problemas estructurales de fondo. No obstante, el gobierno enfrenta presiones inmediatas: la necesidad de evitar una devaluación abrupta que dispare la inflación y complique la viabilidad política de la gestión.

Pablo Quirno, secretario de Finanzas, admitió que los USD 25.000 millones adquiridos por esta administración fueron utilizados en gran parte para el pago de deuda y que la intervención cambiaria requeriría al menos USD 10.000 millones adicionales. Esto pone en evidencia la fragilidad del esquema financiero, donde la dependencia del financiamiento externo se vuelve cada vez más crítica.

Una estrategia que recuerda a 2018

Los paralelismos con la crisis de 2018, cuando el gobierno de Mauricio Macri también recurrió a préstamos del FMI para contener el dólar sin éxito, son inevitables. En aquel entonces, la estrategia terminó agotando las reservas y acelerando la crisis de confianza. La pregunta es si este nuevo intento tendrá un destino diferente o si repetirá los mismos errores.

Alejandro Vanoli, ex presidente del BCRA, advirtió que, aún con un ingreso inmediato de USD 20.000 millones, la cobertura cambiaria llevaría el tipo de cambio a 2.030 pesos por dólar, lo que indica que la presión sobre la divisa continuará. Además, el acceso a estos fondos está condicionado a metas fiscales y monetarias que podrían restringir la capacidad de intervención a mediano plazo.

Consecuencias y alternativas

El riesgo de esta estrategia es que, sin un plan de estabilización integral, la intervención en el mercado cambiario solo logre una calma temporal a costa de una mayor vulnerabilidad externa. Si los fondos se agotan sin lograr frenar las expectativas de devaluación, el país podría enfrentar un escenario aún más complejo.

El Congreso, según manifestaron algunos legisladores, podría cuestionar la legitimidad del nuevo endeudamiento y exigir una auditoría sobre el destino de los fondos. Mientras tanto, el gobierno se encuentra en una encrucijada: apostar por la intervención con recursos escasos o buscar una solución estructural que reduzca la dependencia del dólar y el endeudamiento externo.

El desenlace de esta estrategia definirá no solo la estabilidad cambiaria en los próximos meses, sino también la sustentabilidad de la política económica a largo plazo.