El impacto global y financiero de los aranceles de Trump.


Impacto global y financiero

La reciente decisión del expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles a China, México y Canadá ha generado una oleada de incertidumbre en los mercados financieros globales. Este tipo de medidas proteccionistas implementadas por EEUU, pueden provocar efectos en cascada sobre las principales economías, afectando desde la cotización de las bolsas hasta la estabilidad de las monedas y el costo del crédito internacional.

La primera consecuencia visible ha sido la caída generalizada de las bolsas de valores en Asia y Europa, con un fuerte impacto en el sector tecnológico estadounidense, donde empresas como Nvidia han sufrido retrocesos significativos debido a la aparición en los mercados del desarrollo chino de Deepseek, una aplicación de IA  que presenta ventajas muy superiores a los desarrollos estadounidenses. La segunda razón es la suba de aranceles y la guerra comercial subyacente que trastoco todos los mercados.

La incertidumbre sobre las políticas comerciales de EE.UU. ha llevado a los inversores a buscar refugio en activos más seguros como el oro y los bonos del Tesoro estadounidense. Esta dinámica fortalece el dólar y genera un efecto de salida de capitales desde los mercados emergentes, lo que suele traducirse en depreciaciones monetarias en economías vulnerables.

Otro factor clave es el impacto sobre la inflación y la política monetaria de la Reserva Federal (FED). La imposición de aranceles tiende a encarecer los productos importados, lo que incrementa los costos de bienes y servicios en EE.UU. Esto podría llevar a la FED a detener su política de bajas tasas de interés o incluso revertirla con nuevas subas, lo que encarecería aún más el crédito a nivel global y restringiría el acceso a financiamiento de economías dependientes del endeudamiento externo, como la argentina.

 Efectos en la economía argentina

En este contexto global adverso, la economía argentina se encuentra particularmente expuesta. La combinación de la apreciación del dólar y el encarecimiento del crédito internacional ejerce una presión adicional sobre un país que ya enfrenta dificultades estructurales como  una dependencia extrema del financiamiento externo.

Uno de los principales efectos esperados es la caída en los precios de los bonos argentinos. A medida que los inversores buscan activos más seguros en EE.UU., se produce una salida de capitales de los mercados emergentes, generando un aumento en el riesgo país y encareciendo aún más el financiamiento para el sector público y privado en Argentina. La volatilidad del tipo de cambio también podría verse incrementada, dificultando los esfuerzos del gobierno por estabilizar la economía.

Otro factor relevante es el impacto sobre el comercio exterior. China y Brasil son los principales socios comerciales de Argentina, y cualquier deterioro en la economía china debido a la guerra comercial con EE.UU. podría repercutir en la demanda de productos argentinos, especialmente en el sector agroexportador. Además, un fortalecimiento del dólar tiende a encarecer las exportaciones argentinas en términos relativos, reduciendo su competitividad.

En el plano interno, la decisión del gobierno argentino de reducir el ritmo del «crawling peg» (devaluación administrada del peso) genera incertidumbre sobre la evolución del tipo de cambio real y su impacto en la inflación. Si bien una menor devaluación busca contener los precios internos, también puede hacer menos atractiva la inversión en pesos en un contexto de salida de capitales y presión sobre el dólar.

En conclusión, la política de aranceles de Trump introduce un nuevo factor de inestabilidad en un mundo ya tensionado por la incertidumbre económica y geopolítica. Para Argentina, estas medidas refuerzan su fragilidad macroeconómica y limitan el margen de maniobra de su política económica, agravando los desafíos en un año que ya de por sí presenta dificultades estructurales.