El campo exige la eliminación inmediata de las retenciones: ¿Qué está en juego?


Mientras las promesas se congelan, los productores se enfrentan a una crisis de proporciones


El sector agropecuario argentino atraviesa una tormenta perfecta: los costos de producción continúan escalando, los precios internacionales de los commodities disminuyen, y las promesas gubernamentales de alivio fiscal siguen sin materializarse. En este contexto, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), una de las principales entidades de la Mesa de Enlace, ha decidido alzar la voz y exigir la eliminación «urgente» de los Derechos de Exportación (DEX), conocidos como retenciones.

Las razones del reclamo

En un comunicado difundido esta mañana, la CRA alertó sobre las consecuencias catastróficas de mantener las retenciones. «La demora en la medida provocará cesación de pagos, el quebranto de miles de productores y un fuerte freno al desarrollo del interior y de la economía asociada al sector productivo», subrayaron.

Entre los argumentos del sector destacan:

  • Disminución de precios internacionales: La baja en el valor de los productos agropecuarios afecta directamente los ingresos de los productores.
  • Altos costos de insumos: Elementos esenciales como fertilizantes y semillas han registrado aumentos sustanciales, erosionando los márgenes de rentabilidad.
  • Carga tributaria elevada: Además de las retenciones, los productores enfrentan una variedad de impuestos nacionales y provinciales que agravan su situación financiera.

El presidente de CRA advirtió que, en este escenario, «muchas actividades, como la producción de soja, ya arrojan márgenes negativos».

Las promesas congeladas del gobierno

El gobierno de Javier Milei, que desde su campaña electoral prometió eliminar las retenciones, se encuentra ahora en el centro de las críticas. En su discurso más reciente, el ministro de Economía, Luis Caputo, reiteró la intención del gobierno de eliminar los DEX. Sin embargo, el mensaje estuvo cargado de ambigüedades: «Las retenciones y el cepo se van a ir; es una cuestión de tiempo. Quédense tranquilos que vamos a cumplir, ojalá que sea el año que viene».

Para el sector agropecuario, estas palabras ya no son suficientes. «Estamos cansados de promesas sin acción», expresó un representante de CARBAP, una de las confederaciones asociadas a la CRA. «Cada día que pasa, hay productores que se ven obligados a abandonar su actividad».

La relevancia de las retenciones en la economía nacional

El dilema radica en que los DEX representan una fuente clave de ingresos para el Estado. En diciembre de 2024, las retenciones generaron ingresos por más de 591.544 millones de pesos, convirtiéndose en el cuarto tributo más relevante para la recaudación fiscal, después del IVA, Ganancias y el Impuesto a los Créditos y Débitos. Según datos de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), en el acumulado anual, los DEX aportaron más de 6 billones de pesos, un aumento del 290,4% respecto al año anterior.

Sin embargo, esta cifra también refleja un problema estructural. «La disminución de los precios promedio de la mayoría de los productos de los complejos sojeros y cerealero impactó negativamente en la recaudación potencial», admitió ARCA.

¿Qué puede pasar ahora?

Ante la falta de medidas concretas, no sería sorprendente que los productores comiencen a tomar decisiones drásticas, como el acopio de granos. Este mecanismo de presión, ya utilizado en el pasado, busca forzar condiciones de comercialización más favorables, pero también puede generar tensiones con el gobierno y complicar aún más la economía del país.

Por otro lado, la persistencia de las retenciones podría exacerbar la concentración del sector agropecuario, favoreciendo a grandes exportadores en detrimento de pequeños y medianos productores.

El reclamo del campo no solo refleja una crisis sectorial, sino también pone de manifiesto las tensiones entre un modelo donde el principal objetivo es el superávit fiscal, contener la inflación y un dólar planchado, en contraposición a las necesidades de un sector que, históricamente, ha sido clave para la economía argentina. La resolución de este conflicto demandará algo más que promesas: requerirá decisiones políticas concretas y una visión a largo plazo que equilibre las demandas fiscales con las necesidades de los sectores productivos. Algo que por el momento parece poco viable, por lo que puede estimarse una mayor escala en el conflicto.