Aprovechando la ocasión, Kicillof trazó un discurso de alcance nacional en el que criticó duramente las políticas del actual gobierno. Aunque Cristina Fernández de Kirchner mantiene una presencia central en la oposición, el gobernador se posicionó como un referente con peso propio dentro del movimiento peronista.
Un Acto con Significado Político
El evento, enmarcado como «acto institucional», tuvo lugar en un contexto político delicado para el peronismo. La conmemoración permitió que representantes de diferentes sectores del partido, hasta ahora ausentes en otros eventos encabezados por Kicillof, participaran en el acto. La unidad del movimiento quedó sobre la mesa en las palabras del intendente anfitrión, Cecilio Salazar, quien abogó por la cohesión del peronismo bajo una premisa clara: «Es con Axel».
Discurso con Foco Nacional
Durante su intervención, Kicillof evitó las disputas internas y centró su mensaje en la defensa de la soberanía nacional, confrontando las políticas libertarias del gobierno de Milei. A diferencia de actos anteriores, no hubo menciones a los conflictos específicos de la provincia de Buenos Aires ni críticas directas al manejo de la Casa Rosada. El gobernador optó por subrayar temas como el comercio internacional, la privatización de recursos estratégicos, y las políticas educativas y tecnológicas, marcando una clara diferencia con la agenda del gobierno nacional.
«No tienen que defender una ideología que nadie entiende, sino la producción, el trabajo y la soberanía argentina», afirmó Kicillof, señalando que su prioridad es la defensa de los intereses del país. Con tono enérgico, acusó al gobierno de «vendepatria» y sostuvo que la provincia de Buenos Aires no permitirá la entrega de la soberanía nacional.
Unidad en Medio de las Tensiones Internas
El acto también fue escenario de gestos políticos que no pasaron desapercibidos. La presencia del intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, destacó en medio de las recientes tensiones con otros sectores del peronismo, especialmente tras su enfrentamiento con Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes. Un fuerte abrazo entre Ferraresi y Kicillof marcó un momento significativo en el evento, sugiriendo un intento de superar diferencias internas en pos de la unidad.
Un Frente Amplio en San Pedro
La convocatoria en San Pedro logró reunir a diversas figuras del peronismo, incluyendo miembros del Frente Renovador, La Cámpora, y sectores sindicales. Entre los presentes estuvieron el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, y el representante de Sergio Massa en el gabinete provincial, Jorge D’Onofrio. También se hicieron presentes intendentes del conurbano y dirigentes de la CGT y las CTA, junto con movimientos sociales y figuras clave como la diputada Victoria Tolosa Paz.
Kicillof, Cristina y la Disputa por el Liderazgo
El discurso de Kicillof en San Pedro dejó claro que, pese a la centralidad que mantiene Cristina Fernández de Kirchner como líder opositora, el gobernador bonaerense busca consolidar su propio espacio en el tablero político. Con un mensaje que prioriza la soberanía, la justicia social y la independencia económica, Kicillof se posiciona como un referente firme contra las políticas de Javier Milei, buscando a la vez unificar al peronismo detrás de su liderazgo.
El desafío para Kicillof es equilibrar las lealtades internas del movimiento peronista, mientras continúa construyendo una narrativa que lo diferencie claramente de sus rivales, tanto dentro como fuera del partido. La frase “Es con Axel”, repetida en los murales bonaerenses y ahora en el escenario político, refleja su apuesta por un liderazgo que abogue por la unidad del peronismo en tiempos de fragmentación.
