En mesas de rosca panperonistas circula la versión de un enroque. La estrategia de «dejar hacer» a Scioli para condicionar la decisión de CFK. Con Wado no alcanzaría.
Los movimientos sociales hacen la misma lectura. Afirman que “le están dando volumen a Scioli para empujar a Axel” a la presidencia. “A nosotros nos sugirieron que esa podía ser la estrategia”, dijo a este medio un referente de una organización social con puentes a ambos lados de la grieta frentetodista.
Como contó Letra P, el sciolismo se mueve bajo la misma premisa. Tanto Scioli como Victoria Tolosa Paz, lanzada a la competencia por la gobernación de Buenos Aires, creen que finalmente será Kicillof el designado para competir por la presidencia y que el kirchnerismo tendrá que buscar otro nombre para Buenos Aires.
De concretarse, esa movida dejará vacante el casillero de la gobernación, para el que ya suenan algunos nombres, entre ellos, el del ministro de Economía, Sergio Massa. Otro: el de la titular de Aysa, Malena Galmarini. La versión de una candidatura a la gobernación del titular de Hacienda creció en las últimas horas con las declaraciones del diputado bonaerense Rubén Eslaiman, voz autorizada del massismo. “Sergio Massa si tiene que ser presidente lo va a ser, o quizás tenga que ser vicepresidente o quizás gobernador o consejero escolar, cuando conformás una coalición electoral las candidaturas están para conversar”, dijo en declaraciones a 221Radio.
Un posible enroque entre Massa –anotado como candidato único a la presidencia– y Kicillof corre en las últimas horas en medio de un mar de especualciones y con Scioli aferrado a la interna que en principio intentó desactivar la sociedad M&M (Máximo-Massa).
En los últimos días surgieron también versiones sobre la posibilidad de que sea Kirchner quien vaya por el sillón bonaerense. Sin embargo, dirigentes consultados por este medio restaron fuerza a esa idea, principalmente por dos motivos: en primer lugar, porque ambas fórmulas serían de puro ADN K, un exceso si se quieren pescar votos por afuera y en el centro; en segundo término, por la falta de experiencia del hijo de la vicepresidenta que nunca formó parte de un ejecutivo. También suena el enroque con De Pedro
El escenario todavía sigue abierto y las diferentes tribus del Frente de Todos coinciden en que cada sector está jugando sus cartas a la espera de una definición de la vicepresidenta que ordene el escenario. Por el momento no hay certeza alguna, sólo especulaciones.

