El ministro quiere blindar su candidatura presidencial. Alfiles que meten presión y anuncios de tormenta. Jugadas al fleje con la economía en la cornisa.
El mensaje está pasado.
…y su entorno también
El Frente Renovador realizará su Congreso el sábado y el clamor «Massa presidente» suena allí fuerte en la previa. No solo el jefe del Palacio de Hacienda, sino la dirigencia que le responde también advierte con la posibilidad de revolearle el cargo por la cabeza al Presidente e incluso con abandonar Todos. Es cierto que el sector le reprocha al mandatario la porfía con unas PASO competitivas –acaso dañinas para la estabilidad económica–, pero también lo es que Fernández es hoy más fácil de apretar que Cristina Kirchner.
Tan calientes están las cosas que el clamor se hizo spot, con imágenes de un Massa menos canoso en rol de candidato y que, en la voz de Fito Páez, incita:
«Hay que salir a pelear. Hay que salir a luchar. Hay que volver a encontrar todas las cosas divinas, defender el lugar. Tenés que hacerte valer. No sos un trapo de piso. Hoy elegís un país, podés cambiar este gris. Ahora o no lo haces más. Es el momento mi amor, es un momento crucial. Hay que salir al sol…».
Por lo menos mientras no decida irse y desatar «el final», el ministro sigue gestionando, que es otra forma de hacer campaña. Este martes ingresó al Congreso el nuevo proyecto de blanqueo, complemento del acuerdo sellado en diciembre con Estados Unidos para el intercambio de información tributaria. Además, el Tesoro realizará este jueves un canje voluntario de deuda en pesos para despejar un horizonte de vencimientos que solo este mes implica 1,8 billones de pesos, 85% de los cuales están en manos de tenedores privados.
Alegatos frente a la jueza: Wado
CFK, claro, define.
Frente a ella, Wado de Pedro no tiene nada que argumentar: la vicepresidenta le tiene enorme cariño y ve en él a un hijo de la «generación diezmada», uno que bien podría tomar el testimonio para correr el próximo tramo de la carrera.
En el entorno del ministro de Interior ponderan el impacto positivo de su reciente raid mediático, uno que, en efecto, lo mostró como un tipo común, empático y alejado del estilo confrontativo que tantas veces se le reprocha al camporismo. El mismo cayó muy bien en la base más militante por haber revelado un pensamiento férreamente cristinista, útil para agradar a «la jefa», pero acaso insuficiente para captar los votos moderados que, en teoría, debería buscar para asegurarle a Todos un primer o segundo puesto en octubre y, sobre todo, para pelear con chances en la segunda vuelta de noviembre.
Las mediciones que pasan por las manos de Cristina muestran a Wado en alza, pero que por ahora no termina de lograr un nivel de conocimiento suficiente. En ese marco, su intención de voto sigue siendo por ahora inferior a la de la dadora de ese caudal, incluso cuando las encuestas lo mencionan como su delfín.
Ese persistente nivel de desconocimiento, que aún oscila en torno al 20%, puede ser un activo o un pasivo que hoy resulta imposible proyectar en su saldo para cuando el proceso de instalación se complete. El problema es que las definiciones apremian.
El alegato de Massa
Entre los argumentos principales de Massa en la mesa chica que mantiene con Máximo Kirchner y con la propia vice figura, justamente, que Wado no termina de levantar y que, en cambio, es él el único peronista que garantiza un piso electoral más alto en noviembre, cuando haya que captar votos de centro para «subir el techo».
Según Massa, sería un error ir a los comicios con una oferta tan puramente cristinista, insuficiente para contener debidamente a todos los sectores del Frente de Todos y mucho más todavía para generar la expectativa de un gobierno en el que el poder se ejerza plenamente y no por delegación custodiada.
Esta, cabe recordar, fue una dificultad inicial que debió enfrentar Alberto Fernández, quien no se deshizo del mote de «títere» sino hasta que se peleó terminalmente con su socia. Massa le asegura a CFK interlocución, trabajo de coalición, tal como ocurrió desde que asumió su cargo actual.
Mientras tanto, en medio de este junio agónico que definirá las candidaturas para las elecciones nacionales el sábado 24 y el miércoles de la semana que viene, la inscripción de las alianzas, el jefe de Estado no deja de lustrar la chapa del legado que, confía, quedará en la historia tras la administración de dificultades homéricas que le tocó enfrentar. «No nos hemos enriquecido, no enriquecimos a nuestras familias, no somos amigos de los empresarios, no entregamos obras a nuestros amigos», dijo, sin explicar de quién o de quiénes se diferencia de ese modo.

