El Presidente Guillermo Lasso disolvió la Asamblea Nacional y convocó a elecciones anticipadas en Ecuador. Acorralado por el juicio político que la Asamblea le iniciara un día antes, acusándolo de peculado en el manejo de la naviera estatal Flota Petrolera Ecuatoriana, el mandatario reaccionó de manera rápida y contundente firmando la llamada muerte cruzada, un mecanismo constitucional que le permite tomar estas medidas en caso de considerar obstaculizada su capacidad de gobernar.
“La protesta violenta y la Asamblea, se juntaron para poner en jaque a la Democracia ecuatoriana”, aseguró el mandatario. Y señaló que uno de los motivos que lo llevó a tomar esta decisión fue el constante bloqueo que el Legislativo ejerció sobre su gobierno. También los paros y manifestaciones convocados desde la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador. “El ataque a la gestión de este gobierno no tiene límites” se lamentó. En cadena nacional, rodeado por sus colaboradores más cercanos, dijo: “Soy un demócrata”. Y esta “es una decisión democrática, le devuelve al pueblo ecuatoriano el poder de decidir su futuro en las próximas elecciones”.
Trasfondo.
Esta es la segunda vez que el mandatario ecuatoriano se enfrenta a un intento de destitución. En junio del año pasado, el Parlamento quiso derrocarlo en medio de las violentas movilizaciones que los llamados grupos originarios desplegaron en protesta contra el alto costo de vida, las cuales dejaron varios muertos y centenares de heridos. En aquel entonces la oposición buscó destituirlo por la vía de la votación directa, pero apenas logró 80 de las 92 voluntades necesarias. El causal planteado fue “grave crisis política y conmoción interna”. Atrás de estos juicios políticos hay varias fuerzas: los seguidores del ex presidente Rafael Correa, el Partido Social Cristiano (PSC), que apoyó electoralmente a Lasso en las últimas elecciones, algunos sectores del movimiento indígena Pachakutik, y un grupo de legisladores independientes.
Esta es la primera vez que se aplica la muerte cruzada desde que fue introducida, en la Constitución de 2008, bajo el gobierno de Rafael Correa, condenado a 8 años de cárcel por un caso de soborno. Sin embargo, el propio exmandatario, que se encuentra en Bélgica, país que le otorgó el status de asilado políticos, aseguró que “Lo que Lasso hace es ilegal. No hay ninguna «conmoción interna»,” afirmó.
La voz local. Para tener una mirada local, contactamos a Gabriela Calderón de Burgos, investigadora del Cato Institute y columnista del diario El Universo, para que nos ayude a entender qué pasa en Ecuador, y le trasladamos dos preguntas.
– ¿Cómo has visto los hechos tanto del juicio político al presidente como la muerte cruzada con la que respondió?
– Hasta ahora se están respetando más o menos los cauces. Parecería que tanto la destitución del presidente Lasso, con 92 votos, así como la disolución de la Asamblea, eran vías constitucionales y legales. Los expertos siguen debatiendo eso, pero en mi opinión, el texto constitucional apunta a que sí. Y si pensamos que la constitución actual fue hecha a la medida de un Correa que no pensaba estar fuera del poder, el artículo 148 aplicado hoy por Lasso, es claramente una herramienta a favor del ejecutivo en una Constitución que concentra muchos poderes en la Presidencia. Lasso usó una herramienta que fue creada para el uso de Correa en caso de que la Asamblea le estorbara en algún momento. Incluso la redacción del mismo dice que podrá disolver la Asamblea cuando “según su juicio” considere que hay conmoción nacional, obstrucción de implementación del plan nacional de desarrollo, etc. Es un tanto cómico que el opositor de Correa terminó haciendo uso de la herramienta.
– ¿Cómo lo ves a Lasso después de ésto?
– Lasso sigue presidiendo un gobierno muy debilitado, pero esta medida le da la oportunidad de resurgir si se aprovechan estos meses para gobernar vía decretos leyes. Hoy firmó el primero para bajar impuestos. Estos decretos leyes deben ser aprobados por la Corte Constitucional que fungiría como co legisladora. Lasso se ha pasado dos años diciendo que no puede hacer porque la Asamblea se lo impide. Ya no hay asamblea. Ahora bien, estamos ya en tiempos electorales. Habrán elecciones en aproximadamente tres meses. Entonces ahí viene el cálculo político que seguro influirá en qué medidas decide tomar. Sobre todo si desea postularse a las elecciones.
– ¿Y se va a postular?
– Todo indica que sí. Ellos siempre han dicho que un país no se puede cambiar en una sola administración. Que en este primer gobierno sólo iban a poner en orden la casa. Pero luce difícil que sea reelecto considerando el problema de la seguridad, que afecta mucho la populidaridad de quien esté en Carondelet.
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