La Argentina sufrió un aumento de los índices de pobreza en el segundo semestre, pese al crecimiento del PBI per cápita. Por primera vez en los últimos 20 años, se observó un incremento en la pobreza a pesar de que haya aumentado el PIB per-cápita. En otras palabras, el aumento del nivel de actividad económica (y con ello del nivel de empleo) dejó de ser condición suficiente para que la tasa de pobreza se reduzca. Según el último informe de Ecolatina, este hecho se debió a una combinación de cinco factores.
3. Caída del salario real
El salario real (formal e informal) acumuló cinco años consecutivos de caída. En el promedio del año pasado, los salarios formales lograron ganarle por poco a la inflación, respaldados por el acortamiento de las negociaciones paritarias. No obstante, los salarios reales informales cayeron 7,6%. Desde el último pico en 2017, el salario informal arrastra una pérdida en términos reales del 35%, mientras que el salario real formal cae 18%.
4. Canastas básica y alimentaria por el ascensor
La suba de precios de las canastas básica y alimentaria superaron al IPC en el segundo semestre. Con relación a 2021, la canasta básica total se incrementó un 72,3%, la canasta alimentaria un 75,2%, mientras que el IPC acumulado un 57,3%.
5. Deterioro real del gasto público en prestaciones sociales
Con estos niveles de inflación, también existió un deterioro real del gasto público en prestaciones sociales (-7,6% en el segundo semestre). Este hecho agrava la situación de la población y dificulta la lucha contra la pobreza.
Conclusiones
De acuerdo al informe, la estabilidad macroeconómica «será una de las principales condiciones de partida para evitar que la pobreza siga consolidándose». En ese sentido, se aseguró que a diferencia de finales de 2015, la necesidad de corregir el atraso cambiario y acelerar la consolidación fiscal -mayor incremento de tarifas mediante-, entre otras medidas, se enfrentará a una mayor inflación (+100% vs 30%), un rezagado poder adquisitivo (-20%) y un tejido social (pobreza +40% vs 30%) con un marcado deterioro con relación a ocho años atrás. En este sentido, estas medidas deberán estar enmarcadas en el diseño y correcta implementación un robusto plan de estabilización que deberá ser técnicamente sólido, contar con amplio respaldo político y ser creíble para los agentes económicos (empresas, sindicatos, hogares), a fin de maximizar su éxito y minimizar los impactos sobre los sectores más vulnerables.

