La decisión del Banco Central implica que abonar el mínimo de la tarjeta salga más caro.
Durante el 2021, la tasa que cobran los bancos por refinanciar saldos de hasta $200.000, tuvo un tope de 43% nominal anual. A principios de este año, el BCRA la aumentó 600 puntos básicos llevándola al 49%, cuando realizó el primer aumento de tasas del actual calendario.
La suba de tasas impacta de lleno en el costo del financiamiento con tarjetas de crédito.
A través de la Comunicación A7474, la autoridad monetaria la aumentó dos puntos, al resolver «sustituir, con vigencia a partir del ciclo de facturación correspondiente a abril de 2022, al 51% nominal anual el límite al interés compensatorio para financiaciones vinculadas a tarjetas de crédito que pueden aplicar las entidades financieras».
El aumento puede entrar en vigencia desde la facturación de abril, previo aviso de los bancos a sus clientes sobre el cambio en los costos. El refinanciamiento de los saldos adeudados en tarjetas de crédito es usado por aproximadamente el 40% de los titulares de plásticos. Se trata de aquellos que no alcanzan a pagar el total del resumen, por lo que realizan un depósito parcial, que puede ser el mínimo o algo más, y el resto lo refinancian.
En búsqueda de contener la escalada inflacionaria, el BCRA subió la tasa de referencia en 200 puntos básicos a 44,5% anual para el plazo de 28 días. Este rendimiento nominal anualizado (TNA) representa un 54,8% como tasa efectiva anual (TEA), que de acuerdo con las proyecciones de inflación del relevamiento de expectativas de mercado (REM), que se ubican en 55%, el costo de este tipo de financiamiento estará por debajo del índice de precios.
