Un informe de Zuban & Córdoba revela que casi dos tercios de la población argentina se informa por medios digitales. Redes sociales, portales y streaming desplazan a la televisión y reformulan la disputa por la opinión pública, en un contexto global de desinformación, fragmentación y pérdida de confianza en los medios tradicionales.
Hasta hace unos años, el consumo de noticias en Argentina tenía un centro claro: el televisor encendido o el diario sobre la mesa. Hoy la escena se trasladó al teléfono. Esa mutación es la conclusión más contundente del informe “Medios de Comunicación y Noticias en Argentina – Noviembre 2025”, elaborado por Zuban & Córdoba junto a GoodPublics.
El estudio indica que el 64,8% de los argentinos prefiere informarse a través de medios digitales, mientras que el 34,3% elige medios tradicionales como la televisión o los diarios impresos. No se trata de una tendencia incipiente: el ecosistema informativo argentino es, ante todo, digital.
Aunque los jóvenes encabezan el cambio, la preferencia por las plataformas digitales se expande a casi todos los grupos etarios. En otras palabras, la pantalla principal para acceder a noticias dejó de ser la TV.

La pérdida de centralidad de la televisión
Durante décadas, la televisión organizó la agenda pública, fijó prioridades y funcionó como árbitro del debate político. Hoy, esa capacidad se erosiona. El informe señala que la TV ya no define el sentido común como antes, un diagnóstico que coincide con tendencias globales y con los datos del Digital News Report del Instituto Reuters, que registra caídas históricas en audiencias, interés informativo y circulación gráfica.
En Argentina, la transformación también se refleja en la caída de la venta de diarios impresos. Algunos de los principales medios pasaron de cientos de miles de ejemplares diarios hace una década a cifras muy inferiores, mientras sus versiones digitales absorben el grueso del tráfico. El resultado es un paisaje mediático híbrido, menos centralizado y más competitivo.
Las redes como territorios políticos
El informe subraya que Instagram, Facebook y YouTube se consolidan como los espacios centrales donde la ciudadanía —especialmente jóvenes— busca información política. Allí conviven periodistas, medios, dirigentes, cuentas anónimas e influencers. La política ya no “sale en televisión”: circula en el feed, donde la atención es fragmentada, veloz y altamente disputada.
Estudios previos del Reuters Institute y relevamientos locales ya habían señalado la expansión del consumo informativo desde el celular, el descenso del interés por las noticias y el aumento de la exposición esporádica o “pasiva”. Lo novedoso de este informe es que cuantifica el fenómeno para la coyuntura argentina de 2025 y confirma que la digitalización de la información se consolidó como norma.
Un ecosistema atomizado y de competencia permanente
La transición a lo digital impacta directamente en la formación de la opinión pública. La agenda ya no se construye linealmente —desde un canal o un diario hacia la sociedad—, sino en un entramado disperso, guiado por algoritmos, interacciones sociales y consumo personalizado.
La competencia por la atención es hoy más intensa que nunca: noticias, entretenimiento, política y publicidad circulan mezclados en el mismo flujo. Para los actores políticos, esto significa adaptarse a formatos breves, visuales y altamente segmentados. Para los medios, implica disputar relevancia en un entorno donde todos producen contenidos y pocos pagan por ellos.
Riesgos: desinformación, burbujas y desconfianza
El crecimiento del consumo digital trae consigo un fenómeno asociado: la expansión de la desinformación. Organismos internacionales y universidades advierten desde hace años que las redes facilitan la circulación de contenidos engañosos y dificultan la verificación. A esto se suma la pérdida de confianza en los medios y la llamada “evasión informativa”, que lleva a parte de la ciudadanía a evitar noticias por considerarlas saturadoras o conflictivas.
Los algoritmos también tienden a reforzar burbujas informativas, donde cada usuario recibe más de lo que ya piensa, reduciendo la exposición a perspectivas diversas y afectando la calidad del debate público.
Un desafío para el periodismo, la política y el Estado
El cambio que describe el informe no es solo tecnológico. Reconfigura el terreno donde se define la legitimidad política y el consenso social. Los partidos y gobiernos deben repensar su estrategia comunicacional; los medios necesitan modelos de sostenibilidad; y el Estado enfrenta el dilema de garantizar pluralismo y combatir la desinformación sin afectar la libertad de expresión.
Que dos de cada tres argentinos se informen por medios digitales sintetiza un nuevo escenario histórico. La conversación pública, antes concentrada en la televisión, se despliega hoy en millones de pantallas personales. Es allí, en ese flujo constante de videos, posteos y titulares, donde se juega una parte central del poder informativo en la Argentina contemporánea.
REDACCION DATA POLITICA Y ECONOMICA
