Un informe del banco británico cuestiona el corazón del programa económico de Javier Milei: caída de reservas, atraso cambiario, actividad estancada y un aumento del endeudamiento que contradice el discurso oficial. Es el cuarto gigante financiero que critica la estrategia de Caputo y Bausili.
El 1° de diciembre, Barclays —uno de los bancos más influyentes del sistema financiero global— hizo circular entre sus clientes un informe demoledor sobre la economía argentina. Con un guiño a los Rolling Stones, lo tituló “No siempre puedes tener lo que quieres”, pero su contenido dista del rock: es un diagnóstico severo que ahonda las dudas sobre la capacidad del Gobierno de Javier Milei para sostener su programa económico y afrontar los vencimientos de deuda de los próximos dos años.
Reservas en el nivel más crítico desde la asunción de Milei
El informe sostiene que las reservas netas —excluyendo los desembolsos del FMI— están hoy más bajas que cuando Milei asumió, pese a la promesa oficial de recomposición. Según los analistas Ivan Stambulsky y Jason Keene, las reservas netas “eran de –USD 11 mil millones en diciembre de 2023 y hoy rondan los –USD 16 mil millones”, ubicándose USD 13 mil millones por debajo de la meta revisada del propio FMI.
Barclays compara a la Argentina con otros países de alto rendimiento —Ecuador, Kenia, Nigeria o Egipto— y concluye que ninguno presenta un nivel de fragilidad externa tan pronunciado. La advertencia es directa: “No hay señales claras de que el Gobierno tenga intención de revertir esa fragilidad”.
El problema central, señala el informe, es que el margen político con el que contaba la administración Milei para postergar la acumulación de reservas ya está agotado. Priorizar la desinflación por encima del balance externo generó un cuadro que hoy amenaza la estabilidad del régimen cambiario.
Liquidez limitada y sospechas sobre el pago de los Bopreal
El documento se detiene en la composición de la liquidez. Según sus cálculos, las reservas líquidas —incluyendo oro— ascienden a USD 28 mil millones, de los cuales USD 16 mil millones corresponden a depósitos de bancos encajados en el Banco Central. Descontando parte de ese componente, la liquidez efectiva queda en torno a USD 23 mil millones, muy por debajo de los USD 33 mil millones en vencimientos proyectados para 2026 y 2027.
Esta escasez alimentó en los mercados la sospecha de que el Gobierno utilizó depósitos en dólares de ahorristas para pagar el vencimiento de USD 1.000 millones de Bopreal, una versión que el Banco Central no confirmó, pero que corrió con fuerza tras el giro de fondos del 2 de diciembre.
Un endeudamiento creciente, contrario al discurso oficial
Barclays desmonta otro argumento central del Gobierno: que la deuda en dólares se habría reducido. Por el contrario, el banco británico afirma que el stock de pasivos en moneda extranjera creció de USD 170 mil millones en diciembre de 2023 a USD 189 mil millones en noviembre de 2025, impulsado por los Bopreales y los repos bancarios firmados por el Tesoro. Solo estos instrumentos, detalla, sumaron USD 12 mil millones de deuda que no existía antes del actual gobierno.
El tipo de cambio, en el centro de las críticas
El documento identifica al atraso cambiario como la principal causa del estancamiento económico. Sostiene que el tipo de cambio real es “solo 6% más débil que en 2017”, cuando la situación fiscal y financiera era menos grave que la actual. a pesar de ese atraso, el Gobierno mantiene el dólar en el techo de la banda cambiaria, lo que —según Barclays— erosiona la credibilidad del régimen y agrava los riesgos devaluatorios.
El informe coincide con advertencias recientes de Domingo Cavallo y también con observaciones de economistas como Martín Redrado, que alertaron sobre la imposibilidad de sostener un esquema sin acumulación sólida de reservas.
Actividad estancada y dudas sobre las estadísticas oficiales
Barclays señala que la actividad económica —excluyendo la intermediación financiera— se encuentra 0,7% por debajo de diciembre de 2024, lo que contradice la supuesta recuperación marcada por el último índice del Indec, cuestionado por consultoras privadas y opositores debido a modificaciones introducidas por Marco Lavagna.
En los mercados, las dudas sobre la solvencia argentina ya generan efectos visibles: los bonos ecuatorianos a 10 años cayeron por debajo del 10% de rendimiento y se despegaron de los argentinos por primera vez desde las elecciones, consolidando un diferencial que la deuda local no logra cerrar.
El test decisivo: 9 de enero
El próximo desafío financiero será el pago de casi USD 3 mil millones en bonos internacionales, equivalente al 3% del stock total de títulos en moneda extranjera. Para Barclays, el tramo corto de la curva ya descuenta un pago exitoso, pero el verdadero riesgo sigue siendo el mismo: la escasez de reservas.
Aun considerando la posibilidad de un nuevo repo bancario para cubrir el pago de enero y una eventual licitación de bonos 2029–2030, el banco advierte que sin un tipo de cambio más flexible y un programa creíble de compras de dólares, la Argentina no podrá recuperar el acceso pleno a los mercados, ni garantizar una recuperación sostenida.
Conclusión: apoyo político, pero fundamentos frágiles
El informe concluye manteniendo una postura neutral (“Market Weight”) respecto a la deuda argentina, reconociendo el fuerte apoyo electoral que sostiene a Milei pero reiterando que el régimen cambiario actual es incompatible con la estabilidad externa y la mejora sostenida de indicadores claves.
Barclays sintetiza su mirada en una frase contundente: “Sin un tipo de cambio más flexible, no hay recuperación sostenible”. El mensaje, compartido por UBS, Santander y BBVA, profundiza la desconfianza del mercado y coloca al Gobierno frente a un dilema que ya no puede postergar: estabilizar sin reservas es un camino cada vez más estrecho.
REDACCION DATA POLITICA Y ECONOMICA
