La leve baja del dólar oficial tras las elecciones es un espejismo, según los analistas. Coinciden en que las presiones de oferta y demanda forzarán una corrección cambiaria, pero el triunfo del libertario da margen para una transición menos traumática.
El mercado cambiario argentino vive una pausa, un respiro que muchos interpretan como la calma que precede a una transformación inevitable. Tras la contundente victoria de Javier Milei en las elecciones, el dólar oficial no solo no se disparó –como algunos sectores especulaban–, sino que retrocedió levemente. Sin embargo, esta aparente tranquilidad es, para la mayoría de los expertos, un espejismo. La conclusión unánime entre consultoras y economistas es que la divisa estadounidense terminará subiendo más temprano que tarde, aunque el nuevo escenario político ofrece una ventana de oportunidad para una transición ordenada, lejos del temido salto brusco.
Los números de la semana dan cuenta de este alivio momentáneo. Luego de cerrar la última jornada preelectoral en 1.517 pesos, el dólar oficial bajó a 1.464 pesos. El dólar mayorista, el termómetro que define los límites del esquema de bandas, mostró una tendencia similar: de 1.489 pesos el viernes pasado cayó a 1.440 pesos, alejándose así del borde superior de la banda. Este comportamiento despejó, al menos por ahora, los fantasmas de una devaluación inmediata y caótica.
Una baja que no convence
Para Christian Buteler, analista financiero, es crucial poner esta baja en perspectiva. «El dólar sólo cayó un 4% del viernes al último miércoles, por lo que no se desplomó ni mucho menos», remarca en diálogo con este medio. Buteler argumenta que las fuerzas que empujarán al alza el tipo de cambio son estructurales y operan desde ambos lados del mostrador.
Por el lado de la oferta, señala un hecho clave: «Se consumió una importante parte de la oferta de las próximas semanas y meses cuando se decidió eliminar temporalmente las retenciones. Ahí hubo una fuerte liquidación, que era la que vos ibas a tener durante todo este tiempo hasta enero». Es decir, el campo ya liquidó una porción significativa de sus divisas, adelantando ingresos que ya no estarán disponibles en el corto plazo.
Por el lado de la demanda, la presión es igualmente intensa. «En algún momento el Tesoro o el Banco Central tienen que empezar a comprar dólares para afrontar vencimientos que quedan de acá a fin de año, o incluso para empezar a recomprar las reservas de forma genuina, que es algo que se le pide al BCRA desde el FMI, el Tesoro (de Estados Unidos) y el Mercado», explica Buteler.
El analista ve en el clima post-electoral una oportunidad. «Lo bueno es que la elección te da un mejor clima financiero para cualquier cambio que vos hagas, ya sea subir el techo de la banda, ya sea eliminar el techo e ir a una flotación sucia». Sin embargo, su pronóstico es contundente: «Mirando los flujos futuros del tipo de cambio, vos no podés mantener el esquema banda como está actualmente».
El techo como nuevo piso
Esta visión de un ajuste inevitable es compartida por la consultora Vectorial, que en su último informe –ratificado tras los comicios– sostiene que «el escenario posterior a las elecciones se perfila como de corrección inevitable» del esquema cambiario. Su proyección es aún más gráfica: el actual techo de las bandas, cercano a los 1.500 pesos, se convertirá en el nuevo piso para la divisa.
«Si liberaran las bandas cambiarias, luego de un overshooting (suba brusca) el valor del dólar volvería a estacionarse en una zona similar a la actual, donde el Gobierno podría poner un ‘nuevo piso’ para acumular Reservas, como demandan al unísono el mercado y el FMI», aclara la firma integrada por Eduardo Hecker y Haroldo Montagu. Esta perspectiva sugiere que, tras una posible sacudida inicial, el mercado encontraría un equilibrio en niveles no muy distintos a los actuales, pero con una cotización mínima más alta.
La variable externa: el factor Tesoro de EE.UU.
Un actor inesperado se ha convertido en un elemento clave en el tablero cambiario argentino: el Tesoro de los Estados Unidos. Sus intervenciones mediante la compra directa de pesos durante el último mes previo a las elecciones fueron un ancla que contribuyó a la estabilidad. La continuidad o no de estas operaciones será determinante en las próximas semanas.
Santiago Bulat, economista director de Invecq, analiza este factor. «Si Estados Unidos se sigue metiendo (en el mercado de cambios argentino), no creo que tengas un dólar que perfore el techo de la banda, pero sí va a estar muy cerca», señala. Bulat coincide con sus colegas en el valor de referencia: hoy, «el dólar de equilibrio está más cerca de los 1.500 pesos».
No obstante, Bulat avizora un cambio de régimen hacia fin de año. «En algún momento de acá a fin de año probablemente vayamos a un nuevo esquema (cambiario), si el Banco Central empieza a acumular reservas comprando adentro de la banda, algo que Vladimir Werning (vicepresidente del BCRA) dejó entrever», comenta, refiriéndose a las recientes declaraciones del funcionario en Washington.
La transición: entre la oportunidad y la necesidad
El consenso que emerge entre los especialistas pinta un escenario de transición controlada. El triunfo de Milei, al disipar incertidumbres políticas inmediatas, le quita presión explosiva al tipo de cambio y le otorga al próximo gobierno un margen de maniobra del que carecía la administración saliente.
La pregunta ya no es si habrá una devaluación, sino cómo y cuándo se implementará. El «veranito» cambiario post-electoral es, en este sentido, un período de gracia. Un intervalo donde la calma de los mercados permite planificar una salida del actual laberinto cambiario que minimice el impacto social y económico.
La hoja de ruta parece trazarse: una corrección que establezca el actual límite superior como la nueva base, en un movimiento que, si bien encarecerá la divisa, busca evitar la corrida y el colapso. En este contexto, la calma actual no es un destino, sino la antecesora de un reacomodamiento que todos dan por descontado. La pelota, ahora, está en el campo de la política.
FUENTE: Ámbito Financiero y medios digitales especializados
