Con una intervención récord del Tesoro de EE.UU. y el Banco Central, el dólar oficial cede a $1.479, mientras el blue retrocede a $1.525. En una jornada de alta volatilidad, los ADRs repuntan hasta un 14% y los bonos rebotan, en un mercado que opera a la sombra de las elecciones legislativas.
La plaza cambiaria argentina vive horas de tensión contenida. A solo tres días de los comicios legislativos, el dólar oficial cedió a $1.479 para la venta este jueves, tras una nueva intervención del Tesoro estadounidense. El blue, por su parte, bajó a $1.525, interrumpiendo una racha alcista de ocho jornadas . La presión sobre la divisa, however, no se disipa: el tipo de cambio mayorista cerró a $1.490,50 el martes, rozando el techo de la banda cambiaria y forzando al BCRA a vender USD 45,5 millones para contener la subida .
Intervención Coordinada: Un Muro Frente a la Especulación
La pulseada cambiaria tiene actores de peso. El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, confirmó un swap con el BCRA por USD 20.000 millones y intervenciones directas en el mercado . El miércoles, su equipo vendió cerca de USD 500 millones para aliviar la presión, una jugada que el economista Carlos Rodríguez interpreta como un movimiento «estrictamente político» para «fijar un tipo de cambio de acá a las elecciones» .
El Banco Central, por su parte, no solo actuó en el mercado spot, sino que también vendió cerca de USD 7.000 millones en futuros durante octubre para dar cobertura ante expectativas de devaluación. Estas medidas conjuntas lograron, por ahora, evitar una corrida, pero Gustavo Ber, economista local, advierte: «Los operadores comienzan a percibir que las intervenciones apenas logran morigerar la dinámica alcista» .

El Mercado Respira, Pero No Celebra
El alivio momentáneo en el frente cambiario contagió a los activos financieros. Los ADRs de empresas argentinas volaron hasta un 14% en Wall Street, y los bonos externos rebotaron, en lo que los operadores bautizaron como un «trade electoral» . No obstante, la euforia es cauta. La demanda de cobertura cambiaria se mantiene firme, reflejando la desconfianza en la sostenibilidad del régimen de bandas. Pedro Siaba Serrate, de Portfolio Personal Inversiones, lo sintetiza: «El mercado está en una posición… del estilo ‘che, mostrame los votos'» .
Impacto en la Economía Real: La Inflación No Cede
Mientras el Gobierno intenta calmar los mercados, la economía de los hogares sufre las consecuencias. La volatilidad cambiaria acelera la inflación, en particular en alimentos. Según proyecciones de consultoras privadas, para octubre se espera una suba entre 2.9% y 3% en precios de la canasta alimentaria .
Empresas alimenticias ya han remarcado precios hasta un 10% en anticipación a una posible devaluación postelectoral . Este contexto profundiza la crisis social: la morosidad en créditos no bancarios saltó al 16.5% en agosto, y el endeudamiento de los hogares trepó al 31% de la masa salarial.
La Incógnita del Lunes: ¿Qué Pasará con el Dólar?
El ministro de Economía, Luis Caputo, salió a desactivar los rumores: «El lunes no pasa nada. La política económica sigue igual» . Sin embargo, la city maneja al menos tres escenarios para el día después de las elecciones: una continuidad del actual régimen, un ajuste dentro de la banda, o un salto cambiario más abrupto.
El futuro económico de Argentina parece depender, por ahora, de un delicado equilibrio entre el respaldo externo y el veredicto de las urnas. Como concluye un informe de Romano Group, «en las elecciones el Gobierno está obligado a revertir a nivel nacional la fragilidad» . El domingo, los argentinos no solo elegirán legisladores, sino que darán su veredicto sobre un modelo económico que se debate entre la estabilidad ficticia y el ajuste permanente.
La calma tensa que precede a la tormenta electoral deja en evidencia los límites de la ingeniería financiera. Las intervenciones millonarias del Tesoro estadounidense y el BCRA han logrado, hasta ahora, contener la hemorragia cambiaria y generar un efímero rebote en los activos. Pero detrás de los números, se esconde una economía real asfixiada por la inflación y un mercado que, escéptico, espera con el dólar en la mira.
El domingo, las urnas no solo definirán la correlación de fuerzas políticas, sino que pondrán a prueba la viabilidad de un esquema que hoy se sostiene más con voluntad externa que con convicción interna. La respiración del mercado está en suspenso; el lunes, Argentina sabrá si fue suficiente.
