La salida del “efecto soja” dejó al Tesoro con menos dólares de lo esperado y reactivó la presión cambiaria. El billete oficial trepó 50 pesos en un día, los bonos cayeron hasta 2,5 % y el riesgo país superó los 1.230 puntos. Las elecciones legislativas del 26 de octubre, de fondo en un escenario de máxima volatilidad.
Una calma que nunca fue
El martes se cerró la ventana de liquidaciones del agro y el Gobierno se quedó con menos divisas de las que proyectaba. El golpe fue inmediato: el dólar oficial minorista saltó de $1.400 a $1.450 en el Banco Nación y los bonos soberanos que cotizan en Nueva York cayeron hasta 2,5 % (caso del GD35). Con esa baja, el riesgo país volvió a dispararse, alcanzando los 1.230 puntos básicos, su mayor nivel en lo que va de 2025.
Lejos de moderarse, la tensión se expandió a las acciones: los papeles argentinos que cotizan como ADR en Wall Street retrocedieron entre 0,5 % y 7,5 % en la jornada previa, mientras que el Merval mostró apenas un repunte del 0,28 %.
“Quedó sobre la mesa que la demanda privada está muy firme a este nivel de tipo de cambio, lo que aumenta la preocupación de cara a las ruedas de octubre previas a la elección legislativa”, advirtió la consultora Outlier, que dirige Gabriel Caamaño.
El agro no alcanzó y el Tesoro quedó corto
La expectativa oficial era captar al menos la mitad de los dólares liquidados por las cerealeras durante la ventana de retenciones cero. Sin embargo, el Tesoro apenas se quedó con US$ 2.200 millones, poco más del 38 % de los US$ 5.744 millones ingresados. El mercado había proyectado un piso de US$ 6.300 millones en liquidaciones, por lo que el resultado quedó muy por debajo de lo esperado.
Ante la presión cambiaria, el Banco Central –por cuenta del Tesoro– llegó a intervenir con posturas de hasta US$ 400 millones en el mercado mayorista. Pero esas operaciones no lograron frenar la escalada: el dólar mayorista se ubicó en $1.425 y el techo de la banda cambiaria ya asoma en $1.481.
Mientras tanto, los dólares financieros también siguieron la tendencia: el MEP avanzó 1,4 % hasta $1.515,27 y el contado con liquidación llegó a $1.563,86. La brecha con el oficial mayorista se amplió al 10,2 %, su mayor nivel desde la instauración del actual esquema cambiario.
Restricciones y maniobras oficiales
Para intentar contener la demanda, el Gobierno reinstauró la restricción cruzada, que impide revender los dólares oficiales por 90 días, y ordenó a billeteras virtuales como Mercado Pago que suspendieran la venta de divisas en el mercado oficial.
En paralelo, operadores detectaron una fuerte intervención en los futuros: un “muro” de oferta de US$ 2.000 millones en torno a $1.380, atribuido directamente al Tesoro, buscó disciplinar las expectativas en el mayorista.
Aun así, los analistas advierten que sin el flujo extraordinario del agro, la cancha queda despejada para la demanda privada, especialmente en los primeros días del mes, cuando se acreditan los salarios y crece la presión de los ahorristas.
Bonos en rojo y riesgo creciente
Los títulos soberanos argentinos volvieron a registrar caídas en Nueva York de entre 2 % y 5 %. Esa pérdida de valor arrastró al riesgo país, que saltó más de 110 unidades en pocas horas, hasta los 1.228 puntos básicos.
El encarecimiento del financiamiento internacional deja al Gobierno con escaso margen de maniobra: los vencimientos de deuda presionan sobre las cuentas fiscales y los costos de colocar nueva deuda son prohibitivos.
Política y economía, un binomio inseparable
El trasfondo electoral acentúa la volatilidad. Con las legislativas del 26 de octubre a la vista, el oficialismo busca contener al dólar dentro de la banda cambiaria para no sumar incertidumbre en la campaña. El ministro de Economía, Luis Caputo, quedó en el centro de la estrategia: administrar intervenciones, sostener expectativas y cuidar reservas.
Sin embargo, la dinámica cambiaria y la caída de los bonos exponen la fragilidad del esquema. Cada paso en falso alimenta la percepción de que el gobierno enfrenta un dilema: gastar hoy reservas para sostener la calma o asumir un salto mayor del dólar después de los comicios.
Escenarios inmediatos
Los especialistas señalan cinco riesgos inmediatos:
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Desgaste de reservas por las ventas del Tesoro.
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Ampliación de las brechas cambiarias, que incentivan el arbitraje.
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Escalada del riesgo soberano, que encarece cualquier intento de financiamiento.
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Impacto en la inflación y los salarios a partir del encarecimiento del dólar.
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Tensión política si el tipo de cambio supera el techo de la banda antes de las elecciones.
Un final abierto
Argentina vuelve a estar en el ojo de la tormenta. El final de la ventana agroexportadora demostró que los dólares no alcanzan y que la demanda privada marca el pulso del mercado. Con el riesgo país por encima de los 1.200 puntos y la brecha cambiaria en máximos, el gobierno apuesta a contener la corrida con intervenciones y restricciones.
El dilema es evidente: ganar tiempo hasta las elecciones o enfrentar un ajuste brusco del tipo de cambio en los próximos meses. En cualquiera de los escenarios, la volatilidad promete seguir siendo la regla y no la excepción.