Congreso en tensión y calles movilizadas: la oposición busca rechazar los vetos de Milei a la educación y la salud

Este miércoles, la Cámara de Diputados debatirá los vetos presidenciales a la Ley de Emergencia Pediátrica y a la norma de Financiamiento Universitario, mientras sindicatos, estudiantes y trabajadores de la salud y la ciencia marcharán desde el Congreso a Plaza de Mayo en defensa de derechos fundamentales.


La Argentina vivirá este miércoles una jornada clave tanto en el Congreso como en las calles. La Cámara de Diputados intentará revertir los vetos presidenciales a la Ley de Emergencia Pediátrica y al financiamiento universitario, mientras miles de personas se concentrarán frente al Palacio Legislativo para exigir la restitución de fondos destinados a la salud y la educación pública.

La movilización, convocada como Tercera Marcha Federal por la Universidad, la Ciencia y la Salud Pública, se propone reeditar la masividad de abril, cuando más de medio millón de personas marcharon en defensa del sistema universitario. Ahora, la protesta suma el reclamo por la situación crítica del Hospital Garrahan y de otros centros de salud pediátrica, además del desfinanciamiento que sufren los organismos de investigación como el CONICET, el INTA y el INTI.

El Congreso bajo presión

En la sesión de este miércoles, la oposición intentará reunir los dos tercios necesarios para rechazar los vetos del Ejecutivo. Los bloques dialoguistas evalúan su posición, aunque desde los sindicatos y la comunidad educativa advierten sobre posibles cambios de postura de legisladores que anteriormente habían votado a favor de las leyes.

“El año pasado ya vivimos cómo algunos diputados primero levantaron la mano y después se alinearon con el gobierno para recibir beneficios. Por eso no confiamos en que esta vez sea distinto”, advirtió Laura Carboni, secretaria general de la Asociación Gremial Docente de la UBA.

El oficialismo, debilitado por divisiones internas y una caída en la adhesión social, intenta sostener alianzas con algunos gobernadores, mientras mantiene negociaciones de último momento para impedir que el Congreso revierta los vetos.

El Garrahan en el centro del conflicto

El veto a la Ley de Emergencia Pediátrica encendió las alarmas en el Hospital Garrahan, donde profesionales, técnicos y familias de pacientes impulsan protestas desde hace semanas. Norma Lezana, secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT), fue categórica: “El presidente se convirtió en enemigo de las infancias al vetar esta norma. Abrió una caja de Pandora”.

Padres y madres de pacientes difundieron un comunicado donde expresaron: “Necesitamos que el hospital siga funcionando como hasta ahora, porque es el pilar de la salud pediátrica en todo el país. Cada recorte significa vidas en riesgo”.

Universidades en emergencia

La situación de las universidades nacionales es otro eje de la crisis. Según el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el presupuesto 2026 enviado por el Ejecutivo prevé 4,8 billones de pesos para educación superior, cuando el sistema requiere 7,3 billones para garantizar su funcionamiento.

“Se consolida el ajuste. Las universidades no podrán sostener su actividad con estos números”, señaló Oscar Alpa, presidente del CIN. A su vez, Joaquín Carvalho, titular de la Federación Universitaria Argentina (FUA), advirtió que “el recorte compromete no sólo el funcionamiento académico, sino también la igualdad de oportunidades para miles de jóvenes que dependen de la universidad pública”.

La ciencia, también en riesgo

El CONICET y otros organismos de investigación reclaman que la Cámara de Diputados apruebe la Ley de Emergencia del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. Gonzalo Sanz Cerbino, secretario general adjunto de ATE-CONICET, fue contundente: “Los trabajadores perdimos un tercio de nuestro poder adquisitivo, se redujeron becas y cupos de ingreso, y se paralizaron proyectos clave. Estamos al borde del colapso institucional”.

La situación empuja a muchos investigadores a emigrar o abandonar sus carreras científicas. “Sin recomposición salarial ni financiamiento, es imposible sostener la investigación en Argentina”, remarcan desde el organismo.

La CGT se suma a la calle

La Confederación General del Trabajo (CGT) confirmó su participación en la marcha de este miércoles. En un comunicado, el Consejo Directivo Nacional señaló: “La salud y la educación son pilares fundamentales del progreso. El fuerte ajuste del Gobierno nacional los pone en peligro y afecta el acceso de la ciudadanía a derechos esenciales”.

Según la central obrera, desde la asunción de Milei los presupuestos de salud y educación cayeron un 40% en términos reales. También criticaron los decretos 647/2025 y 651/2025, que anularon leyes votadas por amplias mayorías parlamentarias y sociales.

Un cierre político y social

La movilización, que confluirá en Plaza de Mayo desde distintos puntos de la Ciudad, expresa algo más que un reclamo sectorial. Es, según referentes sindicales y estudiantiles, una respuesta colectiva frente a un modelo de ajuste que amenaza derechos básicos.

El desenlace en el Congreso marcará el pulso de la jornada: si la oposición logra los dos tercios para revertir los vetos, será un duro golpe político para el Ejecutivo; de lo contrario, quedará en evidencia el peso de las presiones sobre los indecisos.

Lo que nadie discute es que este miércoles quedará registrado como un nuevo capítulo en la disputa por el rumbo del país. Entre recortes presupuestarios, vetos presidenciales y movilizaciones multitudinarias, la salud y la educación públicas se han convertido en símbolos de resistencia frente a un proyecto de ajuste que atraviesa a toda la sociedad argentina.

La pulseada se juega en dos escenarios —el Congreso y las calles— y su resultado tendrá impacto directo no sólo en el presupuesto, sino también en la relación de fuerzas entre un gobierno que insiste en el ajuste y una sociedad que comienza a marcarle límites.