El desayuno organizado por la Fundación Libertad en Buenos Aires se convirtió en una postal del momento político y económico que atraviesa el gobierno.
por Antonio Muñiz
Allí, José Luis Daza, asesor de Javier Milei y figura respetada en los mercados internacionales, intentó transmitir calma a un auditorio de empresarios que escuchaban con atención, pero también con creciente escepticismo. Su mensaje giró en torno a la ratificación del rumbo: disciplina fiscal, continuidad del ajuste y confianza en que las reformas encontrarán resultados a mediano plazo.
Sin embargo, la ansiedad en la sala era evidente. Los hombres de negocios no recibieron respuestas claras sobre cómo se piensa resolver la creciente presión cambiaria y monetaria. El dólar, la falta de reservas genuinas y la parálisis productiva alimentan la sensación de que el gobierno sólo busca ganar tiempo. El relato oficial se limita a prometer que después de octubre habrá un punto de inflexión, pero hoy predomina la incertidumbre. “Se patea la pelota para adelante; después de las elecciones, sálvese quien pueda”, resumió un empresario al salir del encuentro.
El golpe del Karinagate y el escándalo en la ANDIS
El frente político no luce mejor. El Karinagate, con sus derivaciones judiciales y mediáticas, ha erosionado seriamente la credibilidad del oficialismo. El escándalo se potenció con la revelación de maniobras fraudulentas en la Administración Nacional de Discapacidad (ANDIS), donde una red se apropió de fondos destinados a medicamentos y tratamientos. El dato que más indignación generó es que este saqueo ocurrió mientras el gobierno avanzaba con la quita de pensiones y subsidios a personas con discapacidades congénitas. La combinación de ajuste brutal y corrupción en áreas sensibles abrió una grieta de legitimidad que difícilmente pueda cerrarse a corto plazo.
Una interna feroz en el corazón del poder
A los problemas de gestión se suma la batalla dentro de la propia coalición gobernante. Karina Milei, hermana y principal sostén político del Presidente, junto con los Menem, se enfrentan cada vez más abiertamente a Santiago Caputo, asesor estrella y arquitecto de la comunicación oficial. Caputo cuenta con el respaldo de Daniel “el Gordo Dan” y del ejército de trolls que controlan las redes sociales, y que hoy dirigen sus ataques contra Karina y sus aliados.
Las llamadas “fuerzas del cielo”, emblema discursivo del oficialismo, parecen hoy fragmentadas: responden a Caputo y se alinean contra la conducción política de Karina. Lo que antes era una tensión soterrada, ahora se expone crudamente en el escenario público, debilitando la toma de decisiones en el corazón del gobierno.
Vetos presidenciales y una oposición en guardia
En medio de esta tormenta, Javier Milei ratificó y firmó los vetos a las leyes sancionadas por el Congreso. La medida fue interpretada como una declaración de guerra hacia la oposición parlamentaria, que ya prepara una fuerte ofensiva para los próximos días. La respuesta en la calle también se cocina: estudiantes, sindicatos, organizaciones sociales y agrupaciones políticas ultiman detalles para una semana que promete movilizaciones masivas en todo el país. El choque entre un gobierno decidido a resistir y una oposición envalentonada podría marcar un punto de inflexión en la dinámica política.
Expectativas por el discurso en cadena nacional
Todas las miradas están puestas en el lunes, cuando Milei se dirigirá al país en cadena nacional para presentar el presupuesto. Se espera que el Presidente reafirme el rumbo de austeridad, prometa equilibrio fiscal y refuerce la narrativa del sacrificio como único camino hacia la estabilidad. Pero la incógnita es si podrá ofrecer algo más que consignas. El mercado y la sociedad esperan un plan concreto que despeje dudas sobre la sostenibilidad del modelo. Pero la incertidumbre es la constante, mas que el riego K el circulo rojo le teme al riesgo “Javo”.
El desafío es enorme: Milei debe convencer a los mercados de que hay horizonte y, al mismo tiempo, sostener a una sociedad golpeada por la recesión, la inflación persistente y el deterioro social. Sin embargo la derrota por 14 puntos en la elecciones del pasado 7 de diciembre ante el peronismo y la imprevisible elección del 26 de octubre generan muchas dudas sobre la viabilidad de una política de ajuste permanente.
En la Casa Rosada reconocen que será el discurso más importante de lo que va del año, porque de su tono y contenido dependerá de si el gobierno logra retomar la iniciativa, o solo es un paso mas en el tobogán de caída, donde la gobernabilidad se ira erosionando con el correr de las semanas.
La fragilidad del rumbo
La combinación de crisis económica, escándalos de corrupción, internas sangrientas y protestas sociales coloca al gobierno en un punto de máxima vulnerabilidad. El desayuno con los empresarios mostró que la paciencia del poder económico empieza a agotarse. Las calles anticipan un escenario de confrontación abierta. Y en la cima del Estado, las disputas intestinas dejan cada vez más solo al Presidente.
En este marco, la fragilidad del poder se vuelve evidente: Milei busca sostenerse con un discurso de épica libertaria, pero la realidad lo empuja hacia un laberinto de contradicciones. Octubre aparece como una frontera incierta. Hasta entonces, todo parece transitorio. Después, el futuro es un terreno abierto donde la política, la economía y la sociedad entrarán en una dinámica que nadie se atreve a pronosticar.