Con una participación cercana al 72 % entre los más de 950 mil habilitados, Corrientes cerró una elección marcada por los 25 años de hegemonía radical y la figura del hermano del gobernador como candidato oficialista. El peronista Martín “Tincho” Ascúa se proclama segundo y ya proyecta una segunda vuelta electoral, mientras el oficialismo festeja un “triunfo” en las redes.
Una jornada electoral compleja y con clima estival
Este domingo 31 de agosto de 2025, más de 950 000 correntinos fueron convocados a votar para definir gobernador, vicegobernador, 15 bancas de la Cámara de Diputados, cinco del Senado y actualizaciones municipales en 73 distritos .
A lo largo de la jornada, se reportaron demoras en la apertura de mesas, atribuibles a ausencias de autoridades de mesa, lo que generó denuncias de parte de la oposición, aunque sin alteraciones mayores.
Encuestas previas: un escenario ajustado y con balotaje a la vista
Diversas encuestas previas a la elección anticipaban una contienda ajustada y abierta a segunda vuelta. Un estudio de CB Consultora, realizado entre el 15 y 20 de agosto, ubicaba a Juan Pablo Valdés con alrededor del 36 %, mientras Martín Ascúa y Ricardo Colombi disputaban el segundo lugar con porcentajes similares (17 % y 16 %, respectivamente), y La Libertad Avanza con Lisandro Almirón rondando el 10 % .
Un sondeo anterior de Gustavo Kees coincidía en señalar un empate técnico entre Valdés y Colombi, ambos con 31 %, seguido por Ascúa con 18 % y Almirón con 16 % .
Además, encuestas como la de Ágora Consultores habían destacado un claro deseo de cambio: el 58 % del electorado se inclinaba por alternativas al oficialismo, y apenas el 24 % apoyaría al candidato de Valdés; en ese contexto, Ascúa aparecía como el opositor mejor posicionado.
Estas proyecciones reforzaban la hipótesis de una segunda vuelta el 21 de septiembre o fechas similares.
Corrientes vivió este domingo una elección simbólica y decisiva: el fin de dos décadas y media de control radical frente al avance de un peronismo consolidado en distintas zonas. El relato oficial se anticipó al cierre de urnas, pero la cruda realidad del escrutinio —y el fervor opositor de Ascúa— perfilan una definición que podría extenderse a un balotaje. El foco ahora se traslada a la noche del 31 de agosto y los días próximos, donde cada voto, cada acta y cada fiscal cobrarán una relevancia extraordinaria.