Todo marcha de acuerdo al plan
El Indec y los relevamientos privados coinciden en advertir el impacto negativo del combo que combina caída de la demanda, suba del dólar y aumento de las tasas de interés.
Por: Marcelo Di Bari
Lejos de los pronósticos de recuperación con forma de V o de las escatológicas afirmaciones del presidente Javier Milei sobre los efectos de las necesidades fisiológicas de los buzos submarinos, la economía parece haber ingresado en un sendero claramente descendente. La recuperación con relación al gélido 2024 es meramente estadística y el estancamiento parece haber devenido en caída luego de los desaguisados en la política monetaria del gobierno, que encarecieron el crédito y paralizaron la actividad.

El dato oficial más cercano es el informe del Indec publicado el último miércoles, que reveló una caída de 0,7% en la medición desestacionalizada (compara contra el mes anterior) del EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica). El número corresponde a junio y profundiza el sesgo negativo que ya se había manifestado en mayo (-0,2%).
Por la demora en el procesamiento de los datos, el relevamiento del Indec no logró captar los efectos de la fuerte suba del dólar en julio, que redondeó el 14%, como tampoco de la disparada de las tasas de interés como consecuencia del desarme de las Lefi (Letras Fiscales) y la elevación de los encajes bancarios. Los impactos de ambos fenómenos empezarán a verse en el próximo informe.
Los zigzagueos de la política monetaria dispuesta por el dúo Luis Caputo-Santiago Bausili (en la City sospechan que en realidad siguieron órdenes expresas de Javier Milei) llevaron en un mes la tasa interbancaria de 50% nominal anual a 71% y los adelantos en cuenta corriente a empresas de 62% a 82% en sólo un mes, según los informes oficiales del Banco Central. Ese encarecimiento del crédito resintió el financiamiento a las unidades productivas, principalmente las pymes, ahogadas ya por la caída en la demanda y la competencia con la importación. El economista Hernán Letcher asegura que la tasa de descuento de los cheques para las pequeñas empresas se duplico de 36 a 68% en un mes.
En despachos oficiales, como un mantra, atribuyen todos los problemas al kirchnerismo, ya sea por lo que hizo o por lo que no deja hacer. “¿Creen que pueden tener una tasa normal cuando del otro lado están los que quieren romper el país? Menos llanto por la volatilidad de la tasa, que bastante llevamos sin sobresalto toda la economía a pesar de los kukas”, dijo el presidente Javier Milei en su discurso en el Consejo de las Américas el jueves pasado.
¿Sin sobresaltos?
Sin embargo, quienes siguen de cerca los vaivenes de la actividad descreen que todo esté tan tranquilo como afirma el mandatario. Por ejemplo, la consultora Analytica entiende que todo el combo de las últimas semanas habría significado una baja de 0,1% de la actividad en julio.
“La economía habría entrado en una etapa de estancamiento, expresando los límites para el crecimiento del actual esquema que mantiene encorsetada a la demanda para sostener el régimen monetario y cambiario”, señaló su informe.
Pero otros centros de estudio entienden que el daño es mayor. Desde Equilibra entienden que la actividad cayó 0,3% en julio, en la que sería la tercera baja mensual consecutiva.
“A esto se le suma una perspectiva más negativa desde agosto tras el endurecimiento de la política monetaria (fuerte suba de tasas), lo cual nos hace prever una caída desestacionalizada en la actividad en lo que resta del año”, dijeron desde la consultora guiada por los economistas Martín Rapetti y Diego Bossio.
En el Banco Provincia presentaron Pulso PBA, un índice elaborado con inteligencia artificial en base a 1200 variables diarias. En su estreno, ese indicador dio un retroceso de 0,4% para el período combinado de las últimas dos semanas de julio y las dos primeras de agosto. “Durante 2025 la economía bonaerense tuvo un comportamiento errático, sin consolidar una tendencia clara”, fue el diagnóstico. Si bien el relevamiento corresponde al ámbito provincial, sus autores lo consideran extrapolable al resto del país por la representatividad de ese territorio en cuanto a producción y empleo.
De acuerdo al estudio que difundió el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), la situación podría agravarse en los próximos meses. “Con una economía que no crece desde febrero, aumentos del costo de financiamiento para empresas, caída del crédito y próximos dos meses de continuidad de tasas altas, la película de la actividad luce muy desfavorable para el gobierno. Será una situación que, sin importar el resultado electoral, el equipo económico deberá revertir inmediatamente”, concluyó el documento. «
El efecto en las cuentas fiscales
La suba de las tasas de interés ya se convirtió en una preocupación para los bancos, que advierten el rápido incremento de su morosidad en su cartera de préstamos. Pero también para el propio gobierno, que tiene una gran masa de títulos públicos en pesos. Para que ese stock de deuda pueda ser refinanciado en las próximas licitaciones, los nuevos títulos tendrán que incluir rendimientos más jugosos.
La cuestión podría afectar el superávit fiscal, ya que la porción que no logre «rolearse» debe ser saldada con recursos del Tesoro. El economista Lorenzo Sigaut Gravina publicó en sus redes sociales una estimación sobre el mayor costo que generarán las Lecap.
«Si sumamos los instrumentos a tasa fija adjudicados en licitaciones (16 y 29 de julio y 13 de agosto), la suba de tasas implica $ 1,3 billones adicionales (0,13% del PBI)», señaló. También estimó que los $ 32 billones de títulos que vencen hasta fin de octubre tendrán un costo financiero de 0,27% del PBI, similar al costo de la Ley de Emergencia en Discapacidad que el gobierno quiso vetar.