En su visita a La Plata, Javier Milei volvió a poner a Axel Kicillof en el centro de sus ataques. De las casi 4.800 palabras que conformaron su discurso, alrededor de 1.900 estuvieron dirigidas a criticar al gobernador bonaerense y al kirchnerismo, lo que representa cerca del 40 por ciento del total.
La cifra no solo revela una estrategia discursiva concentrada, sino también una intensificación del tono: reaparecieron los insultos personales, las acusaciones de corrupción y las descalificaciones ideológicas, es decir la pose de outsider políticamente incorrecto que lo llevó a la Presidencia de la Nación.

Según el análisis del texto completo, el discurso tuvo unas 4.800 palabras, de las cuales alrededor de 1.900 estuvieron dedicadas a criticar al gobernador bonaerense y al kirchnerismo. En total, Axel Kicillof fue mencionado por su nombre en 12 ocasiones, además de múltiples referencias indirectas como “el gobernador”, “el comunista”, “el tirano de aldea” o “el jefe del aparato provincial”.
El kirchnerismo, por su parte, fue citado más de 15 veces, siempre en tono peyorativo, como “maldito”, “degenerado” o “ficción costosa”. La densidad de menciones y el lenguaje utilizado confirman que el eje bonaerense fue el núcleo del mensaje presidencial.
¿Qué dijo Javier Milei?

Milei calificó a Kicillof como “el comunista enano”, lo acusó de “psicopatear a la población” y lo responsabilizó por convertir la provincia en “un baño de sangre”. También lo vinculó con el nepotismo judicial en causas sensibles como el narcotráfico, y lo acusó de manipular el calendario electoral por “miedo a ser aplastado por los violetas”.
Más allá de las formas, el contenido también fue contundente. El presidente denunció que la provincia sigue “brutalmente deficitaria”, que está “llena de ñoquis” y que el “Estado presente” defendido por el kirchnerismo es una “ficción costosa y degenerada”. En su relato, el gobierno bonaerense representa “la peor versión del kirchnerismo”, con una estructura “llena de exministros de Alberto Fernández” y “portavoces pagos” que prometen “el paraíso”.
La insistencia en el eje Kicillof-kirchnerismo no fue casual. Milei lo presentó como el adversario a derrotar en las elecciones bonaerenses, apelando a los votantes para “ponerle un freno” al modelo que, según él, “desangra financieramente a la provincia”.
