En el Festival Gabo de Periodismo, el Premio Nobel Joseph Stiglitz criticó con dureza la política económica argentina, responsabilizó a la gestión de Mauricio Macri por el retorno al FMI y advirtió que el gobierno de Javier Milei, aunque logró bajar la inflación, lo hizo a costa de endeudamiento externo insostenible. Según Stiglitz, el país se encamina hacia un nuevo colapso.
Stiglitz y la economía argentina: pasado, presente y un futuro preocupante
El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz volvió a referirse con dureza a la situación económica de Argentina. En una entrevista realizada durante el Festival Gabo de Periodismo en Medellín, Colombia, el economista estadounidense no solo negó haber tenido responsabilidad en la crisis argentina a pesar de sus elogios al exministro Martín Guzmán, sino que apuntó con claridad a la gestión de Mauricio Macri y, más recientemente, al gobierno de Javier Milei.
“La Argentina está en la puerta de otra crisis”, sentenció Stiglitz, al señalar que la caída de la inflación bajo el actual gobierno se logró gracias a los millonarios desembolsos del Fondo Monetario Internacional (FMI), no por una mejora estructural de la economía. “Es cierto que bajaron la inflación, pero porque han usado ese dinero para mantener el tipo de cambio. Si analizamos dónde está Argentina, está en la puerta de otra crisis”, subrayó.
Las declaraciones no pasaron desapercibidas. Aunque el gobierno libertario aún no respondió oficialmente, el pronóstico sombrío y la repetida crítica a los “ajustes ortodoxos” van en contra del discurso oficial que celebra la supuesta recuperación macroeconómica. En las redes sociales libertarias, donde habitualmente se descalifica a los economistas críticos con calificativos como “econochantas”, la figura de Stiglitz despierta una reacción visceral por su cercanía con el kirchnerismo y su respaldo a Martín Guzmán, su exalumno y exministro de Economía.
De Guzmán a Milei: un péndulo entre modelos
Consultado sobre su rol como asesor y promotor de la política económica de Alberto Fernández, Stiglitz defendió su posición: “No me arrepiento de haber apoyado a Guzmán. El problema no comenzó con él, sino con la enorme deuda que heredó del gobierno anterior”. En esa línea, afirmó que “Macri y Caputo fueron al FMI y pidieron más y más préstamos que luego permitieron que los más ricos sacaran ese dinero del país”.
El argumento de Stiglitz coincide con los cuestionamientos realizados por otros economistas y organismos internacionales. Según datos del Banco Central de la República Argentina, durante la gestión de Macri se registró una fuga de capitales superior a los USD 86.000 millones entre 2016 y 2019, en paralelo al acuerdo récord con el FMI por USD 44.000 millones, hoy en proceso de refinanciación.
En cuanto al presente, Stiglitz ve con preocupación la estrategia del presidente Milei. Aunque reconoce que la inflación ha bajado —de más del 25% mensual en diciembre de 2023 a menos del 2 % en junio de 2025, según datos del INDEC— advierte que la caída se sostiene sobre una base frágil: el endeudamiento externo, el atraso cambiario y la paralización de la economía real.
Una crisis que no es solo económica
En su reciente libro Camino de Libertad, Stiglitz también desarrolla una crítica más amplia al uso ideológico del concepto de “libertad” por parte de los sectores de derecha. “Dicen defender la libertad, pero terminan logrando lo contrario, reduciendo las libertades reales de los ciudadanos”, explicó en su charla con la periodista Juanita León. Para el Nobel, la libertad debe incluir derechos económicos, sociales y políticos, algo que, a su juicio, se ve amenazado por los actuales programas de ajuste.
En ese sentido, su crítica a la política económica de Milei no se limita al plano técnico, sino que la inscribe en un debate más profundo sobre el modelo de sociedad. “La austeridad extrema y el retiro del Estado no conducen al desarrollo, sino a mayor desigualdad y vulnerabilidad social”, afirmó en declaraciones previas al diario El País.
El factor Caputo: un denominador común
Una curiosidad que no pasó desapercibida fue la mención reiterada de Luis Caputo, actual ministro de Economía y también exfuncionario del macrismo. Para Stiglitz, Caputo fue una figura clave en la vuelta al FMI y en la gestión de los flujos financieros que agravaron la fragilidad externa del país. Su presencia tanto en el gobierno de Macri como en el de Milei marca una continuidad en el enfoque económico que, para el Nobel, conduce a un nuevo colapso.
“El FMI no debería prestar más dinero sin garantizar que se utilice para estabilizar la economía real, no para beneficiar a los especuladores o sostener parches temporales”, remarcó.
Advertencia y desafío
La advertencia de Stiglitz llega en un contexto de creciente tensión social y estancamiento productivo. Mientras el gobierno exhibe ciertos logros en materia de inflación, la economía acumula siete trimestres consecutivos de caída interanual, según el INDEC, y el desempleo crece en sectores industriales y de servicios.
La visión de Stiglitz interpela tanto al gobierno como a la oposición: sin un cambio estructural, sin un plan productivo que sustituya al ajuste por el ajuste mismo, Argentina podría repetir el ciclo de endeudamiento, crisis y más ajuste. “Necesitamos un FMI diferente, más justo, pero también necesitamos gobiernos que no caigan en las trampas de la deuda fácil y el cortoplacismo”, concluyó.
