El legado económico del Papa Francisco que desafía al FMI y al plan de ajuste de Milei


Un informe internacional impulsado por el Vaticano y respaldado por Stiglitz y Guzmán propone una reforma estructural del sistema global de deuda. La iniciativa, enmarcada en el Jubileo 2025, interpela directamente a organismos como el FMI y pone en cuestión el rumbo económico de la Argentina.


Un nuevo llamado desde Roma

El Vaticano vuelve a colocarse en el centro del debate económico global. A dos meses de la muerte del Papa Francisco, un grupo de más de 30 economistas de reconocimiento internacional —entre ellos el Premio Nobel Joseph Stiglitz y el exministro argentino Martín Guzmán— presentó en Roma un documento que plantea la urgente necesidad de reformar el sistema financiero internacional, poniendo el foco en las crisis de deuda que afectan especialmente a países del Sur Global como Argentina.

Titulado “El Informe Jubilar: una hoja de ruta para abordar las crisis de deuda y desarrollo”, el texto fue encargado por el propio Francisco en el marco del Año Jubilar 2025. El documento, que será discutido en la próxima Conferencia de Financiamiento para el Desarrollo en Sevilla (30 de junio al 3 de julio), plantea una transformación estructural del régimen de endeudamiento global, con una mirada centrada en la justicia social y el desarrollo humano.

El Papa Francisco recibió al presidente Javier Milei

Un sistema que ahoga

La propuesta arranca con un diagnóstico contundente: 54 países en desarrollo destinan hoy más del 10% de sus ingresos fiscales al pago de intereses de deuda. En muchos casos —incluida la Argentina— el peso del endeudamiento bloquea cualquier posibilidad de inversión en áreas estratégicas como salud, educación o infraestructura.

“Más de 3.000 millones de personas viven en países que gastan más en pagar deuda que en servicios públicos esenciales”, señaló Guzmán durante la presentación. Por su parte, Stiglitz fue categórico: “El sistema está al servicio de los mercados financieros, no de las personas”.

Propuestas concretas para una arquitectura más justa

Entre las principales recomendaciones del informe se destacan:

  • Reformar las leyes de Nueva York y del Reino Unido para facilitar reestructuraciones colectivas de deuda y evitar litigios de fondos buitre.

  • Impedir que el FMI y otros organismos rescaten a acreedores privados, lo que genera incentivos perversos.

  • Establecer controles de capital para evitar fugas masivas y canalizar fondos hacia inversiones productivas.

  • Promover la participación ciudadana y parlamentaria en los procesos de endeudamiento soberano.

  • Crear un mecanismo internacional para reestructurar deuda soberana que priorice el desarrollo humano y el bien común.

Estas propuestas retoman el concepto bíblico del Jubileo, que incluía el perdón de las deudas, la liberación de los esclavos y la restitución de bienes. En palabras del propio Francisco, el objetivo es que “las finanzas estén al servicio de las personas y del planeta, no del lucro a cualquier costo”.

Argentina: entre el ajuste y la oportunidad

Aunque el texto evita mencionar países específicos, sus implicancias para la Argentina son evidentes. El país arrastra un historial de crisis de deuda, con un acuerdo aún vigente con el FMI y restricciones severas para acceder a financiamiento internacional.

La gestión de Javier Milei ha profundizado un modelo de ajuste fiscal que, pese a lograr algunos indicadores favorables como la reducción del déficit primario, no ha logrado revertir la caída del consumo, el estancamiento de la producción y el deterioro del tejido social. En este contexto, el informe propone caminos alternativos que apuntan a reformular el vínculo con el FMI, reducir los sobrecargos que paga el país y generar condiciones para una recuperación sostenida basada en inversión y equidad.

Una interpelación ética y política

El documento también recoge voces del Sur Global que subrayan el carácter moral del problema de la deuda. El jesuita africano Charlie Chilufya denunció que el actual sistema financiero es “un fracaso moral”. Mitzi Jonelle Tan, activista filipina, afirmó: “Nos están heredando países ahogados en inundaciones y deudas. No pedimos compasión, exigimos justicia”.

La propuesta de Francisco no solo busca reformular un sistema técnico, sino reintroducir en el debate económico internacional una dimensión ética: quiénes pagan los costos de las crisis, quién decide las prioridades, y qué mundo queremos construir tras décadas de concentración de la riqueza y desinversión en derechos básicos.

Lo que viene

El Informe Jubilar será debatido en foros internacionales clave: además de la cita en Sevilla, llegará a la Asamblea General de la ONU en septiembre y a la cumbre del G20 en noviembre. Allí se pondrá a prueba su potencial para incidir en decisiones concretas.

Mientras tanto, el texto interpela a gobiernos, organismos multilaterales y ciudadanía global. En el caso argentino, representa una alternativa real frente a la lógica del ajuste perpetuo y propone una hoja de ruta que recupera una premisa olvidada: no hay sostenibilidad económica sin justicia social.