EN TIEMPOS DE IMPERIALISMOS DESBORDADOS ARGENTINA LUCHA POR SU DESTINO. Por Luis Esterlizi


 

“En el seno de la humanidad que soñamos, el hombre es una dignidad en continuo forcejeo y una vocación indeclinable hacia formas superiores de vida. Tales factores no operan – por cierto – en una consideración simplemente masiva de la biología social. De su ignorancia o de su sojuzgamiento depende precisamente el éxito de nuestra época.

Sólo en este punto podemos examinar con mejores garantías de acierto la gran posibilidad de ese ideal de humanidad.  Si no lo buscamos a través de sí misma, como una expresión de bloque con necesidades de bloque, sino a través del individuo, hallaremos en seguida sus dos características esenciales: humanidad como crisol de la dignidad y como atmósfera de libertad.

Hay una libertad irrespetuosa ante el interés común, enemiga natural del bien social. No vigoriza al yo sino en la medida que niega el nosotros y ni siquiera se es útil a sí misma para proyectar sobre su actividad una noble calificación. La misma ley moral no será considerada como ente aislado, como principio personal, sino como visión máxima del ideal de conducta universal.”(La Comunidad Organizada)

Realidad Actual

   A esta terrible realidad no hemos llegado de improviso sino porque a los argentinos nos obligaron a recorrer una azarosa vida plena de desaciertos casi siempre de características políticas, aunque en otros momentos con terribles disonancias económicas que como siempre  son absorbidas por la sociedad argentina y que le dejaron secuelas que hoy por hoy no son de fácil resolución; más bien auguran situaciones incontrolables – sobre todo – cuando se han perdido en forma definitiva la finalidad y la norma en la existencia y convivencia de los argentinos. 

   De todo este proceso el que más ha sufrido sus terribles consecuencias y lo sigue haciendo, es el noble pueblo argentino – cuando de él – los más castigados son los que expresan situaciones límites ante el larguísimo calvario de perversas políticas públicas que lo han llevado hacia un estado de degradación inconcebible en un país como Argentina.

    En el aspecto social no solo se han sufrido las peores secuelas ya que conjuntamente con ellas han actuado irresponsablemente propuestas políticas que casi todas vinieron cargadas de apetitos personales incontenibles que sin límites, fueron paulatinamente estropeando el modelo democrático iniciado en 1983 y agotando paulatinamente la credibilidad en esta democracia, a millones de ciudadanos.

   En ese ambiente cargado de dudas, confusión y cada vez menos esperanza, fue aumentando el deterioro democrático causando la pérdida de participación entusiasmada de la sociedad y la concentración del poder de decisión en círculos cada vez más cerrados cuyos cerebros de primera línea pueden contarse con los dedos de las manos. Con el agravante de haber logrado dividir y enfrentar al pueblo argentino en dos partes, a la que luego le adosaron la posibilidad de la alternancia en el poder.

La Partidocracia en crisis 

   Y así llegamos a estos días donde el actual poder público carece  totalmente del respeto del pueblo, porque los que forman parte del Poder Ejecutivo, especialmente el Presidente casi siempre ocupa al mismo tiempo la presidencia del partido o coalición ganadora, mostrando una falta absoluta de ética y moral, ya que como Presidente de un país, debiera renunciar al partido que lo propuso como candidato porque desde el momento debe asumir el cargo de Presidente representando a todos los argentinos.

     En el Poder Legislativo, donde deben estar los legítimos representantes del pueblo, nos encontramos que solo están los que cumplen las decisiones que emanan de los que conducen al partido o coalición que los nombró como candidatos. Y por último llegamos al Poder Judicial, el lugar de los privilegios más sorprendentes que podamos imaginar, ya que  con total displicencia y poco interés de ejercer justicia en beneficio del pueblo, obra y actúa  – en consecuencia – con el resto de los otros poderes con total impunidad y maneja sus decisiones de acuerdo al poder que – a su criterio – prevalece en esos momentos.

  Con este somero análisis que depende exclusivamente de deducciones que cualquier argentino puede realizar de las experiencias políticas, económicas y sociales sufridas en los últimos 50 años de gobiernos “democráticos”, pongo en escena a una de las causas principales de la terrible tragedia que hoy vive el país y sus habitantes: la clase política que depende de partidos inexistentes ya que no existen programas de políticas públicas, congresos, unidades básicas o comités, equipos técnicos, etc., etc. Y lo peor que a partir de imponerse una democracia de confrontación, hemos vivido tales circunstancias mientras el sector político le agregó a esta ignominia, la posibilidad de la alternancia para que las mismas figuras – fueran oficialistas u oposición – estuvieran siempre en el poder legislativo.

La sentencia a la Ex-Presidente Cristina Fernández

  Teniendo en cuenta el deplorable desempeño de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, era esperable una sentencia condicionada por el antikirchnerismo expuesto y promovido por el Presidente y “La oposición complaciente”, con su repercusión en los medios hegemónicos como los reiterados mensajes de la Libertad Avanza plenos de odio y aberración, como sucedió con el diputado Espert en la Cumbre Mundial de Comunicación Política, “agrediendo a Florencia Kirchner, calificándola como la hija de una gran puta”. lanacion.com.ar/política

  Además de estas expresiones, según encuestas de LLA en la Pcia. de Bs.As., en la sección donde se presentaba Cristina como candidata, ella superaba ampliamente al candidato libertario, circunstancia que también pudo haber influido para que desde la presidencia se enviara un mensaje a la Corte Suprema de Justicia para acelerar la sentencia que la proscribe definitivamente. Estas como otras tantas intrigas palaciegas son las que se han venido practicando desde siempre durante el ejercicio de esta democracia corrompida.

 Pero el peronismo que para muchos sigue siendo un Movimiento que produce hechos inesperados, esto se puso en evidencia, cuando conoció la sentencia que le impuso la”Justicia” a Cristina, rebalsando el vaso de la paciencia popular y produciendo situaciones similares a las que produce una patada en un hormiguero.

  Por parte de sectores Kirchneristas, Cristinistas, Massistas,etc., e incluso distintos sectores del peronismo histórico dejaron de lado sus diferencias y coincidieron que la patada fue a todo el pueblo peronista, más allá de los distintos matices y organizaciones que lo integran como también incluso para el establishment – que desde siempre – consideró que todos los desbarajustes cometidos después de la muerte de Perón, se lo adjudican a Perón y su movimiento.

La Argentina en busca de su propio destino

  Una cosa es lo que uno quiere ver y otra es lo que realmente se ve. Más de un argentino puede estar diciendo esta misma frase, ya que la situación política, económica y social que hoy vivimos los argentinos, no es una cuestión exclusiva y sólo del Peronismo. Mejor dicho Argentina y todos sus habitantes vivimos un proceso donde se discute y se lucha de cual es el cambio que puede llevar hacia un futuro restituyente de las soluciones que se necesitan para superar definitivamente la tremenda crisis que padecemos.

  Unos pretenden que seamos una colonia de los países desarrollados o sea una especie de factoría proveedora de materias primas para la industria y trabajo de las industrias foráneas, y a su vez un país sumiso y dependiente de lo que decidan EE.UU. Inglaterra e Israel. 

  Pero también existe la Argentina rebelde que está constantemente en alerta para no dejarse engañar por los cantos de sirena de aquellos que prometen la salvación que nos pueden brindar las economías financieras y capitales extractivistas de los países imperialistas.  

   Me refiero a los distintos sectores e instituciones organizadas que tenemos los argentinos y que cubren el amplio espectro del trabajo, la producción, el comercio, la investigación, las ciencias, la tecnología, la cultura, etc. por lo que podemos ser libres e independientes y dueños de lo que decidamos ser.

Conclusiones

Nadie puede decir con absoluta seguridad y precisión que nos depararán los próximos sucesos en Argentina, como tampoco lo que suceda con las luchas encarnizadas que se producen a nivel internacional para la consolidación de un nuevo orden mundial. Porque lamentablemente una conflagración nuclear también se visualiza como posible en estas contiendas.

Estamos viviendo épocas de descarnados imperialismos y decadencia de liderazgos que roguemos a Dios  sean los últimos intentos de la sinrazón y la estupidez humana.

En Argentina, debemos convencernos que solo los pueblos que reconstruyen su fortaleza espiritual, con los valores, virtudes y esencias de una humanidad donde la finalidad sea el bien común y la norma la experimentación de la ética y moral en sus actuaciones, podrán ser los artífices de su propio destino.

Por eso pienso que la mayoría de los argentinos modelan sus esperanzas pensando en este último futuro porque dicho propósito se inscribe en la mayor parte de la historia de nuestra existencia y en la lucha de miles de argentinos desde aquella lejana fecha de un 25 de Mayo de 1810, en que se izó la bandera azul y blanca como símbolo de la libertad, la independencia y la soberanía nacional.