León XIV: un nuevo Papa con raíces agustinianas y compromiso social


Robert Francis Prevost, el primer pontífice estadounidense, nacionalizado peruano,  y agustino, asume el papado con el nombre de León XIV, evocando el legado social de León XIII y la encíclica Rerum Novarum.


El 8 de mayo de 2025, la Iglesia Católica anunció la elección de Robert Francis Prevost como el nuevo Papa, quien adoptó el nombre de León XIV. Originario de Chicago y con ascendencia española, Prevost es el primer estadounidense y miembro de la Orden de San Agustín en ocupar el papado. Su elección se produjo tras cuatro votaciones en el cónclave, culminando con la tradicional fumata blanca que anunció su designación .

En su primer discurso desde el balcón de la Basílica de San Pedro, León XIV hizo un llamado a la unidad, la paz y la construcción de puentes en un mundo necesitado de luz y amor divino. Expresó su gratitud hacia su predecesor, el Papa Francisco, y destacó la importancia de continuar con su legado de diálogo y cercanía con los fieles .

La elección del nombre León XIV no es casual. Evoca a León XIII, autor de la encíclica Rerum Novarum, publicada en 1891, que abordó la situación de los obreros y sentó las bases de la doctrina social de la Iglesia . Este gesto simboliza el compromiso del nuevo pontífice con la justicia social y la dignidad del trabajo.

Prevost ha tenido una destacada trayectoria en la Orden de San Agustín, donde fue Prior General entre 2001 y 2013 . Su labor misionera en Perú, especialmente como obispo de Chiclayo, refleja el compromiso social y pastoral característico de la orden agustiniana, que desde sus orígenes ha estado ligada a la educación, la asistencia a los necesitados y la promoción de la justicia .

La Orden de San Agustín, con más de 800 años de historia, se ha destacado por su vocación misionera y su labor en comunidades marginadas. Su presencia en más de 50 países y su enfoque en la vida comunitaria y la búsqueda de la verdad reflejan una espiritualidad centrada en el amor y la solidaridad

La elección de León XIV marca un hito en la historia de la Iglesia Católica, no solo por su nacionalidad y pertenencia a la Orden de San Agustín, sino también por su compromiso con una Iglesia más cercana a los pobres y marginados. Su papado promete continuar con las reformas iniciadas por Francisco y profundizar en la misión social de la Iglesia en el siglo XXI.

En un mundo marcado por la desigualdad y la polarización, la figura de León XIV se presenta como un faro de esperanza y renovación, guiado por los principios de justicia, amor y servicio que han caracterizado tanto a la tradición agustiniana como al legado de León XIII.