El funeral del Papa marcó un breve paréntesis internacional para el presidente argentino, quien ahora enfoca todas sus energías en el desafío electoral porteño y en consolidar su estrategia de poder nacional.
En medio del duelo nacional por la muerte del Papa Francisco, Javier Milei aprovechó su paso por Roma para mantener un breve contacto diplomático y reforzar su imagen internacional. Sin embargo, la atención del gobierno argentino ya está completamente centrada en la arena política local, con la campaña electoral de la Ciudad de Buenos Aires como prioridad inmediata y la reorganización del tablero de poder como telón de fondo.
La comitiva presidencial, integrada por figuras de máxima confianza como el vocero y flamante candidato Manuel Adorni, participó de las exequias de Jorge Mario Bergoglio, una ceremonia que congregó a más de 140 delegaciones de todo el mundo. Allí, Milei compartió saludos con líderes como Emmanuel Macron y Donald Trump, pero solo mantuvo un «almuerzo de trabajo» formal con la primera ministra italiana Giorgia Meloni.
Este viaje fugaz, no obstante, no alteró el enfoque doméstico de La Libertad Avanza. A pesar de los siete días de duelo decretados, el gobierno continuó operando en modo campaña, intentando capitalizar una imagen de gestión activa y de liderazgo fuerte en la antesala de las elecciones legislativas porteñas del 18 de mayo.
Política exterior: gestos medidos, prioridades internas
La foto de Milei junto a Meloni tuvo más peso simbólico que político real. Fuentes de Casa Rosada confirmaron que no hubo mayores avances bilaterales y que la agenda internacional sigue supeditada a las urgencias domésticas. El gobierno evitó involucrarse públicamente en la discusión sobre el sucesor papal, aunque en conversaciones reservadas destacaron afinidades ideológicas con figuras como el cardenal Robert Sarah, de perfil tradicionalista y crítico del «wokeismo».
En paralelo, las señales de afinidad con figuras de derecha internacional como Trump y Meloni refuerzan el perfil ideológico de Milei hacia afuera, pero sin desplazar la prioridad número uno: ganar volumen electoral en territorio argentino.
La campaña no se detiene
Mientras la atención mediática se centraba en Roma, en Buenos Aires el dispositivo electoral libertario no se tomó descanso. La postulación de Manuel Adorni en la Ciudad y de José Luis Espert en la provincia de Buenos Aires muestra la voluntad de Milei de consolidar su base política extendiendo su influencia a través de candidatos propios.
En las últimas entrevistas, Milei redobló su defensa de las políticas económicas del gobierno, minimizando la caída del consumo y enfrentándose abiertamente con Mauricio Macri, quien denunció supuestas compras de dirigentes del PRO por parte de La Libertad Avanza. La respuesta del presidente fue directa: “Que traiga la factura y la muestre”.
La tensión con el macrismo, sin embargo, no parece amenazar una ruptura formal inmediata. Desde el entorno presidencial insisten en que el cierre de listas será el verdadero momento definitorio de alianzas y confrontaciones.
Desafíos institucionales y reformas pendientes
Más allá de la campaña, el gobierno también enfrenta frentes abiertos en el Congreso. El ministro Guillermo Francos será interpelado la próxima semana en Diputados por el escándalo de la criptomoneda $LIBRA, surgido tras una polémica publicación desde la cuenta presidencial en X (ex Twitter).
La estrategia oficial apunta a minimizar el episodio, describiéndolo como parte de un «circo político». No obstante, la presencia de Francos y la posible participación de otros funcionarios clave como Mariano Cúneo Libarona, pondrán nuevamente a la gestión bajo escrutinio público.
En materia judicial, la Casa Rosada trabaja para avanzar con un «paquete cerrado» de nombramientos en la Corte Suprema y cubrir más de 200 vacantes en el Poder Judicial. La lógica es clara: evitar negociaciones fragmentadas que puedan dilatar los cambios que Milei considera esenciales para consolidar su proyecto político.
Horizonte electoral
De cara al futuro inmediato, el oficialismo pone sus fichas en varios escenarios provinciales. Las elecciones de mayo en Chaco, Jujuy y Salta son vistas como una oportunidad para medir fuerzas antes del plato fuerte: la contienda porteña.
En este marco, el cierre de campaña de Adorni en la Capital promete ser sobrio pero enfático, alejado de los actos multitudinarios del año pasado, mientras que la participación en debates será selectiva, privilegiando formatos donde todos los candidatos puedan exponer.
La estrategia es clara: mostrar orden, gestión y vocación de poder en un contexto político en el que cada movimiento puede resultar decisivo.
El tiempo dirá si el fervor libertario logra sostenerse más allá del shock inicial de sus reformas y de una sociedad que, entre la austeridad económica y el duelo espiritual, empieza a mostrar signos de fatiga.
NR
