Miles de personas se manifestaron en más de mil ciudades de Estados Unidos para rechazar las políticas de ajuste, exclusión y autoritarismo impulsadas por Donald Trump y su mano derecha, Elon Musk. Las protestas señalan al polémico “Proyecto 2025” como una amenaza a la democracia.
Este sábado, bajo el lema “¡¡¡Quita tus manos!!!”, una marea de ciudadanos tomó las calles de Estados Unidos en una jornada de protesta masiva contra el presidente Donald Trump. La movilización, que reunió a organizaciones de derechos humanos, sindicatos, colectivos feministas y de la comunidad LGTBIQ+ en los 50 estados del país, es la más grande desde el regreso del magnate republicano a la Casa Blanca el pasado 20 de enero.
La convocatoria, impulsada por más de 150 grupos progresistas, denunció los despidos masivos en el sector público, las redadas contra migrantes y el desmantelamiento de agencias clave como USAID. Las protestas también se centraron en la implementación del Proyecto 2025, un plan ideológico que busca reestructurar el Estado bajo una lógica ultraconservadora: eliminar programas de diversidad, facilitar el nombramiento de jueces afines y desregular el mercado laboral y ambiental
.La figura de Elon Musk, convertido en brazo ejecutor del plan de ajuste, fue blanco de fuertes críticas por parte de los manifestantes. En Washington, miles de trabajadores federales despedidos se concentraron frente al Capitolio exigiendo la restitución de sus empleos. En Nueva York, bajo la lluvia, se alzaron consignas como “Ningún ser humano es ilegal” y banderas que combinaban el reclamo migrante con la defensa de la diversidad.
En apenas dos meses, Trump firmó decenas de órdenes ejecutivas que eliminaron beneficios para inmigrantes, recortaron el acceso a la salud y clausuraron programas de inclusión. Además, ha declarado el fin de toda política pública con enfoque de género o diversidad sexual, prohibiendo incluso la participación de mujeres trans en deportes femeninos.
El rechazo no solo es interno: a nivel internacional, Trump también ha generado tensión al proponer tomar control de la Franja de Gaza y declarar una nueva guerra comercial contra buena parte del mundo, incluidos los socios históricos de EE.UU.
Las movilizaciones del 5 de abril no fueron solo un grito de auxilio, sino también una advertencia: sectores amplios de la sociedad estadounidense no están dispuestos a permitir el avance de un modelo autoritario, excluyente y represivo. Como afirmó una de las manifestantes en Manhattan: “Estamos aquí por los que ya no tienen voz, por los que han sido expulsados del sistema. Es hora de frenar esta deriva antidemocrática”.
