El atractivo del dólar estable y precios competitivos devuelven protagonismo a las playas uruguayas y brasileñas, mientras el turismo argentino enfrenta una temporada desafiante con su costa atlántica en crisis.
Este verano, miles de argentinos han elegido cruzar fronteras en busca de mejores condiciones económicas para sus vacaciones. Uruguay, favorecido por la estabilidad del dólar y un contexto de precios competitivos, se perfila como un destino predilecto, generando largas filas en los pasos fronterizos y una visible preocupación en los prestadores turísticos argentinos. Mientras tanto, la actividad en la costa atlántica argentina y otros destinos tradicionales como Gualeguaychú parece desinflarse, acentuando los retos para una industria que busca sobrevivir tras los embates de la pandemia.
Las playas uruguayas como destino
El flujo hacia Uruguay no es casualidad. La combinación de dólar “planchado” en Argentina y la devaluación del real en Brasil ha incentivado a los argentinos a optar por destinos internacionales. Pero Uruguay, más allá de su oferta natural y cultural, parece haber encontrado un equilibrio de precios que atrae a los turistas.
“Volvemos porque, a excepción de la nafta, lo demás está al mismo costo y en algunos rubros hasta más barato”, confesó un turista argentino mientras cruzaba por el paso de Fray Bentos. Este testimonio, repetido por muchos, refleja un fenómeno que no se limitó a un grupo reducido: las interminables filas de autos y el tiempo de espera en migraciones evidencian el alcance del éxodo.
El impacto en la costa argentina
Del otro lado del río Uruguay, el panorama es distinto. Las ciudades costeras argentinas enfrentan una temporada de incertidumbre. Prestadores turísticos en Entre Ríos, especialmente en localidades como Gualeguaychú, temen por el impacto económico que podría generar esta pérdida de turistas.
La ciudad, que apuesta fuerte al turismo a través de eventos como su emblemático carnaval, enfrenta un panorama desolador en el sector gastronómico. Desde el 20 de diciembre, muchos restaurantes de la costanera han registrado una preocupante caída en el flujo de clientes. Para los comerciantes, la temporada parece haber arrancado con “lunas menguantes”, como describen con resignación algunos operadores.
Chile, una alternativa creciente
No solo Uruguay está captando la atención de los argentinos. Otros países de la región, como Chile, también se han convertido en destinos recurrentes. La búsqueda de precios más bajos en productos clave, desde tecnología hasta neumáticos, ha incentivado los cruces hacia el vecino del Pacífico.
“Despacito, pero constante”, así se describe el movimiento de turistas que aprovechan los pasos fronterizos para regresar no solo con recuerdos, sino con bienes que compensan los costos del viaje.
Una respuesta tímida desde Argentina
En un intento por mitigar el impacto, las autoridades de Entre Ríos han diseñado campañas promocionales que destacan los atractivos naturales y culturales de la región, apuntando a un turismo “gasolero” que permita al menos cubrir los costos operativos. Sin embargo, el bajo nivel de reservas hasta ahora no permite grandes esperanzas.
El turismo argentino, que había experimentado un breve respiro tras los momentos más críticos de la pandemia, enfrenta nuevamente una encrucijada. Las condiciones económicas nacionales, sumadas a la competencia regional, están erosionando su capacidad para retener visitantes locales.
La elección de Uruguay como destino preferido por miles de argentinos en este verano no solo responde a factores económicos, sino también a la incapacidad de Argentina para sostener una propuesta turística competitiva en un contexto regional cada vez más desafiante. Mientras las filas en los pasos fronterizos hacia el este y el oeste se alargan, el turismo local parece condenado a sobrevivir con estrategias de último minuto y soluciones parciales.
En este escenario, la pregunta clave es si Argentina podrá reinventarse a tiempo para frenar un éxodo vacacional que amenaza con redefinir el mapa turístico de la región en los próximos años.
