En un encendido discurso durante un acto en Berazategui, el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, lanzó duras críticas contra los sectores empresariales que respaldan la Ley de Ficha Limpia. El proyecto, impulsado principalmente por el macrismo, quedó en pausa tras la fallida sesión en la Cámara de Diputados, debido a la falta de quórum.
«Quieren ficha limpia porque Cristina es la única capaz de romper con la idea de que el pueblo no puede vivir mejor», afirmó Kirchner, señalando directamente a organizaciones como la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la Cámara Argentina de Comercio (CAC), AmCham e IDEA, que han manifestado su apoyo al proyecto legislativo.
En los últimos días, referentes empresariales como Jaime Campos (AEA) defendieron la iniciativa por considerarla un fortalecimiento de la democracia. Por su parte, Natalio Mario Grinman (CAC) fue categórico al decir que “quienes le robaron a la Patria no pueden conducir su destino”, refiriéndose a la prohibición de que condenados por corrupción compitan en elecciones. Desde IDEA y AmCham también expresaron preocupaciones sobre la institucionalidad del país, enfatizando la necesidad de transparencia y reglas claras.
Un proyecto que divide aguas
La Ley de Ficha Limpia busca impedir que condenados en segunda instancia por delitos de corrupción puedan ser candidatos a cargos públicos. Sin embargo, la sesión del miércoles pasado fracasó al no reunir el quórum necesario. Este hecho generó acusaciones cruzadas entre el oficialismo, la oposición y bloques aliados. Desde el Gobierno, calificaron las críticas como «oportunistas» y anunciaron su intención de trabajar en una nueva versión del proyecto, que evite una potencial victimización de Cristina Kirchner.
El propio presidente Javier Milei expresó que la derrota al kirchnerismo debe darse en las urnas, no mediante restricciones legales. Mientras tanto, sectores de la oposición, como la Coalición Cívica, acusaron al oficialismo de pactar con el kirchnerismo para bloquear la iniciativa.
Un llamado a la militancia
En el encuentro de Berazategui, Kirchner estuvo acompañado por Héctor “Gallego” Fernández, dirigente del espacio “Peronismo Militante”, y utilizó la tribuna para criticar la política económica actual, destacando el deterioro en las condiciones de vida de los sectores más vulnerables. “Nadie está en desacuerdo con explotar los recursos naturales, pero si el pueblo no come, si los jubilados no tienen medicamentos y si las escuelas están en ruinas, eso es saqueo”, enfatizó.
También instó a la militancia a recuperar el espíritu transformador del peronismo: “Cristina sigue siendo la esperanza para que nuestro pueblo recupere la confianza en sí mismo. No hay que ceder ante los discursos de la desesperanza”.
Unidad básica vs. focus groups
Kirchner cerró su intervención con una defensa de las bases militantes y una crítica a los políticos que priorizan las encuestas por sobre el contacto directo con la gente. “Los focus groups subestiman el poder de las unidades básicas. Si no nos involucramos, cada día será peor. Palabras prudentes y acciones valientes, compañeros”, concluyó, marcando la necesidad de redoblar esfuerzos en la construcción de un proyecto político que enfrente los desafíos actuales.
El acto en Berazategui mostró a un Máximo Kirchner decidido a fortalecer su posición dentro del peronismo y a defender el legado de su espacio, en un contexto de creciente tensión política y económica.
