El veranito financiero: ¿Una tendencia o un espejismo?


La economía argentina está al filo de un nuevo ajuste. Con un tipo de cambio que sigue apreciándose, incertidumbre en el panorama estadounidense y un acuerdo con el FMI aún sin definirse, el escenario es incierto.


En las últimas semanas, el peso ha vuelto a apreciarse de manera acelerada. El Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) registró una caída del 0,57% hasta el 31 de octubre, impulsada principalmente por la depreciación del real brasileño y el peso chileno.

Desde la última gran devaluación de diciembre pasado, el TCRM acumuló una apreciación del 49%, lo que plantea la posibilidad de un ajuste cambiario adicional para evitar la pérdida de competitividad. Según las cifras del CEPA para volver los niveles de diciembre de 2023 seria necesario un ajuste del 96%, lo cual marca la gravedad del ajuste futuro.

 Lo que puede significar un triunfo de Trump para Argentina

La política estadounidense se convierte en otro frente de riesgo. Las elecciones en Estados Unidos están a la vuelta de la esquina y, según Goldman Sachs, una victoria de Donald Trump podría generar una devaluación del euro del 10%. Esto impactaría no solo en la economía global, sino en las monedas emergentes como la argentina. Trump ha sido crítico de las políticas de la Reserva Federal (FED) y una posible moderación en las tasas de interés podría influir directamente en el costo de financiamiento para Argentina.

Mientras tanto, las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se han estancado, a pesar de los esfuerzos del ministro de Economía, Luis Caputo, en las recientes Reuniones Anuales del organismo. Sin embargo, los posibles cambios en la política estadounidense han llevado al FMI a postergar cualquier acuerdo hasta 2025. También es claro que las políticas tradicionales del fondo de ajuste y devaluación chocan con el modelo vigente, una devaluación y salida del cepo puede  acelerar una inflación galopante y una fuga de divisas, situación que llevaría al colapso al gobierno libertario.  Argentina esta así en  una situación de espera, con reservas ajustadas y necesidades de financiamiento inmediato.

El blanqueo de capitales ¿Una tendencia o un espejismo?

El blanqueo de capitales ha sido un impulso inesperado para los depósitos en dólares, que crecieron en USD 1.358 millones en solo dos días a fines de octubre, compensando parcialmente las salidas que habían golpeado a la economía. Además, los préstamos en dólares aumentaron un 3,4% entre el 21 y el 29 de octubre, incentivados por tasas más favorables en comparación con el peso. Esta preferencia marca una tendencia, aunque volátil, de confianza en la estabilidad de la moneda estadounidense.

La falta de controles sobre los fondos y el borrado de las datos de los titulares que pretende Milei, agregan al  blanqueo una cuota de opacidad que genera fuertes sospechas sobre que gran parte  del dinero provendría de actividades ilícitas como narcotráfico o la corrupción.

¿Otra vez carry trade?

El mercado financiero ofrece a los inversores una oportunidad que no se veía desde hace meses. Con el dólar MEP y el CCL en baja, ambos registrando caídas del 0,91% y 0,49% respectivamente, octubre se perfiló como un mes atractivo para la bicicleta financiera. La brecha cambiaría ha alcanzado mínimos de hasta el 17-18%, un signo de estabilidad relativa que podría sostenerse en el tiempo si continúan ingresando dólares  y las expectativas del mercado siguen siendo favorables.

Repunte leve en la demanda de pesos

Pese a las dificultades, se observa un ligero repunte en la demanda de dinero en pesos. Entre marzo y octubre, el crédito en pesos creció un 59,3% en términos reales, especialmente en préstamos personales. Este dato es positivo para el gobierno, que necesita reforzar la circulación de la moneda local y estimular el consumo interno. Sin embargo, el crecimiento es limitado y aún insuficiente para compensar las debilidades estructurales. Es necesario resaltar que una buena parte de esos prestamos están destinados a afrontar deudas y consumos corrientes, que al igual que en la etapa macrista marcan el empobrecimiento de sectores de la clase media.

Argentina se encuentra ante una combinación de variables externas y domésticas que exigen correcciones audaces y claras. Mas allá del veranito circunstancial, la apreciación del peso, el rol de Estados Unidos en la política global y las demoras del FMI sitúan al gobierno en un punto crítico.

Por ultimo y tal vez mas grave para el futuro inmediato, los números de la economía real sobre la actividad productiva, el empleo y el salario, y por ende sobre los índices de pobreza e indigencia, son de catástrofe, generando un escenario complejo a corto plazo.

Fuente de los datos. CEPA

AM